La vida sagrada de los antiabortistas

Abro hilo, haciendo un esfuerzo por tomarme en serio los “argumentos” que Antonio Burgos plantea en este panfleto en contra del aborto. Me consta que soy una excepción, entre otras cosas, porque se trata de una posición manida, superada ya, incluso, entre los de su parroquia.

1. Se puede estar en contra de la pena de muerte y a favor del aborto sin ningún problema. Simplemente, porque la vida no es un bien que pertenezca al Estado, a la Iglesia o a la comunidad de vecinos. El derecho a la vida implica que cada quien pueda disponer de ella sin lesionar las vidas ajenas.

2. En el caso del aborto, no hay tal lesión de la vida ajena porque la del cigoto o el feto no es separable de la vida de la madre. Sin más. Esto es: no es una vida “ajena”.

3. La expresión “la vida es sagrada” es demagógica. ¿La vida de quién y en qué condiciones? Parece más sagrada la de los ricos que la de los pobres. A algunos les interesa más la del no nacido que la del nacido, la de los nacionales que la de los migrantes, la del feto que la de madre. ¿Qué vida merece la pena ser vivida? Esto es lo que hay que contestar.

4. Vida, por cierto, hay en todas partes. En la naturaleza hay vida. Una célula es vida, una bacteria y un virus... son vida. No creo que la filosofía del Sr. Burgos sea la del biocentrismo. Vaya... lo digo porque no le veo en la Deep Ecology o en posiciones teológico-naturalistas. ¿Es un activista antitaurino? ¿defiende la “cultura de la caza”? ¿se opone a la ganadería? ¿es vegano? Pregunto.

5. “Toda vida es sagrada desde sus comienzos”. Suponemos que tenemos clarinete cuándo comienza la vida. Algo que no se ha dilucidado todavía ni en la ciencia ni en interpretación alguna de los textos sagrados. Ni siquiera sabemos cuándo termina. Dejemos estas afirmaciones autoevidentes para momentos de éxtasis o alienación.

6. ¿Hay más perros que niños en Sevilla? ¿Y qué se nos quiere decir con esto? ¿Que sobran perros y hay que liquidarlos o que faltan niños y hay que obligar a las mujeres a que los tengan? Las perras suelen tener 10-12 perros en cada parto. En fin, podemos empezar a parir a los 16 o a los 12 para que nos dé tiempo a tenerlos y a criarlos. ¿Quizá por eso hay que obligar a las adolescentes a tener hijos que no quieren?

7. Dan ganas de decir: si le gustan tantos los niños puede tenerlos usted... pero, claro, es que se necesita del cuerpo de una mujer. De una tercera a la que usar como máquina reproductora para llenar la tierra. Para llenar Sevilla de niños. Mala suerte. Todavía no estamos en “El cuento de la criada”.

8. “Las perras no abortan”, no... pero se comen a sus perritos cuando no los pueden alimentar. Dado que se trata de que las mujeres seamos como las perras, quizá sea esta la sugerencia del Sr. Burgos. Tomar a la naturaleza como ejemplo moral o social es ridículo e infantil. Hay demasiada variedad en las prácticas animales y ni las conocemos todas, ni las entendemos todas, ni nos gustan todas. ¿Qué tal las mantis religiosas?

9. Prohibir o limitar el aborto viola los derechos humanos de las mujeres (que somos personas y no perras) porque somos nosotras las que ponemos el cuerpo para concebir y para abortar. Los de la “cultura de la vida” deberían saber que son millones las mujeres que mueren por esta causa. Pero es que, claro, hay vidas y vidas.

10. No voy a entrar en lo del “permiso paterno” porque entiendo que si los padres apoyaran a sus hijas se exigiría el “permiso de los doce sabios de la tribu”. Doce señores viejitos de barba blanca que nos dieran permiso para tomar decisiones sobre nuestros úteros... que serían comunitarios, en el mejor de los casos, cuando no suyos. Y ya puestos, pues las vaginas también.