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Los besos son una demostración de cariño y pasión tan central en nuestro mundo que nos cuesta un poco imaginar que haya gente no se bese. Sin embargo, el beso —al menos en su expresión “sexual romántica”, definida como “un contacto labio a labio que puede ser prolongado o no”— solo está presente en el 46% de las culturas del mundo. A esa conclusión llegó un estudio publicado en 2015, que analizó 168 culturas diferentes.
El caso es que los besos están asociados a momentos felices y generan placer y bienestar. Y en ocasión del Día Internacional del Beso, que se celebra cada 13 de abril, viene bien destacar que besarse también proporciona muchos beneficios adicionales, algunos de ellos sorprendentes. Los más importantes se enumeran a continuación.
1. Ayuda a encontrar la pareja adecuada
Diversas investigaciones han hallado que, en nuestras sociedades, los besos cumplen una función importante al momento de valorar si otra persona cumple las condiciones para ser la pareja adecuada. Más aún, el primer beso puede ser fundamental para la continuidad (o no) del vínculo.
Y no solo al principio: besarse favorece el apego y por lo tanto fortalece la relación entre los miembros de una pareja. De hecho, las parejas que se besan más están más satisfechas con la relación, según un trabajo basado en encuestas a más de 900 personas de entre 18 y 63 años en el Reino Unido.
También existen indicios (hallados por científicos de Bélgica) de que las feromonas podrían desempeñar un rol fundamental en los besos. Percibirlas podría causar en las mujeres efectos positivos sobre su estado de ánimo y sobre su respuesta sexual, y eventualmente también en la selección de pareja.
2. Mejora el estado de ánimo
Los besos son una especie de “droga natural”, porque generan que el cuerpo segregue una serie de sustancias que proporcionan placer. Se liberan neurotransmisores como endorfinas y oxitocina, la llamada “hormona del amor”. Eso explica —al menos en parte— el mayor apego en la pareja de los cuales los besos son a la vez causa y efecto.
Además, los besos activan el sistema de recompensas del cerebro e inducen la producción de dopamina. Según un estudio realizado con resonancia magnética, el efecto de la “hormona del placer” durante un beso apasionado puede ser tan intenso que resulte similar al que generan sustancias como la cocaína o la heroína.
3. Reduce el estrés
De la mano de los efectos citados en el punto anterior, aparece otro que también resulta clave: la reducción del cortisol, la “hormona del estrés”. Todo esto explica que, además del placer físico, los besos produzcan ese bienestar emocional que se parece tanto a olvidarse de todos los problemas, al menos por unos minutos.
4. Incrementa el deseo sexual
Es casi obvio, pero no por ello hay que dejar de mencionarlo: los besos suelen ser el primer paso en las relaciones sexuales, por el placer, el bienestar y el apego que generan en la pareja a partir de los efectos químicos ya mencionados. Y otros que se producen a la par, como la producción de serotonina, testosterona y vasopresina.
Un estudio de 2018, por cierto, determinó que para las mujeres los “besos profundos” durante las relaciones sexuales aumentan las probabilidades de tener un orgasmo. Incluso se han registrado casos de personas a las que los besos les resultan suficientes para alcanzar el clímax.
Quizá por eso las mujeres dan a los besos mayor importancia que los hombres, como sugiere un trabajo de la Universidad de Albany, en Estados Unidos. Solo el 14,6% de ellas dijo que tendría relaciones sexuales con alguien a quien no hubieran besado antes, mientras que entre los varones ese porcentaje fue del 52,8%.
Entre las mujeres, por lo demás, según ese mismo documento, también es más probable que entre los hombres “descartar” una pareja a causa de un mal beso.
5. Fortalece el sistema inmune
Los efectos positivos señalados hasta aquí pueden resultar evidentes y casi lógicos. Pero los besos también redundan en beneficios para la salud a menudo desconocidos e inesperados. Por ejemplo, el hecho de que el sistema inmune se beneficia del intercambio de saliva que se produce durante un beso.
Un trabajo realizado por científicos de Países Bajos estimó en unos 80 millones la cantidad de bacterias intercambiadas en un beso de diez segundos de duración. No obstante, una revisión de estudios publicada en la revista especializada The American Journal of Medicine apunta que el número de bacterias involucradas podría alcanzar los 1000 millones.
Según esos textos, esas bacterias pueden ser de hasta 278 especies diferentes, y alrededor del 95% de ellas no son problemáticas para personas con un sistema inmune saludable. En parejas que se dan al menos nueve besos de diez segundos de duración por día, la microbiota salival -la composición bacteriana de sus salivas- es similar.
6. Favorece la salud bucodental
Por otro lado, más allá de la composición del microbioma bucal, los besos también estimulan la producción de saliva. Y una mayor cantidad de saliva ayuda a combatir la placa bacteriana, que es la principal causa de caries y otros problemas para la salud de los dientes y el resto de la cavidad oral.
7. Contribuye con la salud del cutis
Besar ocasiona que el flujo de sangre en la zona de la cara se incremente. Y esto induce una suba en la producción de colágeno y elastina. Como estas proteínas son dos de los principales nutrientes para la piel —pues son responsables de su firmeza y elasticidad, respectivamente—, se puede afirmar que los besos también revitalizan el cutis e incluso retrasan la aparición de arrugas.
8. Hace trabajar los músculos de la cara y quema calorías
Ese mayor flujo de sangre se debe a que, para los músculos de la cara, dar un beso representa actividad física. Durante un beso apasionado, trabajan entre 23 y 34 músculos faciales, que pueden adoptar hasta 112 posturas y consumir hasta 26 calorías por minuto.
No es que uno vaya a bajar de peso gracias a ese ejercicio, pero es sabido que cualquier actividad física es mejor que no hacer nada. Estos datos surgen también del ya citado artículo del ‘The American Journal of Medicine’.
9. Disminuye el colesterol
Uno de los efectos más curiosos de besarse más radica en su efecto sobre el colesterol sérico: lo reduce, a causa de los cambios producidos a nivel hormonal y en los lípidos transportados por la sangre. Esa fue una de las conclusiones de un estudio que también corroboró que la mayor frecuencia en los besos se corresponde con parejas menos estresadas y más satisfechas con la relación.
10. Aumenta la calidad de vida
Otros estudios señalan que los besos alivian los efectos de ciertas alergias. Y hasta existe un trabajo que data de la década de 1980, en Alemania, que afirmaba que los hombres y las mujeres que besaban a sus parejas por la mañana al partir rumbo a su trabajo vivían una media de cinco años más que aquellos que no daban ese beso matinal.
Y no solo eso: según ese texto, las personas del primer grupo también sufrían menos enfermedades y accidentes automovilísticos e incluso ganaban entre un 20% y un 35% más dinero que los del segundo grupo. En definitiva, los efectos de besar son tantos y tan positivos que no hay razón para no hacerlo siempre que sea posible.
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