Una Biblia alavesa del siglo XIII sale a subasta en Christie's mientras las instituciones cuestionan su veracidad
La casa Christie's subasta el próximo martes los retazos de una Biblia alavesa cuyos orígenes se remontarían a finales del siglo XIII y que están valorados en entre 30.000 y 50.000 libras esterlinas. La Diputación de Álava, al tanto de la operación, ha querido rebajar su importancia y, avalada por un análisis llevado a cabo por un equipo de expertos propio, ha alegado que la Biblia no es un compendio de textos completo, sino parcial, y que los pergaminos se desgajaron del original en algún momento inconcreto para luego volver a reconstruirse en el libro que ahora se subasta al mejor postor. Si bien los analistas de la casa de subastas ya dan por hecho que la Biblia no está completa y que fue desmembrada al ser sustraída del monasterio alavés en el que se compuso en origen, el de Quejana, no por ello dejan de señalar su gran calidad y lo poco frecuente que son ejemplares de este tipo en el mercado de coleccionistas.
En la descripción que la casa de subastas Christie's hace de la Biblia (a la que se denomina ya 'The Quejana Bible'), se habla de un ejemplar “raro”, cuyos orígenes datan de las postrimerías del sigo XIII o de comienzos del XIV. La estimación del valor oscila entre las 30.000 y las 50.000 libras esterlinas. Está escrita en 34 hojas bifolio, en su mayor parte a dos columnas, cada una conformada por 33 líneas. En cuanto al contenido, se pueden leer en sus páginas fragmentos de textos de diversos libros bíblicos, a saber: Reyes I, Crónicas II, Sabiduría, Jeremías, Ezequiel, Daniel, Malaquías, Macabeos I, Mateo, Juan, Romanos, varias epístolas (la primera a los corintios, las dirigidas a los gálatas, a los efesios, las dos a los tesalonicenses, la primera a Timoteo, a Tito, a Filemón, a los hebreos, a Santiago y las dos a Pedro) y Hechos.
La Diputación de Álava, que ha reiterado que ya estaba al tanto de la existencia de la subasta por parte de Christie's, ha comunicado que en fechas recientes encomendó a un equipo de expertos un análisis preliminar del ejemplar. ¿Cuál es la conclusión de ese análisis? Que no se trata de una Biblia completa, sino de una creación posterior y fragmentaria a partir de unos pergaminos ya existentes. “No se considera que se trate de una Biblia que hayan vendido las monjas como si fuera una reliquia. En realidad, esta supuesta Biblia es una reencuadernación de 68 hojas bifolio, por lo que no es una Biblia completa. Es un elemento que se construye, una reconstrucción parcial”, ha explicado en rueda de prensa el diputado general, Ramiro González.
En cierto momento en torno a hace cuatro siglos, según lo expuesto por González, las propias monjas del monasterio desgajaron una Biblia y consagraron algunos pergaminos a folios de tamaño A3. “No lo tenemos datado exactamente, pero se considera que pudo ser en el siglo XVII”, ha deslizado. “Mucho después, alguien con acceso al archivo de Quejana tuvo acceso a esos pergaminos y decidió llevárselos del archivo y reencuadernarlos”, ha abundado. No hay manera, según la Diputación, de determinar quién accedió a los archivos para llevar a cabo esta operación, aunque se apunta a periodos históricos tales como el de las desamortizaciones decimonónicas por haberse dado entonces un relajo de las dificultades para colarse allí. “Alguien accedió y reencuadernó esas 68 hojas. Esa reencuadernación no está ni siquiera ordenada”, ha dicho González.
Gran tamaño y gran calidad
En la evaluación que la propia Christie's hace de la Biblia ya se da por hecho que se “desmembró” antes de finales del siglo XVII. Se menciona también la posibilidad de que un anticuario del siglo XIX o del XX se apoderase del ejemplar e hiciese varias anotaciones en azul y en español en los márgenes. Con todo, se fija un valor de entre 30.000 y 50.000 libras esterlinas para la Biblia, que se subastará el martes próximo. Se apunta, además, que iluminaciones como las que acompañan los textos de esta Biblia, de gran tamaño y gran calidad, son muy poco frecuentes en el mercado.
Por su tamaño y su peso, se colige que no era una Biblia pensada para portarse, sino más bien para posarla sobre el atril del coro o del refectorio y proceder a la lectura de los versículos durante, por ejemplo, los ratos dedicados a la comida. Según Christie's, la paginación alcanza en algunos textos números como el CCLXXX (esto es, 280), por lo que aventuran que el volumen completo podría haber alcanzado los cuatro centenares de hojas. En junio de 1996, un Sam Fogg ya se hizo con un lote, concretamente el número 59, para la Schøyen Collection.
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