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La conciliación, un elemento clave en la transformación cultural del Santander

Un padre trabajando desde casa.

ED Creativo

Hacer compatible la carrera profesional con las responsabilidades familiares o, simplemente, con una vida personal de calidad se ha convertido en uno de los grandes retos de las empresas. Este difícil ejercicio de equilibrio es un win and win: una ventaja competitiva no sólo para el trabajador, sino también para las compañías. Ya no hay duda de que la conciliación es una herramienta clave para mejorar la productividad: incrementa el orgullo de pertenencia y mejora el clima laboral y el compromiso, lo que redunda en el rendimiento de los empleados.

A pesar de que aún existen ciertas reticencias en el tejido empresarial español que muestran que la conciliación todavía es una asignatura pendiente, las empresas están haciendo esfuerzos para acabar con antiguas culturas de trabajo aún arraigadas que actúan de freno la implantación de medidas que permitan integrar la faceta profesional y familiar.

“Debemos medir los resultados de los equipos basándonos en datos y no en las horas que pasan en la oficina. El teletrabajo ha de ser una opción. Y los directivos tienen que ser capaces de priorizar, organizar, delegar y descartar malos hábitos -como largas comidas o reuniones de última hora convocadas al final del día-”, señalaba Ana Botín, presidenta de Banco Santander, en un artículo publicado a través de su perfil en la red social Linkedin en agosto de 2018. La máxima ejecutiva de la entidad ha defendido en más de una ocasión la importancia de cambiar la cultura laboral y de la necesidad de políticas públicas que permitan mayor flexibilidad.

Santander, que cuenta con más de 200.000 empleados, ha pasado a la acción y se ha comprometido a ser uno de los tres mejores bancos para trabajar de los 10 mercados en los que tiene presencia. Para conseguirlo, ha introducido medidas innovadoras. Entre ellas, lo que se conoce como el derecho a la desconexión digital: reconocer la facultad de los profesionales para no responder emails o mensajes profesionales fuera de sus horarios de trabajo, ni durante los tiempos de descanso, permisos, licencias o vacaciones, salvo causa de fuerza mayor o circunstancias excepcionales. Pero existen muchas otras, algunas nuevas y otras consolidadas, enfocadas tanto a erradicar la cultura presencial y reforzar el flexiworking como a facilitar la maternidad y el cuidado de los hijos.

Así, además de la conocida guardería de la Ciudad Financiera del Santander en Boadillla de Monte, que cuenta con 500 plazas para niños de empleados, la entidad está implantando los bonos guardería como parte de los beneficios para los empleados (Reino Unido); el salario completo durante la reincorporación progresiva tras la maternidad (España); o el programa retorno de 12 semanas para incorporar a las mujeres que han paralizado su carrera profesional para cuidar de sus familias (EEUU).

Mayor compromiso de los empleados

Según la última encuesta de compromiso que elabora el grupo cántabro todos los años para escuchar a sus empleados e implantar mejoras, el nivel de compromiso ha aumentado nueve puntos porcentuales desde hace cinco años, cuando el banco inició su transformación cultural. Además, el 82% indica que su responsable directo les ayuda a alcanzar un equilibrio razonable entre la vida personal y la profesional y el 84% piensa que les facilita medidas de flexibilidad en el equipo de trabajo.

Uno de los mayores espaldarazos a la nueva cultura implantada por el grupo es el reconocimiento de la revista ‘Fortune’. El ranking elaborado recientemente por la publicación en colaboración con el Great Place to Work Institute, a partir de una encuesta realizada a empleados de diferentes compañías en 58 países, reconoce a Santander como una de las mejores empresas para trabajar en el mundo.

“En Santander sabemos que somos tan buenos como lo son nuestros equipos. Un equipo fuerte se logra cuando compartimos una misión. Para nosotros, eso significa hacer todo de forma sencilla, personal y justa para ayudar a progresar a 134 millones de personas y 8 millones de empresas de Europa y América. El ranking de hoy es una muestra de nuestro éxito en la gestión de los equipos; de hecho, el 91% de los empleados están orgullosos de trabajar en Santander. El logro de hoy es un gran paso adelante y una base sólida sobre la que construiremos un banco más responsable que no solo es excelente en lo básico, sino que también aborda los desafíos actuales. Estoy muy orgullosa de nuestros equipos y deseando ver lo que seremos capaces de hacer juntos para ayudar a más personas y empresas a progresar”, señalaba Botín en el comunicado publicado el pasado mes de octubre tras conocerse la noticia.

Avances en igualdad y diversidad

El banco también ha hecho grandes avances en políticas de diversidad de género e igualdad de oportunidades, que ya forman parte de su identidad. “Con los años estoy más convencida de que no son suficientes los cambios de actitud de las mujeres, se necesitan medidas proactivas”, ha asegurado Ana Botín.

Santander es una de las compañías que más puede presumir de impulsar la paridad en sus filas. Lidera la carrera por la paridad de género en los consejos de administración españoles, con una cuota femenina del 40% tras la incorporación de la británica Pamela Walkden, y se ha fijado la meta que al menos el 30% de las funciones de alta dirección sean ocupados por mujeres y que la igualdad salarial sea total. Las mujeres representan el 54,4% de la plantilla del banco.

Más allá de los programas para impulsar internamente el talento femenino (deben estar en procesos de promoción y selección, mentoring, etc), el grupo desarrolla también en todos los países proyectos para empoderar y dar visibilidad a las mujeres. Iniciativas de voluntariado como De mujer a Mujer, que ayudan a mujeres que han sufrido violencia de género en su acceso al mundo laboral, o de liderazgo femenino, como Mujeres con S, que tiene el objetivo de dotar a las mujeres de los recursos y las herramientas necesarias para que sean capaces de desarrollarse y alcanzar sus metas profesionales, se están exportado desde España a Latinoamérica. En Argentina, el banco se ha sumado a Banking of woman, el primer programa para dar financiación a proyectos liderados por mujeres. Y en países como Brasil y Chile, las mujeres son las principales destinatarias de los microcréditos a través de Prospera o Tuiio.

“Además de talento, las mujeres aportan al negocio competencias complementarias a las de los hombres: mejor comunicación interpersonal, cooperación, pensamiento horizontal y capacidad de escuchar de verdad. También mayor empatía y capacidad de priorizar. Ya en 2008 existían estudios que mostraban que, en los grupos de trabajo con una sana mezcla de mujeres y hombres, había mejor comunicación, estaban más abiertos a nuevas ideas y la confianza entre los miembros del grupo era mayor. Y el resultado era más eficiencia, mejor rendimiento. Todos ganamos”, sostiene la presidenta del banco.

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