“Entendemos que en defensa de la democracia y en defensa del país cuanto mayor transparencia y mayor capacidad para ver lo que hay ocurrido, mejor. Hay gente que puede pensar que la mejor manera de proteger nuestra democracia es proteger lo que se haya hecho mal desde la jefatura del Estado o desde la monarquía, nosotros creemos que esa es una concepción errónea. Creo que para defender la democracia, todas las organizaciones e instituciones que forman parte de la democracia española tienen que estar sometidas a una estricta transparencia”, ha argumentado el ministro de Consumo, Alberto Garzón, en referencia a la información publicada por este diario sobre que la empresaria alemana Corinna Larsen, con la que Juan Carlos I mantuvo una relación extramatrimonial, denunciará ante la justicia británica al monarca emérito por el supuesto acoso que sufre para evitar revele “secretos de Estado”.
Garzón, que ha acudido este viernes a Bilbao para apoyar la candidatura a lehendakaritza de la candidata de Elkarrekin Podemos Miren Gorrotxategi, ha asegurado que “si hay acusaciones de este calado, que parecen ya lo suficientemente fundamentadas como para que se inicien procesos judiciales en Suiza”, tanto desde Podemos como desde Izquierda Unida, para “fortalecer la democracia”, se debe reclamar la transparencia“ y se deben ”asumir responsabilidades en caso de que finalmente se constatara que hay elementos de verdad en estas acusaciones“. Sin embargo, el político ha lamentado que ”desgraciadamente la Constitución blinda la monarquía“.
Horas antes de su intervención, en una entrevista en Radio Euskadi, Garzón ha señalado que tiene “la sensación de que el PSOE también quiere esclarecer” ese asunto, si bien ha constatado “diferencias de opinión” con Unidas Podemos sobre “los canales a través de los cuales habría que hacerlo”.
“No hay machistas en el Gobierno”
En esa misma entrevista, el ministro ha señalado que no cree que haya “machistas en el Gobierno” y considera que lo que se ha producido entre los integrantes del Consejo de Ministros con el proyecto de ley de libertad sexual ha sido “una discusión de carácter técnico” que ha salido “hacia fuera de manera desafortunada”. Asimismo, ha abogado por “normalizar las diferencias en el Gobierno” de coalición.
“Pertenecemos al mismo Gobierno y está demostrando que es probablemente el Gobierno más avanzado en materia de defensa del feminismo de toda Europa y probablemente de todo el mundo y eso es lo relevante, ha expresado.
A su juicio, las diferencias dentro del Gobierno de coalición “no son necesariamente un obstáculo, sino algo enriquecedor”, por lo que “no hay ni que negarlas ni que sobredimensionarlas”. “Somos un gobierno de coalición y lógicamente existen diferencias que hay que normalizar y encauzar”, ha añadido Garzón.
En cuanto a las medidas que pretende adoptar su Ministerio, Garzón ha querido destacar la de erradicar la publicidad sexista en los juguetes infantiles, con el objetivo de que “no se reproduzcan los roles de género ni la división sexual”.
“Esto puede parecer modesto, pero es de una enorme importancia, porque la publicidad en los juguetes dirigidos al público infantil introduce una diferenciación de género que reproducen las diferencias que después se reproducen en otros ámbitos en edad superior. No podemos consentir que las cocinitas sean para las mujeres y los juegos deportivos sean para los varones”, ha recalcado.
Un “Gobierno de izquierdas” para Euskadi
En cuanto a la situación preelectoral en Euskadi, Garzón ha apoyado a Gorrotxategi en su propuesta por abogar por un Gobierno de coalición para la sociedad vasca, que esté liderado por el “tripartito de izquierdas”, es decir, PSE, EH Bildu y Elkarrekin Podemos.
“La defensa que hacemos aquí es la de poner en valor un Gobierno de coalición entre distintos, entre diferentes, pero dentro de un proyecto político de consolidación de los derechos laborales, sociales, económicos de las familias trabajadoras y de las familias humildes. Euskadi se merece un Gobierno de izquierdas”, ha afirmado el ministro de Consumo.
Una propuesta, que ha recalcado, no tiene por qué suponer un problema para los acuerdos que en Madrid pudieran llegar a tener con el PNV, ya que, a pesar de que ha asegurado que en ocasiones “el PNV es parte de la solución”, es “compatible discrepar desde la elegancia”.