Pedro Sánchez es más de baloncesto y no tiene opinión sobre si la Supercopa de fútbol se tiene que jugar en Arabia Saudí. Sí, Pedro Sánchez es más de baloncesto pero bien que nos coló un golazo por la escuadra cuando aprobó en uno de sus viernes de Consejo de Ministros un decreto que convertirá a España en un paraíso fiscal para los organizadores de la Eurocopa 2020.
El Gobierno aprobó un 28 de diciembre del año pasado -pero no era una inocentada- que la UEFA no tendrá que pagar ni un euro en impuestos por “las rentas obtenidas durante la celebración del acontecimiento y en la medida en que estén directamente relacionadas con su participación en él”. Ni impuesto de sociedades, ni impuesto sobre la renta de no residentes, ni IRPF. Y salvo en el caso de los jugadores que juegan en equipos españoles, las primas millonarias que recibirán los futbolistas millonarios que jugarán en junio en Bilbao -la sede española de la Eurocopa 2020- también se quedan sin tributar en España. Es probable que les terminemos pagando hasta las pipas.
El decreto fue aprobado por el Consejo de Ministros y avalado semanas después en el Congreso con los votos de PSOE, Podemos y ERC. Pero la cosa tenía truqui. El decreto era un batiburrillo de diferentes medidas que nada tenían que ver unas con otras. Si votabas en contra del favorcete a la UEFA también tenías que votar en contra de la devolución a miles de mujeres de las retenciones de maternidad en el IRPF. Vamos que aquel día no se votó con la nariz tapada: se votó con escafandra.
La historia venía de lejos. Rajoy lo había negociado y Pedro Sánchez lo rubricó (y después PNV, PSE y PP refrendaron este oasis fiscal en Bizkaia). El 'sinpa' de impuestos era un chanta... ups, perdón, era una de las condiciones que exige la UEFA para organizar sus eventos. El PSOE defendió el zarpazo a la Hacienda Pública “porque genera el suficiente impacto como para ser rentable”.
Y, efectivamente, la Eurocopa 2020 será rentable, en especial, para la UEFA. En la Eurocopa anterior -la de Francia de 2016- la UEFA ingresó 1.916 millones de euros. “Financieramente fue todo un éxito, pues permitió un resultado neto de 847 millones de euros”, explica el organismo en sus informes internos. Se viene otra millonada el próximo mes de junio y España invita a impuestos a una entidad privada con sede en Suiza. Que no cunda el pánico: Pedro Sánchez duerme como un bebé.
Son tales las penurias del multimillonario negocio del fútbol -los directivos de la UEFA se llevan tarteras de casa para no gastar demasiado- que la UEFA, muy a su pesar, se va a ver obligada a reclutar entre 800 y 900 voluntarios para los partidos de Bilbao. El proceso de selección para conseguir 900 personas que trabajen gratis para la UEFA se está realizando en estos momentos. Habrá trabajadores 'voluntarios' para casi todo: atenderán a los periodistas y a los patrocinadores e invitados que van de gorra al fútbol -otros que andan fatal de pasta-, vigilarán que no se vendan falsificaciones alrededor de San Mamés o estarán en las minioficinas de turismo que se van a montar en los hoteles. Menos vigilar iglesias para que no las quemen los rojos, van a tener que hacer de todo.
A la UEFA ya le sacaron cantares en la final de la Champions porque quería que 200 bailarines 'voluntarios' actuaran gratis. La UEFA busca perfiles profesionales pero les paga como si estuvieran organizando una carrera ciclista solidaria en Sotosalbos. Y para convencer a la gente de que curre sin cobrar, la UEFA ha elegido a un señor que veranea en un yate: el embajador de la Eurocopa 2020, Luis Figo, dice que ser voluntario es “emocionante”. Lo que debe de ser aburrido es pagar a la gente por su trabajo.
Como ya escribí en su día con la Final Four de la Euroliga de Vitoria, la ley española de voluntariado de 2015 atribuye al voluntariado el fomento de “la dimensión comunitaria en el desarrollo de la práctica deportiva” y en la ley vasca de voluntariado se señala que el voluntariado tiene que contribuir “a garantizar el cambio social, teniendo como horizontes prioritarios la lucha contra la pobreza y las desigualdades y la construcción de una sociedad más justa e igualitaria”. Perdonarle impuestos a la UEFA es una forma un poco extraña de construir una sociedad más justa e igualitaria. Fútbol es fútbol y la UEFA, unos gorrones.
Sobre este blog
Iker Armentia es periodista. Desde 1998 contando historias en la Cadena Ser. Especializado en mirar bajo las alfombras, destapó el escándalo de las 'preferentes vascas' y ha investigado sobre el fracking. Ha colaborado con El País y realizado reportajes en Bolivia, Argentina y el Sahara, entre otros lugares del mundo. En la actualidad trabaja en los servicios informativos de la Cadena Ser en Euskadi. Es adicto a Twitter. En este blog publica una columna de opinión los sábados.
