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¿Tienen color los sonidos? ¿Qué relación mantiene esta curiosa sinestesia? Si profundizamos un poco en este tema veremos que hay prácticamente un arcoíris para llenar nuestros oídos. Ruido blanco, rosa, azul o marrón. Todos tienen una determinada longitud de onda y vibran a diferentes frecuencias.
Como muchas de las modas que surgen en estos tiempos, el verano pasado nos llegaba una nueva tendencia de la mano de TikTok, sobre todo de personas con Trastornos por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).
Se trata de los beneficios de un ruido que podría recordar a las olas rompiendo en la orilla o un ventilador ronroneando, e incluso una lluvia constante y fuerte o una caracola y que les ayudaría a relajarse y concentrarse. Hablamos del ruido marrón, un primo cercano del blanco que cuenta con más de 95 millones de visualizaciones en su hashtag de la red social china.
En YouTube, por ejemplo, los vídeos de ruido marrón de ocho a doce horas de duración se han visto millones de veces; y hay listas de reproducción de Spotify dedicadas a este sonido e, incluso, aplicaciones especializadas para reproducirlo. Pero, ¿qué es exactamente el ruido marrón? ¿Funciona de verdad?
Ruido marrón, más antiguo de lo que imaginamos
“Los sonidos se componen de diferentes frecuencias. Dependiendo de las frecuencias que tengan, se les da un nombre: blanco, rosa, marrón…”, afirma el doctor Gonzalo Martínez-Monche, otorrinolaringólogo, especialista en acúfenos.
El ruido blanco, por ejemplo, se materializa en una especie de zumbido constante que se produce mediante una distribución equitativa de la energía en todas las frecuencias audibles.
El ruido marrón “tiene una prevalencia de tonos graves”, matiza el experto. Es una categoría de sonido que contiene todas las frecuencias que nuestros oídos pueden detectar. Es como el ruido blanco, que integra todo el espectro de frecuencias sonoras que existen de forma armónica y que sirve sobre todo para enmascarar ruidos fuertes de fondo, pero con una calidad más baja, compuesto por frecuencias graves.
Con unas frecuencias más altas amortiguadas que hacen que suene menos metálico, este tipo de ruido, seguramente sin que se tuviera conciencia de ello, ya se usaba “hace muchísimo tiempo” por culturas tan diversas como la budista, la cristiana o las primitivas australianas, que “aprendieron y usaron este ruido de baja frecuencia, graves y resonantes, sobre todo en ambientes amplios para sus rituales”, apunta el doctor Martínez-Monche.
Qué beneficios se asocian al ruido marrón
Uno de los principales beneficios asociados al ruido marrón es el efecto calmante, similar a otras técnicas como la respiración y la meditación al activar el sistema parasimpático, la forma en la que el cuerpo se relaja después de una respuesta de una “lucha o huida” al estrés. Esto sería especialmente beneficioso para personas que sufren ansiedad, que admiten que se reducen los pensamientos repetitivos y, por tanto, los lleva a un estado de calma.
El ruido marrón “sería como un mantra, y esto relaja”, dice el otorrinolaringólogo. “Fisiológicamente te relaja, nuestro córtex auditivo procesa esa información de tal manera que consigue ese efecto relajante”. En cambio, un sonido muy agudo, muy estridente consigue lo contrario.
También se asocia con una mayor concentración a la hora de trabajar o estudiar porque reduce los ruidos que distraen –lo que se conoce como enmascaramiento auditivo–. Un pequeño estudio piloto publicado en Front Psychol habla de resonancia estocástica, una cierta cantidad de exposición al ruido auditivo para mejorar el rendimiento de un cerebro que no funciona de forma óptima. El estudio encontró que esto ayudó a las personas con TDAH a realizar mejor sus tareas al amortiguar las distracciones y “ocupar el cerebro” manteniendo a la persona concentrada.
También se asocia a un mejor sueño. Esto se debe a que, si bien durante el sueño parte del cerebro aún puede sentir y responder el sonido (tráfico, música o sirenas), las frecuencias de este ruido actuarían como “máscaras de sonido”, es decir, ahogarían los sonidos fuertes aislados al reproducirse a una frecuencia continua.
Qué dice la ciencia sobre el ruido marrón
La investigación sobre cómo la música de meditación y los sonidos de baja frecuencia pueden afectar el cerebro y cómo funciona todavía son muy recientes, aunque las personas que lo usan cantan sus alabanzas y reconocen, como hemos visto, una mejora de la concentración, un mejor sueño y la relajación.
Algunas teorías apuntan que las frecuencias más bajas podrían estimular más el cerebro y que es probable que el ruido marrón tenga algunos efectos de enmascaramiento auditivo, lo que disfrazaría o cubriría algunos de los sonidos más desagradables.
En otras palabras, el cerebro podría amortiguar los ruidos que no desea escuchar, mientras amplifica el ruido que sí desea escuchar. Aunque no se sabe con certeza si son seguros a largo plazo.
Por el momento, y según la Sleep Foundation, los estudios han demostrado que el ruido marrón podría ser útil para reducir los síntomas que sufren las personas que tienen zumbidos en los oídos y para mejorar el rendimiento cognitivo, aunque su efecto sobre el sueño no se ha estudiado de forma amplia.
Una revisión de 2020 que analiza varios estudios sobre el efecto del ruido para dormir encuentra resultados contradictorios en cuanto a si un ruido constante durante la noche puede ayudarnos a quedarnos dormidos. “Lo mejor es dormir sin nada”, reconoce el otorrinolaringólogo Martínez-Monche.
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