El próximo 21 de mayo, Raquel Ejerique y yo tenemos hora en el juzgado. Acaba de llegar a la redacción de eldiario.es una cédula de citación. El tribunal de primera instancia número 39 de Madrid nos ha convocado a instancias de Cristina Cifuentes. La presidenta de Madrid ha dado ya los primeros pasos para presentar una “querella criminal” contra nosotros por “presuntos delitos de injurias y calumnias”.
El 21 no es el juicio; eso tardará aún bastante. En esa fecha, se celebrará el acto de conciliación, un paso previo, obligatorio antes de una querella de este tipo. Cifuentes nos acusa de atentar “gravemente contra la verdad” y contra su honor en nuestras informaciones sobre su máster y pide que nos retractemos; que admitamos que nuestros artículos sobre su máster han sido “calumniosos”; que digamos que nuestra información era falsa.
No lo vamos a hacer. No nos retractamos. Nos reafirmamos en cada línea de todo lo publicado.
No vamos a retractarnos porque eso sí sería faltar gravemente a la verdad, a la que nos debemos como periodistas.
La información que eldiario.es ha difundido sobre el máster de Cristina Cifuentes ha sido veraz y contrastada. Nuestro primer titular –Cifuentes obtuvo su título de máster en una universidad pública con notas falsificadas– se ha demostrado cierto de la primera a la última palabra.
Gracias a nuestra investigación periodística, también hemos acreditado que Cifuentes nunca fue a clase, que jamás la vieron en los exámenes, que le aprobaron asignaturas por medio de convalidaciones con firmas falsificadas, que una de sus profesoras ha denunciado las notas ante la inspección y que no hay registro alguno ni de su trabajo fin de máster ni de que lo defendiera ante ningún tribunal.
Cifuentes pagó la matrícula –tres meses fuera de plazo– y pagó dos años después para recoger el título. Es lo único que hizo de forma regular para obtener este título oficial que nunca se mereció.
Cifuentes no ha parado de mentir desde que publicamos nuestra primera noticia y también miente en su escrito ante el juzgado. Dice que eldiario.es “afirma con rotundidad pero sin prueba alguna que la señora Cifuentes falsificó las notas del master”. Y no es así: nunca dijimos que esa falsificación la hubiese realizado ella. Desde el primer momento explicamos que había sido una funcionaria conocida por Cifuentes, Amalia Calonge, quien había entrado en el sistema informático de la Universidad para cambiar ilegalmente sus notas. Teníamos razón, como ha quedado acreditado por la propia Universidad, que ha expedientado a esta funcionaria y ha presentado una denuncia ante la Fiscalía.
En otro párrafo del escrito, Cifuentes considera calumnioso que tachásemos de “irregulares” los documentos que mostró “para demostrar que las afirmaciones de los periodistas son rotundamente falsas”. ¿“Irregulares” le parece calumnioso? En realidad nos quedamos cortos. Cifuentes presentó un acta falsificada con varias firmas falsas, como han confesado ante la Policía dos de las supuestas firmantes. Ese papel, más que irregular, es la evidencia de un presunto delito de falsedad documental que hoy está siendo investigado por la Justicia.
Esta querella no va a ser la única a la que nos enfrentemos. Cifuentes ha presentado otra más, por presuntos delitos contra la Ley de Protección de Datos, que por ahora no nos ha sido comunicada y que tampoco nos consta que esté admitida a trámite.
Como periodista, no es la primera vez que me llevan ante los tribunales. Sí la primera ocasión en la que me acusan de delitos penados con cárcel.
Nunca es agradable tener que pasar por un juzgado como acusado, pero en eldiario.es estamos muy tranquilos. Tenemos la verdad de nuestra parte y el apoyo de más de 31.000 socios y socias que nos respaldan.
No nos van a amedrentar, por muchas querellas que lleguen.