El Artium de Vitoria abre en su 20 aniversario un almacén “secreto” con obras de Picasso, Miró y Dalí
“Las obras están colocadas en el almacén como si fuese un mosaico en los propios peines de pintura. Así las personas pueden adentrarse a las tripas del museo”, explica su directora, Beatriz Herráez
El año 2002 pasó a la historia, entre otros eventos, porque el euro se puso en circulación en 12 de los 15 países de la Unión Europea o porque por primera vez un país legalizó la eutanasia (Países Bajos). Sin embargo, para los alaveses, el 2002 pasó a la historia por ser el año en el que nació su museo de arte contemporáneo, el Museo Artium en Vitoria. La idea de crear una colección alavesa de arte ya rondaba las mentes de los miembros de la Diputación en los años 70. Fue entonces cuando comenzaron adquiriendo pinturas de los artistas más relevantes de la historia, como Dalí, Picasso o Tapies. Las mismas obras que 90 años más tarde siguen escondidas, guardadas como el mayor tesoro, en el almacén del museo.
Por primera vez, para conmemorar su 20 aniversario, ese almacén prácticamente secreto para las personas ajenas al museo, se abrirá al público el primer sábado de cada mes. “Las obras de arte necesitan unas condiciones de humedad, temperatura y seguridad, por eso están en un espacio restringido al que el público está accediendo en grupos reducidos. Hemos hecho una selección de las obras más prestadas, las que más han circulado. Está Picasso, está Dalí, pero también otros artistas como Campano. Las obras están colocadas como si fuese un mosaico en los propios peines de pintura. Así las personas pueden adentrarse a las tripas del museo”, explica a este periódico la directora de la pinacoteca, Beatriz Herráez.
Mostrar los secretos mejor guardados del Artium no es la única forma en la que han celebrado sus 20 años de vida. Este martes, 26 de abril, los visitantes han sido testigos de la performance de la artista Itziar Okaitz, en la que ha realizado una lectura de un párrafo del libro 'Una habitación propia' de Virginia Woolf una y otra vez hasta ir eliminando las palabras del mismo, una a una, y del encuentro de la familia del escultor Nestor Basterretxea con sus obras, expuestas en los jardines del museo. “La pieza de Itziar Okaitz se la pedimos porque coincidía con el Día del Libro y porque nos parecía interesante cómo Itziar va deshaciendo el texto hasta llegar a esa ausencia de la habitación propia. En cuanto a Basterretxea, contamos con piezas de los años 60. Empezamos a colaborar con la familia, yendo a trabajar su archivo, encontrando en la propia casa-taller su obra, porque ahí aglutinaba todo el legado material y documental. Basterretxea no es una vida, son mil vidas en una”, detalla Herráez.
“Veinte años rescatando pertenencias”
“Artium, contenedor de lo irrenunciable de la condición humana. Habitáculo del pensamiento íntimo y desnudo. Activista inmediato, pero lentamente meditado. (...) Veinte años rescatando pertenencias, protegiéndolas en tus muros, sin temer a los abismos de la transgresión. Inquieto buscador de devenires útiles que vuelca sus huellas en una ciudad que también quiere ser tu historia. Y ahí están, desde hoy, cara a cara, las obras de Nestor. (...) No hay un lugar mejor para acogerlas y gozarlas”, han señalado los sobrinos del reconocido escultor, en un texto escrito por la familia para agradecer la labor del museo con las obras de Basterretxea, que desde hoy podrán contemplarse en la entrada de la pinacoteca y en sus jardines.
Más allá de las novedades por el aniversario, el Museo Artium cuenta con una serie de muestras como 'Zeru bat, hamaika bide. Prácticas artísticas en el País Vasco entre 1977 y 2002', una exposición que vincula prácticas artísticas, manifestaciones culturales y procesos históricos en un periodo de 25 años caracterizado por grandes hitos políticos, sociales y culturales. En ella, se incluyen obras de carácter histórico recientemente adquiridas, como la serie de 'Paisajes de Euskadi' de Agustín Ibarrola o el vídeo 'Acciones corporales' de Esther Ferrer. Esta muestra incluye, además, una segunda vía, para conmemorar las prácticas artísticas y teorías del arte feministas que tuvieron lugar en esa época, con obras de la artista cubana Juana Cima o la vasca Elena Mendizabal.
Otra de las exposiciones que se encuentra disponible en el museo es 'Un sitio para pensar escuelas y prácticas educativas experimentales de arte en el País Vasco 1957-1979', que incluye 19 casos de estudio que analizan proyectos desarrollados en ese periodo. O la retrospectiva de Anna Daucikova, la primera realizada de la artista en España, que ofrece un amplio recorrido por sus obras desde finales de los 80 hasta el presente a través de vídeos, fotografías y collages.
La directora del Artium, que en 2019 alcanzó los 91.000 visitantes y en 2021 se plantó con 50.000 por la pandemia, espera, tras 20 años de historia, ir ganando adeptos hasta en las personas que sienten la llamada del arte, pero aún no se acercan a visitar museos. “Esperamos que las cosas vayan sucediendo de una manera razonada y que se vayan poniendo capas unas encima de otras. Han sido años muy convulsos y extraños. En estos tres últimos años han sucedido cosas que nadie preveía, buscamos seguir trabajando como hasta ahora y seguir ensanchando el espacio cada vez más para los visitantes, la gente que trabaja en el arte y los que no lo conocen, pero quieren llegar a conocerlo”, concluye.
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