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Usar pijama para andar por casa: los beneficios de una tendencia al alza

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El mundo podría dividirse entre las personas a las que les encanta ir todo el día en pijama y las que prefieren vestirse, aunque no tengan que salir de casa. Esta división se ha hecho todavía más evidente durante los últimos dos años, en los que ha aumentado el número de personas que han tenido que teletrabajar.

Para las del primer grupo, la tentación de no quitarse la ropa de cama, es decir, el pijama, el camisón o la bata y las zapatillas en todo el día es muy potente. Porque, ¿para qué vestirse para no ir a ningún lado?

Tener la oportunidad de quedarnos en casa todo el día en pijama, sin necesidad de vestirnos, puede parecer interesante al principio. Pero siempre que no se abuse. A continuación explicamos algunos pros y contras de usar pijama todo el día.

Los beneficios de ir en pijama todo el día

Muchas personas tienen la costumbre de usar pijamas como ropa informal para estar por casa. Son prendas cómodas, quizás de las más agradables y placenteras que tengamos en el armario, y un sueño poder ir con ellas todo el día, sobre todo para personas con un estilo de vida agitado. 

En estos casos, además de comodidad, significa que lo más probable es que tengamos un día despreocupado, libre de obligaciones laborales y familiares. 

Un pijama o un camisón son el símbolo máximo de la relajación. Al estar diseñados para dormir, estas prendas destacan por aspectos como:

  • Mejor circulación: la laxitud de las prendas de cama permite que la sangre circule mejor, sin presiones en cintura ni axilas.
  • Menor estrés postural: por las mismas razones, la tensión en músculos y articulaciones se reduce y ello abunda en menor esfuerzo de la postura.
  • Comodidad: como hemos visto, ir en pijama es sinónimo de no llevar ropa incómoda. Disfrutar de la textura de los materiales suaves, y más si también añadimos un par de zapatillas o calcetines gruesos. 
  • Libertad: usar pijama significa poder tener, en algunos casos, un día despreocupado y desestructurado, sin la tiranía de tener que mirar el reloj, libres de cualquier compromiso y obligación. 
  • Relax: un día en pijama es relajante, tranquilo, un buen momento para descansar y realizar tareas como leer o ver películas. Si bien es cierto que asociamos el pijama con la hora de acostarnos podemos estar más propensos al letargo cuando lo usamos. Esta misma sensación de relajación puede tener grandes beneficios. 

¿Qué ocurre con el calzado?

Muchas personas asocian el hecho de poder ir en pijama todo el día con el hecho de ir descalzos o en zapatillas de andar por casa. Todas son buenas opciones si no se abusa de ellas.

Los beneficios de ir por casa descalzo también son:

  • Evitamos la presión que suele ejercer el calzado.
  • Estimula y trabaja los músculos atrofiados ante el uso de cierto calzado.
  • Libera el estrés porque permite que la planta del pie tenga contacto directo en el suelo, fortaleciendo el sistema nervioso.
  • Mejora la circulación sanguínea.

En este caso, sobre todo si es invierno, es recomendable usar calcetines que tengan una buena transpiración y con cierta capacidad antideslizante para no resbalar, como ya explicábamos en este artículo.

Las pantuflas suelen ser un calzado muy cómodo, ligero y perfecto para que los pies descansen. Nos aportan beneficios como:

  • Comodidad
  • Se pueden poner y quitar con facilidad
  • Nos dan una protección extra en casa

Es aconsejable que aporten sujeción al pie, sin apretar. Por tanto, es recomendable que sean cerradas, no del tipo chancla, y que la suela se adapte al suelo.

En cualquier caso, lo más recomendable es no abusar ni ir siempre con el mismo calzado. Lo mejor es combinar varias cosas dos o tres veces al día.

Por qué es mejor cambiarse de ropa, en algunos casos 

Pero vivir con ropa de cama durante todo el día puede tiene otra cara no tan bonita. No lo es en el caso que tengamos que trabajar en casa, una realidad que se ha vuelto cada vez más habitual desde los primeros casos de Covid-19.

Ante esta situación, no es recomendable por varios motivos. En primer lugar porque los pijamas están asociados con el sueño y el descanso, por tanto, si nuestro caso no es el de pasar un día relajados, su uso durante todo el día si tenemos que teletrabajar puede obstaculizar nuestra productividad.

En segundo lugar porque debemos prestar especial atención a la higiene. Durante la noche, cuando dormimos, nuestro cuerpo elimina células epiteliales, pelos y, por tanto, bacterias, hongos y microbios que permanecen en el pijama.

Lo más recomendable es no usar el mismo pijama durante el día y la noche y lavarlo cada tres o cuatro días, sobre todo las personas con eccema, psoriasis u otras afecciones en la piel. Una encuesta realizada en el Reino Unido, revelaba unas estadísticas de higiene son bastante alarmantes.

Por ejemplo, que promedio de tiempo que los hombres usan sus pijamas antes de lavarlos es de 13 noches, mientras que el de las mujeres se sitúa en 17. Para paliar esta situación, podemos sustituir el pijama por otro tipo de ropa también igual de práctica, como un chándal. Esto nos obliga a cambiarnos de ropa e, inconscientemente, a cambiar el chip. 

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