Los baserritarras jubilados que vendan en mercados deberán comunicarlo a la Seguridad Social aunque no tengan que cotizar
Los baserritarras jubilados que vendan sus productos en puestos de mercados tradicionales tendrán que comunicar a la Seguridad Social su actividad aunque no estén obligados a cotizar por ello, algo que sólo es necesario en el caso de que los ingresos que perciban de la venta de estos productos supere el Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Esta será la única forma de que puedan mantener esta actividad y compaginarla con la pensión sin arriesgarse a estar penalizados con importantes multas en el caso de una inspección. Hasta ahora, la mayoría de los baserritarras pensionistas daban por sentado que si no superaban esa cantidad límite podían vender en los mercados sin problemas, según reconoce el secretario general de ENBA en Gipuzkoa, Xabier Iraola, que señala que esa era al directriz incluso que se les daba desde el sindicato. Una inspección de Trabajo en el mercado de Tolosa el pasado mes de noviembre puso de manifiesto esa realidad y se saldó con varios baserritarras con amenaza de multa por no tener los papeles en regla. Algunas de estas multas, de hasta 6.000 euros, se han materializado, pero la mayoría se han retirado después de que los amonestados regularizaran su situación ante la Seguridad Social.
Vender los productos de la huerta en el mercado se considera una actividad económica y, por lo tanto, las personas que realizan esta actividad deben estar cotizando a la Seguridad Social. En el caso de los pensionistas, se entiende que deben cotizar si los ingresos que se obtengan de esta actividad superan el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), ya que, de lo contrario, no puede compatibilizarse pensión e ingresos externos. En el caso de que los ingresos sean superiores al SMI deben pasar a lo que se denomina “jubilación activa”, que supone una reducción de la pensión del 50% y pagar un cotización mínima.
“Esto es así para todos los trabajadores, no es otra cosa que la aplicación de la ley, que es igual para todo el mundo, incluidos los agricultores”, señalan fuentes de la subdelegación del Gobierno en Gipuzkoa, que han mantenido un encuentro con la Diputación foral junto a representantes de la Inspección de Trabajo, para “explicar la situación”, después del cierto revuelo que se creó entre los agricultores tras la inspección. “Lo único que hemos hecho es explicar cuál es la legislación que está vigente en estos momentos”, señalan, y que tienen que cumplir los agricultores, o los artesanos o cualquier otro trabajador que estando jubilado quiera mantener una actividad, insisten.
Eso no quiere decir que haya una actividad específica de la Inspección 'contra' los baserritarras jubilados: “la inspección tiene que actuar para detectar las irregularidades”, recuerdan, e insisten en que los que quieran vender en los mercados deben comunicar a la Seguridad Social que van a realizar esta actividad por la que van a tener unos ingresos. Una vez a esos ingresos se les descuenten los gastos, si este beneficio no supera el SMI, no tendrán que cotizar por ello.
Esta es una legislación que está en vigor desde hace años, pero el hecho de que vender en los mercados algunos productos de sus huertas se considerara por muchos agricultores como una “ayuda a la familia” ha propiciado que se haya mantenido en cierta medida oculto a la Seguridad Social. Lo mismo que el hecho de que en los puestos estén familiares de los baserritarras “ayudando de forma puntual”, señala Iraola, y que también tienen la obligación de estar dados de alta en la Seguridad Social. “Si un hijo te ayuda el sábado en una feria¿le tienes que contratar? ¿No estamos intentando promocionar la agricultura familiar”, dice Iraola, que señala que tienen esperanzas que esto se cambie una nueva Ley de Agricultura Familiar. Respecto a la venta en los mercados, señala que “pocos serán los baserritarras que lleguen al SMI y tengan que cotizar” por los productos que vendan , pero reconoce que el hecho de tener que comunicar la actividad despierta recelos en muchos. Hay que tener en cuenta que este hecho, la comunicación a la Seguridad Social hace oficial una actividad hasta ahora oculta. Y recuerda Iraola lo precario de las pensiones de muchos agricultores.
1