Josué, lector y socio de eldiario.es nos plantea las siguientes dudas en el texto de un correo electrónico: “tengo por costumbre tomar un diente de ajo cada mañana en ayunas porque ha sido una tradición en mi familia y porque mi padre siempre aseguraba que era bueno para la circulación y el aparato digestivo. Pero acabo de leer un artículo donde se dice que el ajo no cura nada y me queda la duda; no dejaré de tomarlo porque lo he hecho toda mi vida, a no ser que sea malo, claro, pero me gustaría saber si realmente sirve para algo esta costumbre”.
Ya le adelantamos a Josué que -según lo que sabe la ciencia hasta la fecha- la costumbre de comer un diente de ajo cada mañana en ayunas no sirve absolutamente de nada. Esto no quiere decir que sea una costumbre insana ni que el ajo no tenga sus virtudes nutricionales, que las tiene e incluso la OMS recomienda incorporarlo en una dieta sana y variada. Por ejemplo, contiene un rango interesante de vitaminas del grupo B y vitamina C, así como diversos oligoelementos como calcio, hierro, magnesio, fósforo, sodio o zinc.
También cuenta con los llamados sulfóxidos, responsables del olor característico del ajo y entre los cuales está la aliina, un compuesto al que, cuando media la intervención de la enzima alinasa, que la convierte en la llamada alicina, se le atribuyen numerosas propiedades farmacológicas. Pero la aliinia, que se transforma en alicina solo cuando el diente de ajo se rompe o se machaca, constituye apenas el 0,22% del diente de ajo, es decir una cantidad ínfima.
De esta suerte, conviene no confundir un principio activo interesante para elaboraciones de farmacia con una costumbre arraigada en tradiciones de dudoso origen. Son muchos los mitos relacionados con la ingesta de ajo crudo en ayunas, pero a continuación pasamos a relatar los cinco más extendidos que, por el momento, no han podido ser corroborados por la ciencia.
1. Es bueno para la circulación
La alicina ha demostrado tener propiedades anticoagulantes que podrían contribuir a evitar que se formaran trombos; también se relaciona al ajo con una bajada significativa del colesterol en sangre, pero no hay ningún estudio que pruebe que en general, ingerir uno o más dientes de ajo regularmente tenga incidencia positiva sobre la salud cardiovascular. Una revisión de la iniciativa Cochrane de 2012 sobre los estudios realizados hasta entonces concluyo que no se puede establecer que la ingesta de ajo incida sobre las tasas de mortalidad cardiovascular en pacientes diagnosticados de hipertensión.
2. Previene las infecciones
Es cierto que la alicina se ha demostrado un antibiótico eficaz contra hongos como Candida albicans, protozoos como Trichomonas sp. y diversos tipos de bacterias como el estafilococo dorado, Escherichia coli o el vibro de la cólera. Pero de nuevo hay que incidir en que su porcentaje es residual dentro de un diente de ajo y que no tiene acción preventiva sino solo en el caso de que hubiera infección y las dosis de alicina fueran elevadas, lo que podría significar comer muchos dientes. Por otro lado, no se recomienda en absoluto la aplicación de empastes de ajo sobre la piel con intenciones desinfectantes de heridas, pues los sulfóxidos y otro componentes son sumamente abrasivos y pueden empeorar las infecciones.
3. Disminuye el riesgo de padecer cáncer de próstata, colon y estómago
Se atribuyen a la alicina propiedades anticancerígenas, pero una muy reciente revisión de la Universitat Pompeu Fabra junto con la iniciativa Cochrane iberoamericana y la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología concluyó que no hay bases científicas para asegurar que la ingesta de ajo crudo disminuya el riesgo de padecer distintos tipos de cáncer.
4. Ayuda a adelgazar
Otras atribuciones que se dan a la alicina son las de aumentar la sensibilidad a la insulina y por tanto controlar las subidas del índice glucémico al ingerir azúcares, lo que podría incidir en una menor formación de grasa abdominal. Sin embargo, un trabajo publicado en 2016 en la revista Nutrition destacaba que no se observaron efectos en la disminución de grasas al tomar suplementos de ajo, que previsiblemente contenían elevadas cantidades de alicina. Se puede extrapolar que mucho menos hará la ingesta de ajo crudo.
5. Es bueno para la tripa
Al contrario, el ajo crudo en exceso puede tener, debido a su poder oxidativo, efectos nocivos sobre el sistema digestivo como irritaciones, diarreas, dolores abdominales, etc. Ahora bien, para tranquilidad de Josué, un diente de ajo es completamente inofensivo en lo referente a la irritación del estómago o el intestino.
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