Verbena de San Juan: 10 alimentos para aliviar la resaca
Gerard, socio y lector de eldiario.es de Ciutadella, Menorca, nos comenta que en su ciudad la revetlla de Sant Joan (verbena de San Juan) es una de las fiestas más señaladas del año junto con la Noche Vieja, con un profundo arraigo tradicional. Por lo tanto, según Gerard, la gente suele beber en demasía, especialmente ginebra menorquina con limón, y al día siguiente la resaca atormenta a buena parte de los isleños. En consecuencia, nos pide que le propongamos una serie de alimentos que alivien la resaca.
Según numerosas organizaciones internacionales y no pocos estudios, el consumo de alcohol, incluso de forma moderada, dispara el riesgo de sufrir no pocas enfermedades, muchas de ellas procesos tumorales, tal como explicamos en Estas son las principales enfermedades que provoca el consumo moderado de alcohol. Ahora bien, el hecho real es que la ingesta de alcohol es una forma de intoxicación que utilizamos los humanos para desinhibirnos y socializar.
Por lo tanto, asumiendo que no vamos a erradicar de golpe el consumo de alcohol y dejando claro que es totalmente desaconsejable, pasemos a proponer a Gerard algunos alimentos convenientes, que le pueden ayudar a hacer más llevadero el “día después”, aunque conviene aclarar que su alcance es limitado, no hacen magia.
Cómo funciona la resaca
Para empezar lo más acertado es explicar en qué consiste la resaca, o al menos intentarlo, ya que se trata de un fenómeno complejo y solo parcialmente conocido. Durante la ingesta de etanol (alcohol) se produce una transformación de este en el hígado a acetaldehído, un producto altamente tóxico que es el que nos provoca los efectos de la borrachera. El acetaldehído se acumula en el hígado y deberá ser descompuesto en sales de ácido acético (el mismo del vinagre) y otros compuestos que serán excretados en la orina.
La presencia en el hígado del acetaldehído provoca diversos procesos inflamatorios que generan al día siguiente el típico dolor de cabeza, el dolor muscular, etc. A ello puede ayudar la presencia de taninos y otros compuestos que podrían aportar restos del muy tóxico metanol, tal como en su día te explicamos en ¿Qué bebidas provocan más resaca y cuáles menos? Por otro lado, el alcohol en sí actúa como un potente diurético que nos hará orinar con más frecuencia y deshidratarnos severamente, con lo que además de agua perderemos sales y numerosas vitaminas, especialmente las vitaminas del grupo B y la C.
Por lo tanto, al día siguiente seremos víctimas de múltiples procesos tóxicos e inflamatorios y serias deshidrataciones que nos harán sentir como si nos hubiera pasado una apisonadora por encima. Nuestro cerebro estará falto de hidratación y además no tendrá los elementos básicos para recuperarse porque los habremos tirado por la taza de sanitario…
Hasta aquí lo que se conoce a grandes rasgos de la resaca. Pero por lo contado se puede inferir que los alimentos que se recomiendan, por un lado deben hacer trabajar poco al hígado, que estará estresado degradando el acetaldehído, a ser posible ayudarle estimulando la vesícula biliar y además reponer el agua, las sales y las vitaminas perdidas, además de ayudar a revertir los procesos inflamatorios. Ahí es nada…
Diez alimentos aconsejados para aliviar la resaca
Por lo pronto se desaconsejan todas las grasas animales, lo que incluye lácteos, huevos o embutidos, así como platos calientes y pesados como estofados, fritanga, etc. Nada debe estorbar al hígado en su función de achique de acetaldehído. Los diez que recomendamos son los siguientes:
- Frutas frescas de agua: la razón es que proporcionan hidratos de carbono directos, azúcares, modulados por la fibra dietética que poseen, así como vitamina C y mucha agua y minerales. Optar por melocotones, nectarinas o albaricoques antes que por peras o manzanas, que provocan más gases. También las cerezas, las ciruelas o las fresas son aconsejables
- Pan integral: los cereales integrales comprenden buena parte de las vitaminas del grupo B en su fracción grasa, así como minerales y proteínas del gluten y fibra alimentaria. Además, son una fuente de energía rápida y digerible que no da trabajo al hígado. El pan integral es el más asequible de ellos, pero puede valer el arroz integral.
- Frutos secos: los frutos secos suponen un gran aporte de minerales, vitaminas del grupo B y por otro lado aportan ácidos grasos omega 3/6 en excelente relación, que actúan como antiinflamatorios. No hay que abusar de ellos, no obstante, por su alta proporción de grasas, que obligan al hígado a trabajar más. Especialmente aconsejadas nueves y almendras.
- Ensaladas con endivias, achicoria, brócoli o rábano: estas hortalizas de amargo sabor estimulan la secreción de sales biliares, que actúan sobre las grasas y facilitan la tarea del hígado a la hora de gestionarlas. Además aportan flavonoides, vitaminas y folatos, todos ellos antiinflamatorios.
- Infusiones de alcachofa, cardo o diente de león: por el mismo motivo, si nos encontramos especialmente pesados, las infusiones de estos vegetales son mano de santo para estimular las sales biliares. Además poseen poder laxante.
- Plátano: son una fuente de hidratos de carbono rápida, así como de potasio, vitamina C y magnesio.
- Aguacate: aporta hidratos de carbono, vitaminas del grupo B, calcio, magnesio, potasio y grasas vegetales monoinsaturadas de un modo muy ponderado, sin hacerse indigesto.
- Té verde: lo proponemos como alternativa a otras infusiones excitantes como el café o el té negro. Además, al contrario que los otros, que son inflamatorios y deshidratantes, es antioxidante siempre que se deje la bolsita en el agua el tiempo adecuado.
- Carne de ave: si nos vemos empujados a consumir proteína animal, que sea siempre carne blanca, que es más saludable que la roja, y preferiblemente de ave, ya que es más digerible. La razón es que la carne roja tiene muchos “grupos hemo” con acción oxidativa e inflamatoria.
- Lentejas o garbanzos: aunque deben consumirse con mesura por su alta cantidad de fibra, son ideales para conseguir proteína de alta calidad, así como vitaminas del grupo B y diversas sales e iones minerales.