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Año I tras la derogación del ‘impuesto al sol’: ¿cómo es la situación del autoconsumo en España?

Patricia Peinado

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El camino del autoconsumo fotovoltaico en España no ha sido fácil, y desde el principio encontró numerosos escollos. El más importante sobrevino en 2015, cuando fue aprobado el conocido como ‘impuesto al sol’, el cargo impuesto a los autoconsumidores solares por seguir conectados a la red eléctrica. El impacto del técnicamente denominado “peaje de respaldo” provocó no solo la disminución de la rentabilidad de las instalaciones solares, sino también el espanto de los consumidores, ya fuese empresa o particular. La mayoría de la población pensaba hace unos años que este tipo de proyectos estaban prohibidos o eran inviables económicamente, cuando la realidad era que, aunque la regulación era desfavorable, para determinados perfiles de consumidores, especialmente empresas de ciertos sectores, el autoconsumo sí que tenía sentido económico.

En este contexto, Carlos García Buitrón, un físico enamorado de las renovables, y que comenzó a trabajar en el sector en el año 2000, lo tuvo claro: aunque la regulación no acompañase, en el país agraciado con más horas de sol de Europa, junto a Grecia y Portugal, el futuro pasaba por apostar por las renovables y por el autoconsumo. Así fue como decidió crear ecovatios hace cinco años, una eléctrica que comercializa energía de origen 100% renovable, que se convirtió, además, en la comercializadora verde pionera en promover soluciones de autoconsumo, y que ya ofrece sus servicios en toda la península y en las islas Baleares.

“En 2015 había una regulación bastante desfavorable, pero incluso con ella, sabíamos que los números salían para clientes de determinados sectores. Pusimos una herramienta online para que la gente pudiese ver que funcionaba”, afirma Carlos García. Así fue como se dirigieron a sus primeros clientes, principalmente empresas del sector terciario. “Para hoteles, supermercados, residencias de ancianos… que son perfiles que tienen consumo fluctuante, pero base continua, los períodos de retorno, incluso con el peaje de respaldo, eran atractivos, de entre 6 y 8 años. Fue así como nos posicionamos como la eléctrica favorable al autoconsumo, cuando la mayoría del sector se ponía de perfil ante este tipo de proyectos, bien por falta de motivación o bien a la espera de una mejor regulación”, añade García Buitrón.

Para ecovatios fue clave, para poder desarrollar su solución de autoconsumo, contar con el apoyo del programa emprendetur I+D+i del MINETAD en 2016, que le permitió poner en marcha una plataforma online de soluciones energéticas para hoteles que combina el suministro de energía 100% renovable con una serie de servicios, que incluyen la elaboración de propuestas de autoconsumo solar, el diagnóstico y la optimización de los parámetros de contratación, así como la monitorización de los consumos para poder reducirlos. Con estas soluciones, los hoteles pueden, no sólo reducir de manera sensible su factura de la luz, sino también, y en la misma medida, su huella de carbono.

En 2018, tras numerosas quejas por parte de los consumidores, el nuevo Gobierno derogó el ‘impuesto al sol’ y se abrieron nuevos claros para el autoconsumo. Ya era posible instalar las placas y no tener que pagar el peaje de respaldo. Pero sobre todo cambió la percepción que mayoría de la población tenía sobre el autoconsumo. “En realidad, no hubo un cambio drástico en la rentabilidad de los proyectos, porque para determinados segmentos de consumidores la rentabilidad ya era interesante, pero sí que cambió el estado de opinión general; se dejó de hablar en negativo del autoconsumo por parte de los medios y de todos los actores implicados, de hecho, ahora casi todas las eléctricas, tanto las de toda la vida como las nuevas están ofreciendo autoconsumo, lo cual es muy positivo”, recalca Carlos García.

Otro hito clave en la expansión del autoconsumo ha sido el Real Decreto aprobado en abril de este año que fomenta el autoconsumo en comunidades de propietarios o polígonos industriales, reduce los trámites administrativos, y que, sobre todo, simplifica el caso de los consumidores residenciales y aquellos con instalaciones solares de hasta 100 kW, ya que establece un mecanismo simplificado de compensación de la energía autoproducida y no consumida. Además, abre la puerta a permitir compensar excedentes entre vecinos de una misma comunidad.

Flecos pendientes

Una de las cuestiones que más interés despierta en torno al autoconsumo tiene que ver con la compensación de excedentes. El mecanismo es sencillo: el exceso de producción no consumido en un mes se resta en la factura de consumo de ese mismo mes.

En todo caso, es importante tener en cuenta que la compensación simplificada se “resetea” cada mes. Esto quiere decir que si, por ejemplo, un consumidor residencial se va vacaciones en agosto y su consumo es cero o muy bajo, el excedente de producción que no haya consumido ese mes no se lo puede llevar a otros meses con mayor consumo.

“Con la regulación actual, el autoconsumo sigue siendo más favorable para ciertos segmentos con perfiles de consumo ”diurnos“ relevantes, como son los hoteles, los supermercados, las residencias de ancianos, las oficinas y muchos otros”, explica Carlos García.

Además, añade, “el mecanismo de compensación simplificada de excedentes, es muy interesante, pero para poder llevarlo a cabo, los comercializadores dependemos de la distribuidora para que nos mande las lecturas de los kilovatios hora exportados. Aunque en este momento todavía falta un protocolo que tiene que definir cómo se realiza la venta al pool de esos excedentes, nosotros estamos aplicando ya la compensación simplificada a clientes en diferentes puntos de España”.

Para el usuario residencial –el que pone las placas en el tejado de su casa- el peor obstáculo para el autoconsumo tiene que ver con la potencia contratada, que “vas a tener que seguir pagando, y que tiene un coste demasiado alto en nuestro país. Una opción para reducir la factura, tanto de consumo como respecto de la potencia contratada, es añadir una batería a la instalación, pero el coste del proyecto va a aumentar a la par que tu autonomía energética”, resume el fundador de ecovatios.