Día Mundial del Agua
Los cinco errores que cometemos cuando bebemos agua embotellada
Beber agua no parece, a priori, un acto ni peligroso y arriesgado. Lo hacemos para mantenernos hidratados y para que todos los procesos de nuestro organismo funcionen de forma adecuada. Por tanto, es algo que realizamos a diario y, muchas veces, lo hacemos de una botella de plástico.
El agua mineral ha sido la más consumida en España durante el año 2020. El consumo de agua envasada ha crecido un 10,8%, según el Informe de Consumo Alimentario en España 2020, cifras que demuestran que el uso de las botellas de agua es muy generalizado. Y ahora, que está a punto de celebrarse el Día Mundial del Agua, el próximo 22 de marzo, aprovechamos para compartir algunos de los errores más habituales que cometemos cuando bebemos de una botella.
Errores cuando bebemos agua de una botella
A pesar de que estamos muy acostumbrados a usar botellas de agua, esto no significa que las usemos de la manera correcta. Al contrario, solemos obviar ciertos detalles y cometemos equivocaciones. Algunas de las más habituales son:
1. Dejar las botellas al sol
Dejar una botella expuesta al sol, con temperaturas superiores a los 18ºC durante varios días, hace que se produzca un cambo de gusto, más desagradable. Esto se produce sobre todo con las botellas fabricadas con politereftalato de etileno (PET), uno de los más utilizados en el sector de los alimentos por su resistencia y facilidad para ser moldeado.
Pero, al ser un termoplástico, se deforma fácilmente a altas temperaturas. Cuando se calienta este material, las cadenas moleculares que lo forman se desplazan y adquieren nuevas posiciones, lo que provoca, entre otras cosas, la migración de compuestos al agua, sobre todo de antimonio (Sb). Lo explicamos con detalle en este artículo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) fija una ingesta diaria tolerable (IDT) de 6 µg/kg de peso corporal.
Otro motivo que suscita preocupación es la presencia de Bisfenol A, una sustancia usada para fabricar plásticos como el policarbonato y ciertas resinas epoxi, que actúa como disruptor endocrino. Los estudios realizados durante varias décadas han demostrado que esta sustancia, en determinadas condiciones de calor y humedad, puede filtrarse en los alimentos desde los revestimientos internos.
Para reducir este riesgo, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) proponía reducir en diciembre de 2021 a 0,04 nanogramos por kilo de peso corporal al día la ingesta diaria tolerable (IDT), una cantidad100.000 veces menor que hasta entonces.
2. Rellenar la botella una y otra vez
¿Quién no lo ha hecho en más de una ocasión? Llegar a casa y, para aprovechar la botella de agua que hemos usado durante el día, la volvemos a rellenar para usar al día siguiente. Pero es poco recomendable hacerlo, sobre todo para las botellas de plástico pequeñas, que están diseñadas para usar una sola vez.
Algunas etiquetas llevan la advertencia “no rellenar”, una medida de prevención con varias finalidades, entre ellas la de evitar la pérdida de las propiedades organolépticas y la de contaminarse con microorganismos.
Las bacterias en una botella de agua proceden sobre todo de las manos y la boca, pero también pueden provenir de la suciedad que entra en contacto con la boca de la botella. Reutilizar las botellas de un solo uso puede favorecer la formación de pequeñas grietas, donde bacterias y hongos pueden adherirse.
Es importante destacar que rellenar la botella alguna vez no constituye un riesgo: solo cuando este gesto lo convertimos en un hábito. Existe la falsa creencia además que dice que el código numérico que aparece en las botellas de agua dentro de un triángulo indica las veces que se puede usar dicho envase.
Esto es falso: el número permite identificar de qué tipo de plástico se trata (1, tereftalato de polietileno (PET), resistente y 100% reciclable; 2, polietileno de alta densidad (HDPE); 3, cloruro de polivinilo (PVC); 4, polietileno de baja densidad (LDPE); 5, polipropileno (PP); 6, poliestireno (PS); 7, otros).
3. Dejar la botella de agua abierta
No tapar la botella de agua deja abierta una fuente importante de gérmenes y bacterias. El agua queda expuesta a factores externos como polvo y suciedad en general. Una vez abierta la botella es importante consumirla en pocos días (a los tres días siguientes a la apertura) para que se conserven todas sus propiedades y beneficios.
4. Lavar las botellas de agua en el lavaplatos
Este es otro gran error, aunque pensemos que lo que estamos haciendo es correcto. Al menos es lo que dice una investigación realizada por la Universidad de Copenhague que ha revelado que las sustancias más tóxicas identificadas se produjeron después de haber lavado la botella en el lavavajillas.
Los expertos atribuyen este problema al hecho de que el lavado desgasta el plástico y, por tanto, aumenta la lixiviación de materiales. Según el estudio, en botellas reutilizables nuevas, unas 500 sustancias distintas permanecieron en el agua tras el enjuague; más de 100 de estas sustancias procedían del propio plástico.
Los expertos admiten también que el hecho de que estas sustancias estén en el agua no significa que esta sea tóxica, aunque beber residuos de jabón u otros productos químicos tampoco es lo deseable.
5. Pensar que no tienen fecha de consumo preferente
A la hora de comprar agua embotellada es importante fijarnos en el envase y también en comprobar cuál es la fecha de consumo preferente. Aunque, por su propia naturaleza, no se degrada, puede mantenerse potable durante años siempre y cuando la botella no se haya abierto nunca y se conserve en un lugar fresco, seco y alejado de la luz solar. Las botellas de agua están obligadas, por ley, a llevar la fecha de consumo preferente.
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