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Espacio para la reflexión y el análisis a cargo de parlamentarios europeos españoles.

Democracia europea: el despertar de la Fuerza

Florent Marcellesi

Y varios autores* —

A los promotores de DiEM 2025, amigos de la democracia, de Europa y de toda su ciudadanía, querido Yanis,

You have a dream. Y es también el nuestro.

Una idea de Europa nos impulsa. Una Europa abierta, transnacional y soberana. Una gran democracia europea, movilizada, popular e inclusiva. Sin embargo, día tras día, el continente europeo se hunde en la impotencia política y moral. Asistimos al resurgimiento de la extrema derecha, de repliegues xenófobos o insolidarios, a la lógica del “cada cual que cuide de sí mismo”, y al quehacer de gobiernos serviles a los intereses de unos pocos. No podemos permitir que nos roben nuestro sueño.

Nuestra Europa es diferente. Está a la altura de sus valores, respeta al conjunto de la ciudadanía y acoja a todas aquellas personas que buscan refugio. Soñamos con una Europa ciudadana y con una soberanía compartida por todas y todos los europeos, donde no solo recobremos la confianza en nuestros parlamentos nacionales y locales, sino que también seamos capaces de decidir juntos nuestro futuro común a través del Parlamento Europeo. Soñamos con un continente unido en la diversidad y la solidaridad, donde una moneda común y unas instituciones supranacionales manifiesten el sentimiento de una comunidad con un destino compartido.

Sí, queremos sacar la democracia de estos cuartos sombríos donde el Consejo Europeo, es decir los Estados miembro, la han secuestrado. Por toda Europa y más allá, los ecologistas tenemos la democracia por proyecto. Defendemos la renovación democrática en Europa como condición necesaria, aunque no suficiente, a la salida de las crisis. Estamos convencidos, desde hace tiempo, de la necesidad de una soberanía europea y de una Asamblea constituyente europea.

Pero no somos ingenuos. Somos conscientes que en nombre de una cierta concepción de integración europea, se llevan a cabo políticas que esclavizan a la ciudadanía y a la misma idea de Europa. Somos realistas. No podemos construir nada sólido sobre ruinas. Tras nosotros hay seis décadas de paz, de acercamiento, de prosperidad compartidas y de reunificación progresiva de un continente dividido por el peso de sus guerras incesantes y por los juegos de las superpotencias nucleares. Pero no olvidemos a aquellas y aquellos que ya están manos a la obra para cambiar Europa. En el corazón de sus instituciones, no sólo hay tecnócratas fríos y políticos neoliberales al servicio de las multinacionales. No debemos confundir jamás la Europa política con las políticas europeas.

Si algunos de nosotras estamos en Berlín para el lanzamiento de DiEM25, es justamente porque como activistas cotidianos de la democracia, la ecología, la solidaridad y la tolerancia, creemos que debemos profundizar aún más en la renovación europea. Creemos que la respuesta a las crisis sociales y económicas, democráticas y morales, climáticas y energéticas, pasan por poner en marcha políticas radicalmente nuevas. En paralelo a las reformas democráticas, la indispensable solidaridad entre los europeos exige el abandono del mito del crecimiento infinito y del consumismo. El cambio climático requiere un replanteamiento de todo, a pequeña y gran escala, desde la energía a la alimentación, desde las deudas a las migraciones, desde nuestra movilidad al reparto de la riqueza, desde nuestra política exterior a nuestras estrategias comerciales. Es el momento de entrar en el siglo XXI.

Para alimentar este nuevo imaginario, para que sea posible, hay que hablar también de proyectos específicos, que nacen de nuestras luchas ancladas en la realidad y sobre el terreno: la renta básica y máxima, las monedas locales y complementarias al euro, las energías renovables y ciudadanas, la agroecología, el bien común, las cooperativas, la educación, la cultura, ¡no faltan asuntos que hablar! Y hace falta sobre todo repensar nuestras identidades políticas: las etiquetas de ayer están caducadas. Lo importante no es de donde venimos sino donde queremos ir juntos.

Europa sois vosotras, somos todos nosotros, incluso son aquellas personas que prefieren la comodidad de las falsas certezas del Estado-nación. Este es el requisito para superar nuestros miedos y fantasmas, para transformar nuestras sociedades y para escribir juntos una nueva página de la historia. Europa es el futuro de nuestra soberanía colectiva y plural, y de una prosperidad justa y sostenible.

Queridas y queridos amigos de la democracia y de Europa, promotores DiEM2025, tenéis razón: se puede cambiar el curso de las cosas. ¡Con nuestras diferencias y todas nuestras similitudes, intentémoslo!

Para que viva la democracia. Para que viva Europa. Para que viva la democracia europea.

*El artículo está firmado por: Florent Marcellesi (portavoz de Equo en el Parlamento Europeo); Julien Bayou (portavoz de Europe Écologie-Les Verts, Francia), Karima Delli (eurodiputada, Francia), Michel Reimon (eurodiputado, Austria), Rui Tavares (exeurodiputado, Portugal), Vedran Horvat (Croacia), Adam Ostolski (portavoz de los verdes polacos), Laura Carlier (portavoz de de la Federación de Jóvenes Verdes, Bélgica), Teo Comet (portavoz de de la Federación de Jóvenes Verdes, Finlandia), Zakia Khattabi (copresidentes de Ecolo, Bélgica), Patrick Dupriez (copresidentes de Ecolo, Bélgica).

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