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Cómo afrontar un rechazo laboral

Un rechazo laboral hay que verlo como una situación temporal. /Foto:Unsplash

Belén Gómez

Cuando te enfrentas a una entrevista de trabajo la respuesta más temida es “lo siento, no eres lo que estamos buscando”. Que no cunda el pánico, igual no encajabas tan bien en el puesto como pensabas o tenías una dura competencia. Lo importante es no dejarse arrastrar por la negatividad y seguir con fuerza para encontrar otro puesto de trabajo.

Violeta Silva Rodríguez, psicóloga del departamento de empleo de Universia España, desgrana algunas claves para hacerle frente a un rechazo laboral. Lo primero de todo es aceptar que es una experiencia más dentro de nuestra etapa profesional, por lo tanto, la manera más enriquecedora de abordarla es viéndola como tal. “Tenemos que quedarnos con lo que nos ha aportado la experiencia, identificar porque no hemos sido seleccionados, según la descripción del puesto al que nos hemos presentado, y ver si podemos mejorar en algún aspecto”, explica.

Silva sabe lo que supone enfrentarse a un proceso de selección porque ha estado en muchos. Esta licenciada en psicología, con un máster en recursos humanos, lleva desde 2006 desarrollando su trabajo en el área de consultoría de selección y ha trabajado para diferentes proyectos en empresas como Grupo Santander, Repsol y Vodafone. Para ella “es importante ser honestos con nosotros mismos y valorar si realmente nos adaptamos al puesto, ya que si esta situación se repite puede deberse a que estemos aplicando a ofertas para las cuales aún no tenemos las competencias necesarias para desarrollar las funciones que se exigen”.

Decepción, frustración, enfado y desacuerdo son los sentimientos más comunes que afloran tras ser rechazado para un puesto de trabajo, aunque dependen de la personalidad de cada uno y del interés hacia ese empleo en concreto. Para hacerles frente a estos sentimientos y no ser engullidos por ellos esta consultora laboral señala que hay que dar a la situación un enfoque lo más objetivo posible, aunque a veces sea difícil. La aceptación y análisis de lo ocurrido nos ayudará a abordar este tipo de situaciones”, remarca.

Aprendizaje y crecimiento

No hay que dejarse arrastrar por la autocrítica y la infravaloración. La autocrítica es buena en la medida que uno identifica en lo que ha podido fallar. Sin embargo, no hay que llevarla a un punto extremo y que ésta derive en la infravaloración. “Es importante tener en cuenta que son situaciones puntuales que no tienen por qué repetirse de manera continuada en el tiempo”, explica. Por lo tanto, no podemos generalizar y extrapolarla a otros aspectos de nuestra vida personal y laboral.

¿Qué cosas positivas podemos sacar de estos pequeños fracasos? Cada vez que abordamos un proceso de selección, señala Silva, “estamos ante un aprendizaje nuevo, ya que nos enfrentamos a pruebas y situaciones diferentes que nos pueden aportar en mayor o menor grado nuevos conocimientos e incluso identificar habilidades que eran desconocidas para nosotros”. Por tanto, un no puede hacernos ver qué competencias tenemos y nunca hemos explotado, así como un empujón para trabajar esas habilidades necesarias para el puesto de trabajo que queremos.

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