El escaramujo es el fruto de los arbustos del género Rosa y en especial de la rosa silvestre (Rosa canina). Quienes suelen salir al monte, los conocen por coronar la ramas de las rosas de los márgenes de los caminos, que en otoño muestran un color rojo entre vivo y ya oscuro por su madurez.
Son unos frutos muy característicos y que en España tienen una tradición culinaria relativamente olvidada, pero que los amantes de las infusiones conocen bien por constituir una de las más célebres: la de escaramujo con hibisco y otros frutos del bosque.
Ácida y dulce a partes iguales, la pulpa del escaramujo fue uno de los primeros suplementos alimentarios de la historia, especialmente con fines militares. Los marineros ingleses llevaban escaramujos secos en sus viajes para combatir el escorbuto, y en la Segunda Guerra Mundial también constituía parte de la dieta de los soldados británicos.
De esta suerte, los escolares de las islas tenían asignada la tarea de recolectarlo con el fin de elaborar jarabe de escaramujo para proveer de vitamina C. El fin era sustituir las importaciones de naranjas, interrumpidas por el bloqueo naval de los submarinos alemanes.
Una bomba de vitamina C
Como podrá adivinarse, la principal virtud de los escaramujos, que no la única, es su cantidad de vitamina C, la mayor entre todos los vegetales por goleada, pues es de cuatro a cinco veces mayor que la de una naranja, por ejemplo, alcanzando por 100 gramos los 425 mg, hasta 2000 mg si se mide peso seco.
Según la OMS, la cantidad diaria recomendada de vitamina C es de 75 miligramos (mg) al día para las mujeres y 90 miligramos al día para los hombres. Durante el embarazo, se recomiendan 120 miligramos al día. Y el límite máximo para todos los adultos es de 2000 miligramos al día.
Por lo tanto, consumida en infusión suave, pues la vitamina C es muy sensible al calor, de modo que en una mala cocción se puede perder hasta el 50% de su dotación, nos puede cubrir la necesidad diaria de esta vitamina.
Esto es muy importante durante el otoño por sus propiedades antiinflamatorias, pues es temporada en que la gripe y otros virus penetran por las grietas que se producen en las vías respiratorias resecas, agrietadas e inflamadas. Además, la vitamina C se relaciona directamente con la buena forma del sistema inmunitario.
La vitamina C también es sensible a la oxidación, aunque no tanto como se creía. Así mismo al ser hidrosoluble puede perderse en parte en el lavado o remojado, lo que hace que se ceda a la infusión con facilidad y sin necesidad de usar altas temperaturas. También se puede consumir en mermelada o de otras formas.
Otras propiedades
Del escaramujo se consume la pulpa y se desechan las semillas espinosas del interior, pues aunque no hay noticia de que sean tóxicas, sus espinas pueden provocar irritación intestinal.
También la pulpa es conocida por su acción contra la diarrea merced a su riqueza en sustancias pectinosas y taninos astringentes, que retienen agua en el bolo intestinal. Y como todos los frutos del bosque rojos, el escaramujo es rico en flavonoides y otras sustancias antioxidantes.
En la cocina sueca también es conocida, por su toque entre dulce y ácido, la sopa de escaramujos o Nyponsoppa, que se sirve de postre con nata o helado.
Finalmente, a su mermelada se le atribuyen propiedades cicatrizantes y antiinflamatorias. Se prepara hirviendo la pulpa y triturándola posteriormente, antes de su mezcla con el azúcar. Hay que quitar las semillas previamente.
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