La portada de mañana
Acceder
La apuesta de Macron por la derecha fracasa en tres meses
Segunda oportunidad para Muface: las aseguradoras ponen sus condiciones
'Sus rosarios, nuestros ovarios', por Neus Tomàs

Cuáles son las señales de advertencia de la depresión posparto

Mercè Palau

El nacimiento de un hijo puede suponer para muchas mujeres una mezcla de emociones, en ocasiones contradictorias, que van desde el entusiasmo y la alegría, al miedo y la ansiedad por todo lo nuevo que está por venir. Se calcula que una de cada cuatro mujeres tendrá síntomas o cumplirá con los criterios de trastorno mental durante el postparto. 

En todo el mundo, y según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), un 13% de las mujeres que acaban de dar a luz experimentan un trastorno mental, sobre todo depresión, una cifra mucho mayor en los países en desarrollo, donde esta cifra se sitúa en casi un 20%. 

Qué es la depresión posparto

El embarazo y el periodo posterior al parto pueden ser un momento especialmente vulnerable para la mujer. La madre experimenta inmensos cambios biológicos, emocionales e incluso sociales durante todo este tiempo que se traducen en una serie de altibajos en las primeras semanas y meses después del nacimiento. Para muchas mujeres, los sentimientos de depresión y ansiedad pueden llegar a eclipsar la alegría de tener un bebé.

Este estado estaría relacionado sobre todo con los cambios hormonales que se viven durante el posparto, a los que se añaden la falta de sueño, el peso de ver que alguien depende de una misma, la responsabilidad de pensar cómo de enorme es el cambio de vida que se está viviendo o la experiencia que se haya tenido en el parto. La suma de todo ello puede llegar a ser abrumador, lo que explicaría que se necesite un tiempo de adaptación.

Si van pasando los días y el sentimiento de angustia y tristeza no cesa sino que aumenta podríamos estar hablando de una depresión posparto, uno de los trastornos mentales que más sufre la población femenina en todo el mundo pero que es, pese a todo, uno de los más silenciados. El inicio de la depresión posparto suele ser variable y no siempre se da en las siguientes semanas al parto. Los días de más riesgo son durante las tres primeras semanas hasta los tres primeros meses después de dar a luz, cuando pueden aparecer también síntomas de culpa y vergüenza que se intentan disimular en la mayoría de los casos.

Cuando esto ocurre, no solo tiene consecuencias para la mujer sino también en el día a día de la madre-bebé y puede afectar a otras áreas tan importantes como la alimentación, la crianza o la vinculación afectiva.

Principales factores de riesgo de la depresión postparto

Aunque no se sabe con ciencia cierta qué es lo que desencadena una depresión posparto, sí se apunta como uno de los principales factores de riesgo haber sufrido una depresión anteriormente, apunta Susana Amodeo Escribano, doctora en Psicología y psicólogo clínica adjunta en el Servicio de Psiquiatría de la Fundación Jiménez Díaz.

Pero no es el único. También interviene una combinación de factores físicos y emocionales debido a que los niveles de hormonas, estrógeno y progesterona, en el cuerpo de una mujer descienden de forma rápida, lo que conduce a cambios químicos en el cerebro que pueden desencadenar alteración del humor. También influyen otros aspectos como tener una elevada ansiedad antes y durante el embarazo, poco apoyo social o situaciones vitales estresantes o antecedentes familiares de depresión. 

Cuáles son los síntomas de la depresión posparto

Los síntomas de advertencia son distintos para cada persona, aunque los más habituales son tristeza persistente, estado de ánimo depresivo la mayor parte del día o falta de interés o placer en cualquier tipo de actividad y persona, ya sea el bebé, la familia o los amigos.

Estos síntomas, explica la especialista, pueden ir acompañados de otros como pérdida de peso o disminución del apetito, insomnio, agitación o enlentecimiento psicomotor, fatiga, sentimientos de culpa, dificultad para concentrarse o, en los casos más graves, pensamientos recurrentes de muerte. Además, es posible que la mujer se sienta distanciada del bebé y de su pareja y tenga miedo a no ser una buena madre.

Si estos síntomas duran más de dos semanas seguidas es recomendable pedir ayuda para encontrar el tratamiento adecuado.

Terapia centrada en la madre para superar la depresión posparto

De todas las modalidades de terapia, “la cognitivo conductual presenta el mayor respaldo empírico en comparación con otras modalidades de terapia”, afirma la doctora Amodeo, que reconoce que puede realizarse “tanto a nivel individual como grupal” como tratamiento inicial, siendo especialmente útil en el caso de las mujeres lactantes. El objetivo es aprender estrategias de regulación emocional como técnicas de relajación, trabajar la asertividad, aprender a afrontar los pensamientos negativos sobre una misma, la maternidad o el bebé, aumento del autocuidado personal y encontrar tiempo para una misma.

En el caso de que esta terapia no funcione, los antidepresivos son una alternativa. La combinación de psicoterapia y farmacoterapia también es útil para algunas pacientes. 

No es lo mismo depresión que tristeza

A menudo suele confundirse la depresión posparto con lo que se conoce como Baby Blues, un estado de tristeza transitoria que pasará con los días y que “suele sufrir un 80% de las mujeres durante los días siguientes al parto, normalmente no más de dos semanas”, admite Amodeo Escribano. Como hemos visto, durante los primeros días es habitual que la mujer muestre un ánimo ligeramente triste, lloro inexplicable o irritabilidad, que pueden ir acompañados de sentimientos de inseguridad y preocupación por el bebé. 

Son síntomas que suelen ser más intensos en el cuarto y quinto día tras el parto y que deberían desaparecer de forma espontánea. Esta reacción es normal y se relaciona con los fuertes cambios biológicos que tienen lugar antes, durante y después del parto, una manifestación más leve que la depresión posparto y que, a diferencia de la depresión, suele desaparecer por sí sola.