Iker Armentia es periodista. Desde 1998 contando historias en la Cadena Ser. Especializado en mirar bajo las alfombras, destapó el escándalo de las 'preferentes vascas' y ha investigado sobre el fracking. Ha colaborado con El País y realizado reportajes en Bolivia, Argentina y el Sahara, entre otros lugares del mundo. En la actualidad trabaja en los servicios informativos de la Cadena Ser en Euskadi. Es adicto a Twitter. En este blog publica una columna de opinión los sábados.
Sin noticias de Gurb, un extraterrestre en La Moncloa
22.01. (hora local). Aterrizaje efectuado sin dificultad. Propulsión convencional (ampliada). Velocidad de aterrizaje: 6.30 de la escala convencional (restringida).
Lugar de aterrizaje: 63 Ω (IIβ) 28476394783639473937492749.
Denominación local del lugar de aterrizaje: Sardanyola.
22.03. Cumpliendo ordenes (mías) Gurb se prepara para tomar contacto con las formas de vida (reales y potenciales) de la zona. Como viajamos bajo forma acorpórea, adoptamos cuerpos análogos a los de los habitantes de la zona.
22.06. Gurb sale de la nave por la escotilla 4 y señala un cartel grande con la leyenda 'Junts pel Sí'. El lugar está inundado de especímenes humanos en un alto grado de excitación. Juntan sus extremidades en un fenómeno típico de la Tierra que se conoce como aplaudir. A Gurb se lo llevan entre vítores, sin embargo, noto gestos de desaprobación hacia mí. Gritan “buuuuhhhhh” e “in-inde-independència”.
Unos humanos muy grandes y vestidos con traje negro y un cable introducido en los oídos me hacen señales y me sacan del lugar. “Señor presidente, rápido, fuera de aquí”, gritan.
22.11. Viajo en un receptáculo aéreo al que se refieren como helicóptero. Compruebo que mi forma corpórea Mariano Rajoy versión 4.93Q2 no se ha dañado, salvo por las quemaduras que han arrasado mi barba por un cigarro-puro que llevaba en la mano sin darme cuenta. Cojo una barba de repuesto y me la pongo. Activo el sistema Descanso-leer Marca.
22.35. Sin noticias de Gurb.
23.15. El piloto del helicóptero dice que estamos llegando al espacio físico La Moncloa. Aterrizaje sin problemas salvo por un pequeño desplazamiento lateral imprevisto que parece provocado. Risas y codazos del piloto y copiloto sobre un accidente en helicóptero y una humana con nombre Esperanza Aguirre.
23.17. Un humano con una masa capilar superior a 6,54 BRs (pelazo, en términos terrícolas) que responde al nombre de Moragas me recibe al salir del helicóptero: “¿Qué coño hacías en Sardanyola, Mariano?” y me da el Marca. “Descansa, que mañana tenemos entrevista con Alsina”.
23.34. Recarga energética. Pijama. En la cama (utensilio de descanso de los humanos que obliga a pasar un tiempo prolongado en posición horizontal), un humano de sexo femenino se dirige a mí. “Mariano, ¿tú estás seguro que hicimos bien en ir a la boda de Maroto el sábado?”. No sé qué contestar. La mujer insiste. “¿Mariano? ¿No crees que te pasaste con la conga?”. Permanezco en silencio. “¡Mariano, responde por Dios!”. Realizo una búsqueda en el catálogo de información interestelar con los términos “boda” y “Maroto”. Respondo dando lectura a la sentencia íntegra del Tribunal Constitucional sobre el recurso contra el matrimonio homosexual: “El Pleno del Tribunal Constitucional, compuesto por don Pascual Sala Sánchez, Presidente, don Ramón Rodríguez Arribas, don Manuel...”. La mujer se levanta, grita “soso”, me lanza el Marca a la cara y abandona la habitación de un portazo.
