Batzokis “limpios”, mensajes “simples” y revisar Aberri y Alderdi Eguna: el PNV presenta sus propuestas para actualizarse

El lehendakari, Imanol Pradales, suele repetir en sus discursos que no se pueden “plantear soluciones simples y simplistas para problemas complejos”. Su partido, el PNV, ha presentado ya los borradores de las cinco ponencias políticas con las que quiere actualizarse en el proceso congresual que tiene abierto y que terminará en marzo con la elección de la nueva dirección, para lo que se mantiene la incógnita de la continuidad de Andoni Ortuzar, presidente desde 2013. En uno de sus documentos, el PNV quiere recobrar protagonismo “arriesgando en la comunicación” y “subiendo el tono político”. Quiere huir de mensajes “encorsetados” y “extremadamente diplomáticos” y plantea “emplear mensajes simples y directos para abordar democracias complejas”. Quiere incluso “superar la neutralidad” de las instituciones y “hacer política de manera activa” desde ellas.

El PNV encara la tramitación de estos documentos desde el reconocimiento de que sería “poco honesto no admitir que entre la militancia hay un debate sobre cómo mejorar el funcionamiento” orgánico de la principal formación vasca. Pero también de que es necesario tener “limpios” y “atractivos” los 'batzokis', las sedes sociales que son el pulmón de un partido que se define como “interclasista”, “intergeneracional” y “de bases”. Hay cosas que “pueden y deben” ser “actualizadas” para “responder con eficacia a los retos” de la sociedad vasca. ¿Qué medidas se plantean? Lo más simbólico es que se abre a “revisar con osadía” tanto el “formato y localización” como las “fechas” de las grandes conmemoraciones del partido, incluido el Aberri Eguna o día de la patria vasca -que se celebra sin fecha fija, cada Domingo de Resurrección-, el Alderdi Eguna o día del partido y la fundación del PNV -31 de julio- o la muerte de Sabino Arana. No se menciona si lo que se revisará es la fuerte vinculación religiosa de todas ellas, que en algunos casos mantienen eucaristías.

Pero el PNV quiere también “cercanía” en sus cargos orgánicos e institucionales e incluso diseña un plan para formarlos en variados aspectos, desde “ideología” hasta “ética” y cumplimiento de la legalidad. En el pasado se llegó a admitir que le tocaba combatir cierta imagen de amiguismo y hay sectores críticos que abiertamente critican prácticas internas de enchufismo y endogamia, particularmente en Bizkaia. Quiere reforzar también su penetración local, con liderazgos más visibles. Toca “reafirmar el ideario abertzale con un estilo actual, claro y cercano” y “comunicar con orgullo colectivo desde la autenticidad”. “Implicar a las bases locales (batzokis) en las dinámicas sociales. Participar en eventos populares, recuperar iniciativas locales en declive y organizar actividades con fines benéficos a través de asociaciones locales”, se plantea. También se le da mucha importancia al euskera y su impulso.

El PNV desea mantener también el modelo de bicefalia que, con importantes excepciones, separa la dirigencia del partido de los cargos institucionales. Los borradores de las ponencias se abren a “revisar” el sistema de “incompatibilidades” y “no acumulación de cargos”, así como aplicar la limitación de mandatos, “una cuestión recurrente en todo el debate interno”. “Sin embargo, si el régimen electoral en cada uno de nuestros ámbitos de representación continua sin contemplar restricción alguna, y no lo hace porque la mayoría de la representación de los partidos políticos ha decidido no limitarla, sería una imprudencia autolimitarnos. Sin embargo, sí es prudente que para poder optar a más de dos mandatos consecutivos se exija una mayoría de votos cualificada en el ámbito correspondiente”, subrayan estos documentos. Técnicamente, los estatutos actuales ya prevén medidas semejantes, pero son fácilmente eximibles.

El PNV lleva desde el Alderdi Eguna desde septiembre inmerso en un proceso interno. Primero se renovaron -con votaciones a doble vuelta 'batzoki' a 'batzoki'- las cinco territoriales en que se divide el partido. Salvo la de Navarra, con Unai Hualde, en el resto ha habido cambios en la dirección con Iñigo Ansola en Bizkaia, María Eugenia Arrizabalaga en Gipuzkoa, Jone Berriozabal en Álava y Pantxoa Bimboire en Iparralde. Ahora toca la parte programática y estatutaria y, después, de nuevo a doble vuelta, se elegirá el nuevo Euzkadi Buru Batzar, al que se suman como miembros natos los cinco líderes locales y el lehendakari. En la primera vuelta, las bases pueden proponer nombres alternativos al del aparato. Si alguno de ellos gana en tres asambleas municipales, pasará a segunda vuelta.

Las cinco ponencias hincan el diente también al análisis nacional, social y económico de Euskadi. El PNV no menciona la “independencia” pero sí aboga por articular el derecho “de autodeterminación” y por impulsar el reconocimiento nacional vasco. La nación, al menos en las ponencias, se llama “Euskadi” con 's' y no con 'z', como figura en los nombres oficiales del partido. Tampoco se alude a Euskal Herria. El PNV desea fortalecer la posición de Euskadi en Europa y en otros organismos internacionales y buscar acuerdos tanto en España como en Francia. En el caso francés, donde el partido tiene escasa presencia, se menciona la búsqueda de más capacidades fiscales para Iparralde.

En el plano social, hay un capítulo relevante sobre la política migratoria. ¿Qué plantea el partido nacionalista? “El despliegue de derechos que debemos poner a disposición de la población migrante debe ser especialmente intensivo en materia de acceso al empleo, a la educación, a los servicios de salud, a la cultura y a los idiomas, en especial al euskera. Somos un partido reflejo de nuestra sociedad, solidaria en el acogimiento y en el ofrecimiento de las condiciones y oportunidades para la integración, y pondremos pie en pared ante todo planteamiento maximalista de carácter racista o xenófobo que otras formaciones y/o movimientos realicen”, se apunta. En lo socioeconómico, el PNV sigue preocupado por el elevado “absentismo” de los trabajadores, que lastra la “competitividad”. Defiende también un modelo sanitario mayoritariamente público, una “neutralidad tecnológica en el proceso de descarbonización”, impulso a la Formación Profesional, fortalecer la industria y combatir el invierno demográfico