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Evitar la caída del pelo: tres métodos que funcionan y siete cosas que no

Foto: Pexels

Jordi Sabaté

André, lector y socio de eldiario.es, nos plantea la siguiente cuestión en el texto de un correo electrónico: “Estoy sufriendo una caída del pelo bestial en las últimas semanas; mi chica dice que es porque llega el otoño y es época de que cambie el tipo de cabello a otro más grueso que nos protege el cerebro del frío, pero a mí me preocupa porque estoy perdiéndolo en grandes cantidades y me da miedo quedarme calvo. ¿Sabéis de algún truco efectivo para evitar la caída del pelo, o por lo menos para reponer el que se me cae? Por favor, si lo conocéis decídmelo rápido”.

Antes de ofrecer remedios, que advertimos que son pocos y nada sencillos, haremos varias puntualizaciones a los conceptos que maneja André, puesto que muestra no poca confusión. Todos en mayor o menos intensidad sufrimos la caída de pelos de nuestro cabello. De los 100.000 pelos que se calcula que tiene nuestro cuero cabelludo, entre cincuenta y cien caen cada día. Además cabe señalar que, cuando el folículo piloso está sano y vivo, estos se renuevan y la vida media de un cabello es de tres años, de modo que tardamos cerca de siete años en renovar nuestra cabellera.

Qué es la alopecia

Ahora bien, la caída del pelo, y más cuando se produce de forma masiva, como explica André, no siempre se ve seguida de la reposición por uno nuevo. Esto es lo que sucede cuando el folículo, que es el conjunto de células encargadas de fabricar el filamento proteínico del cabello, muere. Tal muerte puede venir dada por diversas causas:

  • Insuficiente irrigación de la superficie capilar y los folículos
  • La edad -a la larga todos perdemos folículos-
  • Condicionantes genéticos que alteran la regulación hormonal

Esta caída generalizada se conoce como alopecia y afecta sobre todo a los hombres, aunque de manera mucho más minoritaria se puede dar en las mujeres. Estas pueden sufrir también una alopecia transitoria durante la menopausia o el embarazo, pero tras las revoluciones hormonales que implican estos procesos, el cabello se recupera. Lo que no sucede, como asegura la pareja de André, es una caída otoñal de los pelos; no somos árboles. Tampoco fabricamos diferentes tipos de cabellos según la época del año.

Por lo tanto, la caída del cabello sin renovación es un proceso eminentemente masculino, que se denomina alopecia androgénica y que va ligado a la muerte del folículo piloso. Por qué se produce antes en unos hombres que otros, incluso en hombres jóvenes, está todavía por aclarar, pero sí se ha podido comprobar un fuerte ascendente genético en las causas.

En concreto se relaciona la alopecia masculina con una degeneración de la testosterona, hormona que diferencia al sexo masculino, que pasa a una forma llamada dihidrotestosterona (DTH). Se sabe que la DTH atrofia los folículos del cuero cabelludo, aunque curiosamente no los del cuerpo. Como la testosterona incentiva el vello corporal, se especula con que los hombres con altos niveles de esta hormona tengan más riesgo de alopecia, al pasar mayor porcentaje de testosterona a DTH. De hecho, muchos hombres calvos son también peludos.

Cómo se puede combatir la alopecia

En realidad hay pocos frentes donde luchar, pero los tres más destacados tienen demostrada su eficacia.

El primero es la toma bajo supervisión médica del medicamento FinasteridaFinasterida. Se trata de un derivado de los esteroides y es un inhibidor competitivo de la enzima 5-alfa-reductasa de tipo II, que es la que transforma la testosterona en dihidrotestosterona. Por tanto reduce significativamente los niveles de DHT en sangre, protegiendo la vida de los folículos. No obstante, puede tener efectos colaterales como la impotencia y no está recomendado en mujeres.

En casos de alopecia moderada se puede aplicar también el medicamento vasodilatador Minoxidil,Minoxidil que se utiliza para la hipertensión. Se emplea como mezcla aceitosa en masaje sobre el cuero y resulta exitoso para frenar la caída, se cree que porque impide la entrada de calcio en el folículo, ya que la calcificación del mismo le lleva a la muerte. Pero cuidado: si nos pasamos con el Monoxidil, se nos puede caer el pelo… Por eso debe estar supervisado por un facultativo.

Finalmente solo nos queda la solución quirúrgica consistente en los microinjertos de folículosmicroinjertos de folículos, donde nos extraen folículos vivos y sanos de otras partes del cuerpo mediante ventosa y se trasplantan literalmente en el cuero cabelludo uno a uno. El método puede costar alrededor de 15.000 euros, pero muchos hombres alopécicos viajan a países como Turquía, donde su precio es una tercera parte, lo que ha provocado una caída de los precios también en España.

Lo que no funciona

Otros remedios, leyendas y trucos del almendruco son puro fake; no funcionan para evitar la caída del cabello. A continuación te ofrecemos unas cuantas chorradas inútiles:

Tomar suplementos de biotina: está demostrada la ineficacia de los suplementos de biotina, aunque sí hacen el cabello más grueso y promueven que los folículos fabriquen más filamento, pero no salvan a los que van a morir.

Raparse al cero, al uno o al dos: nos saldrá al principio un cabello más grueso, pero no salvará al folículo.

Dejar de usar gomas de cabello: por mucho que tiren de él, aunque lo arranquen, el folículo no se ve afectado en su ritmo de producción del filamento.

Lavarnos el pelo con menos frecuencia: seguramente dejaremos de sufrir alergias y caspa por la excesiva sequedad dérmica que provocan los champús, pero el sebo del cuero no ayuda al folículo en nada.

No usar secador de pelo ni rizadores: puede que nos quede el cabello más sedoso y no tan quebradizo, pero seguirá cayendo igual.

Masturbarse con frecuencia: solo para hombres. La teoría es que si no eyaculamos acumulamos testosterona y esta pasa a DHT. Pero lo cierto es que la fabricación de testosterona se produce a diario, y aunque sí hay indicios de que tras la eyaculación los niveles de DHT bajan, tienden a recuperarse con la nueva producción de testosterona.

Someternos a tratamientos extravagantes: tal es el caso de la ozonoterapia o el masaje linfático capilar.

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