23.36. Sin noticias de Gurb.
23.37. Activo Descanso-leer Marca.
07.58. Amanece. Desactivo Descanso-leer Marca y salgo a buscar a Gurp. En el pasillo aparece Moragas. “¡Qué haces desnudo, Mariano, por favor! Anda, tápate con el Marca y vístete, que tenemos la entrevista en una hora”.
08.01. Elijo traje 'Tejero entra en el Congreso'. A Moragas no le gusta.
08.02. Elijo traje 'Sabrina en especial de Nochevieja'. A Moragas no le gusta.
08.03. Elijo traje 'Sergio Ramos quiere ser como Cristiano Ronaldo'. A Moragas no le gusta.
08.04. Moragas elige traje 'Mariano Rajoy, no me des la mañana'.
08.05. Desayuno. Moragas me pasa el Marca otra vez. Empiezo a estar del Marca hasta los huevos (es una expresión terrícola porque en el planeta del que procedo no tenemos órganos genitales corpóreos). Intento leer un libro pero Moragas no me deja. Termino jugando a encestar cucharillas en la tostadora. Moragas me deja.
09.00. Empieza encuentro en mecanismo de telecomunicación radio con Carlos Alsina. El modelo entrevista en Tierra es sencillo: él hace preguntas, yo respondo. Uso el catálogo de información interestelar pero algunas respuestas no aparecen en la base de datos. Al parecer, está desactualizada. Empiezo a ponerme nervioso, me despisto y en vez de responder, le lanzó una pregunta al entrevistador: “¿y la europea?”. El entrevistador sonríe. Frente a mí Moragas empieza a golpear su cráneo contra la pared, cae ensangrentado al suelo y se lo llevan unos sanitarios que susurran: “Pobre Moragas, no gana para disgustos”.
09.43. Termina la entrevista y en uno de los bolsillos de mi chaqueta se activa la herramienta teléfono móvil y empiezan a aparecer textos del sistema de mensajería inalámbrica whatsapp.
Leo mensaje de Soraya-VICE: “Tranquilo, Mariano, hemos mandado a Alsina a la mazmorra de La Moncloa”.
Leo mensaje Cospe-DIFERIDO: “Alsina ha ido a pillar, el muy periodista. Por cierto, seguro que Soraya te ha escrito antes que yo, ¿a que sí? ¿a que sí?”.
Leo mensaje Soraya-VICE: “Mierda, Alsina se ha escapado de la mazmorra. Oye, ¿Cospedal ya se está quejando?”.
Leo mensaje Herrera-COPE: “Lo siento, Mariano, la culpa es mía por irme de Onda Cero”.
No entiendo nada y guardo la herramienta teléfono móvil en el bolsillo del traje.
9.45. Vuelvo a buscar a Gurb por los jardines de La Moncloa. Encuentro una inscripción en un árbol: “España ama a Felipe (tachado Felipe), Aznar (tachado Aznar), Zapatero (tachado Zapatero), Yo (no tachado Yo)”.
10.23. Sin noticias de Gurb.
10.24. Moragas aparece con un vendaje blanco en la cabeza y algunas motas de sangre en la camisa. El manual de instrucciones me sugiere que le pida perdón. Tal y como señala el manual de instrucciones, el humano lo agradece. “Venga, olvidémonos de todo esto, que tenemos recepción con la selección de baloncesto”. Eso me suena. Baloncesto. Lo he leído en el Marca.
10.30. Aplico los conocimientos adquiridos en las últimas horas gracias al sistema Descanso-leer Marca. Durante los primeros minutos todo va bien pero, de repente, salta una alarma roja en el panel de control de 'Conocimientos geopolíticos aplicados al deporte' y digo: “Habéis hecho felices a todos los españoles, solo nos superan en medallas la URSS y Yugoslavia, pero como la URSS y Yugoslavia no existen ya, pues no nos supera nadie”. En ese momento, frente a mí, Moragas saca una daga japonesa llamada tantÅ y se la intenta clavar en el esternón, pero un hombre con traje negro y un cable en los oídos le golpea en el brazo. Moragas termina clavándose la daga en la pierna derecha. Se lo llevan unos sanitarios que susurran: “Pobre Moragas, este Mariano no tiene alma”.
