En tiempos de turbulencias en el sector bancario el principal accionista de Kutxabank, la Fundación BBK, ha querido dar una muestra de solidez del banco vasco. El presidente de BBK, Xabier Sagredo, ha anunciado que se ha completado el Fondo de Reserva exigido para mantener el control de Kutxabank, 231 millones de euros, y lo ha hecho dos años antes de lo que le exigía la normativa, tres años si se tiene en cuenta que había opción a pedir una prórroga. Esto supone que la fundación bancaria BBK mantendrá su posición de control en Kutxabank (con un 57% del accionariado de la entidad financiera). “Se garantiza el arraigo del banco, haciendo posible que la entidad vasca, la principal empresa de servicios de Euskadi y que da empleo a más de 6.000 familias, permanezca aquí”, ha señalado Sagredo. “Es un día importante para BBK, Kutxabank, para el territorio y para el país porque se trata de todo un logro, un verdadero hito que se ha conseguido nadando a contracorriente y en un contexto nada fácil”, ha indicado.
La Ley 26/2013, de 27 de diciembre, de cajas de ahorros y fundaciones bancarias obligaba a las Cajas de Ahorro a transformarse en fundaciones. Las nuevas fundaciones bancarias que quisieran mantener el control de la entidad financiera debían presentar un plan financiero reforzado que incluía dotar un fondo de reserva para atender a posibles necesidades futuras de capital del banco participado así como un plan de diversificación y gestión de riesgos para poder acudir al rescate del banco ante posibles necesidades futuras de capital. La otra opción era desinvertir, lo que hubiera supuesto por ejemplo, sacar a Bolsa la entidad. Sagredo ha destacado se eligió el “camino más difícil”, el de la aportación al fondo, sin descuidar la Obra Social, porque era la decisión “más adecuada”.
En este sentido, ha destacado, que, desde una perspectiva institucional, el Banco “es un activo estratégico para Bizkaia por el impacto, directo e inducido, que genera en Euskadi como empresa de servicios más grande”. Como ejemplo, Kutxabank sitúa en 776 millones de euros la contribución que la actividad corporativa de sus entidades realiza al Producto Interior Bruto, equivalente al 1,17% del total de la economía de Euskadi. Mantuvo además cerca de 3.000 empleos directos en Euskadi, y las arcas públicas vascas percibieron en forma de tasas e impuestos un total de 187 millones de euros. Y desde una perspectiva económica, la BBK considera que su participación en Kutxabank “se trata de una inversión que genera una rentabilidad moderada pero estable y sostenida, mientras que la desinversión hubiera supuesto asumir una pérdida en su cartera de inversión”. Esto hubiera mermado la capacidad para realizar aportaciones a la Obra Social, y “habría puesto en riesgo el mantenimiento local de Kutxabank”.
“Fue la decisión correcta”, ha insistido. Algo que, en su opinión, se refrenda con los datos, ya que Kutxabank es hoy “el banco más solvente de España”, ha señalado. Además, ha apuntado que un reciente estudio de la Universidad de Deusto ha constatado que, gracias a la decisión de no haber hecho una operación corporativa o de no haber salido a Bolsa, se han logrado evitar a BBK “pérdidas por valor de 2.000 millones”. “Gracias a la dotación del fondo de reserva podemos decir que Kutxabank va a permanecer con nosotros durante muchísimo tiempo. Hoy es un día para celebrar”, ha manifestado.
Precisamente este miércoles el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, ha insistido en la “capacidad de resistencia” de los bancos de la zona euro “frente a perturbaciones macroeconómicas adversas” pero ha pedido que “se aceleren” las reformas pendientes, como la constitución del Fondo Europeo de Garantía de Depósitos y la unión bancaria.