Recibir el alta y poder volver a casa tras una operación es siempre una buena noticia, pero dejar el hospital a veces genera miedo e inseguridad. Es entonces cuando más se necesita al personal de enfermería, por ser el más cercano al paciente y a las familias, por ser los encargados de asegurar la continuidad de los cuidados para una completa recuperación. “Aunque se ha resuelto el proceso clínico agudo que motivó su ingreso, la atención no finaliza ahí, ya que el proceso es continuo. En la mayoría de los casos, el paciente se va con nuevos tratamientos y cuidados que requieren de seguimiento integral”. Teresa de la Huerga, enfermera de Continuidad Asistencial del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, nos cuenta el cómo estos profesionales trabajan para mejorar la calidad de la asistencia a través de seis grandes líneas de acción:
1. Educación al paciente
Mientras que los avances en la asistencia sanitaria permiten que cada vez los pacientes vuelvan antes a casa, el tiempo para asimilar toda la información se reduce. “El día del alta supone un momento estresante para el paciente y con los nervios muchos se van a casa sin leer los informes o sin preguntar todas las dudas”, asegura Teresa de la Huerga. “Es por ello que la educación por parte del personal de enfermería del hospital debe hacerse de forma precoz, teniendo en cuenta las necesidades individuales para garantizar su autonomía. El paciente es ahora el centro de nuestros cuidados y los profesionales le acompañamos y asesoramos para que consiga los mejores resultados”.
2. Coordinación con los centros de atención primaria
Los profesionales de enfermería de los centros de salud son los que mejor conocen a cada paciente y quienes valoran cuándo necesita ser derivado a un hospital. “Con una comunicación fluida entre los diferentes ámbitos asistenciales se pueden resolver muchos casos de forma conjunta, evitando reingresos hospitalarios y visitas a urgencias”. De la Huerga destaca la importancia de la llamada proactiva desde los consultorios de atención primaria: “Se ponen en contacto telefónico con los pacientes que han salido del hospital para conocer su evolución y resolver sus dudas de forma temprana, detectando situaciones de riesgo que precisan ser vistas en consulta”.
3. Formación continua
Los Talleres de Enfermería de la Fundación Jiménez Díaz, , son un ejemplo de las ventajas que supone la constante actualización de conocimientos para estos profesionales. “El objetivo fundamental de estos talleres es facilitar la formación a los enfermeros y enfermeras de atención primaria sobre las últimas técnicas, y reforzar su preparación en aquellos aspectos que han evolucionado”, explica de la Huerga. A través de encuestas anuales se deciden los contenidos, para dar respuesta a sus demandas más frecuentes. Desde 2017, 340 profesionales de centros de salud y sociosanitarios han pasado por estos talleres.
4. Últimas técnicas y tratamientos
Drenajes, sondas, catéteres, controles en las insulinas o necesidades paliativas… Pero también novedades como la inmunoterapia y la crioterapia. En los talleres de la Fundación Jiménez Díaz se repasan los dispositivos disponibles y su correcta utilización para evitar las complicaciones más frecuentes. “Es importante conocer los procedimientos que favorecen la autonomía del paciente y fomentan sus autocuidados en el domicilio”.
5. Apostar por las nuevas tecnologías
Mejorar la accesibilidad y potenciar canales de comunicación electrónicos optimiza la comunicación entre pacientes y profesionales. Es el caso del Portal del Paciente de dicho hospital, que permite a los usuarios tener toda la información clínica del hospital, sus citas, analíticas y pruebas diagnósticas, o la e-consulta, gracias a la cual el personal de enfermería de atención primaria puede contactar con los médicos del hospital recibiendo respuesta a través de la historia clínica del paciente en un plazo de 24-48 horas.
6. El apoyo a las familias
“Cuando la familia ve que nos anticipamos a las posibles necesidades que va a tener de cara al alta, lo valoran de una forma muy positiva. La tranquilidad de tener con quién contactar cuando les surgen dudas disminuye la sensación de salto al vacío que supone el alta hospitalaria”, afirma Teresa de la Huerga, que recuerda que “favorecer la autonomía del paciente y la familia supone reducir riesgos y eventos adversos”.
La Unidad de Continuidad Asistencial de la Fundación Jiménez Díaz ya trabaja en la organización de la próxima edición de estos talleres que, además de fomentar la interacción entre los diferentes ámbitos asistenciales, ponen en valor el papel imprescindible del profesional de enfermería: “Nuestra labor va más allá de los cuidados técnicos, estamos a pie de cama y les acompañamos tanto en el hospital como en los centros de salud”, concluye de la Huerga. “Son los propios pacientes los que cada vez demandan mayor información en lo referente a sus cuidados. Como profesionales sanitarios debemos asegurarnos que tomen decisiones informadas para mejorar su autonomía y la calidad asistencial”.