10.34. Pregunto a los humanos que están a mi alrededor qué es lo que tengo que hacer ahora. “Mejor que no hagas nada”, me responden.
12.34. Llevo dos horas de tiempo local en la Tierra sin hacer nada. Ni siquiera leo el Marca, qué alivio.
12.35. Sin noticias de Gurb. Salgo a buscarle. Hay un aparato con cuatro ruedas esperando a las afueras del espacio físico La Moncloa. “Llevadme donde esté la gente”, les ordeno. Me llevan al bar de la señora Mercedes y el señor Joaquín. Moragas también se ha apuntado al final: sigue con el vendaje en la cabeza y, ahora, camina con muletas. Le pido de nuevo perdón, como indica el manual, y me mira como quien ve atacar naves en llamas más allá de Orión. Le pregunto educadamente si le pasa algo. Moragas me tira una croqueta a la cara. Se me cae la barba y se rompe en el suelo. Afortunadamente me quedaba una última barba de repuesto y me la pongo. Moragas grita “lo siento, lo siento” y se me abraza llorando.
12.38. Me llega un mensaje cifrado. Decepción: no es de Gurb, sino de la Junta Suprema de Investigación Espacial, desde la Estación de Enlace AF. La Junta Suprema quiere saber por qué los humanos echan ensaladas de frutas en los gintonics. Imposible responder sin el intrumental, que se ha quedado en la nave.
12.40. Sacan una ronda de cañas para Moragas, para mí y otros humanos llamados Community Managers que se han acercado al bar de la señora Mercedes y el señor Joaquín. Moragas ordena: “Sacad la foto de las cañas y tuiteadla”.
12.50. Otra ronda de cañas. “Tuitea, tuitea”.
12.52. Otra ronda de cañas y unos chupitos de Jäger. “No tuitees, animal”, grita Moragas.
12.54. Definitivamente me paso a los chupitos de Jäger.
13.30. Buf, qué alteración heurística de los parámetros psicomotrices AB847 y AB564 (buf, qué ciego, en términos terrícolas).
13.31. Salimos a la calle. “Venga, vamos a saludar a la gente”, dice Moragas. “Una sonrisa , un beso, lo tuiteamos y nos volvemos a La Moncloa”.
13.32. Se acerca una señora de edad avanzada. Busco opciones de “beso” y elijo “beso de vaca”. Le paso mi órgano lengua por sus mejillas de arriba a abajo de forma tajante pero cuidadosa. La mujer sale corriendo. Uno de los humanos llamados Community Manager tuitea la foto. En ese momento, Moragas se desprende de las muletas y se tira a la carretera pero, como es el Día Sin Mi Coche, no hay ningún vehículo que le pueda atropellar. Finalmente, Moragas es aplastado por una manifestación de runners. Moragas grita “no podrás conmigo, no podrás conmigo” mirándome fijamente como si quisiera decirme algo, mientras se lo llevan unos sanitarios que susurran: “Pobre Moragas, para esto es mejor no vivir”.
13.34. Sin noticias de Gurb.
13.35. En uno de los bolsillos de mi chaqueta vuelve a activarse la herramienta teléfono móvil y aparece el mensaje “Llamada ARTUR MAS”.
Pulso el botón verde y pregunto: “¿Quién es?”.
“Soy Gurb”, responde Artur Mas.
Relato basado en la novela 'Sin noticias de Gurb', de Eduardo Mendoza. 'Sin noticias de Gurb', de Eduardo Mendoza.
22.01. (hora local). Aterrizaje efectuado sin dificultad. Propulsión convencional (ampliada). Velocidad de aterrizaje: 6.30 de la escala convencional (restringida).
Lugar de aterrizaje: 63 Ω (IIβ) 28476394783639473937492749.