A pesar de que tiendo a quererme me cuesta definirme y decir lo que soy. Periodista, empresario, analista, abogado economista, politólogo, ... Me gustan poco las etiquetas pero me quedo con la de ciudadano activo y firme defensor de la libertad de prensa. He trabajado en la tele y en alguna revista, salgo de vez en cuando en la radio pero lo sitios donde más tiempo he trabajado han sido el Gobierno vasco y el diario El País. Lo que siempre he buscado en el trabajo es divertirme y que me dé para vivir.
El falso ‘Conciertazo’
El nacionalismo ha jugado como nadie la baza de anclarse y romper con España. Es el eterno juego del PNV, que por otra parte tantos réditos electorales le da. Acompañado de una buena orquesta mediática, se ha rasgado estos días las vestiduras porque alguien se ha atrevido a hablar del sistema de financiación vasco. El PNV puede hablar de todo, pero los demás no. Pero lo mejor de todo es que habla sobre algo que no ha ocurrido y da igual porque lo importante es que ha hablado, aunque sea para no decir nada, para marcar el territorio. Los socialistas se han convertido en diana de su furia. Ha habido dirigentes socialistas que se han atrevido a mencionar la necesidad de revisar el Cupo vasco. En Euskadi la cuestión se ha magnificado y ya tenemos debate nacional: Los pérfidos españoles cuestionan el Concierto Económico vasco. Da igual que sea mentira. Sirve a la causa.
La mayoría de los ciudadanos no saben lo que es el Concierto, que respetan y apoyan los grandes partidos de España, PP y PSOE, y que incluso España ha logrado que sea reconocido y respetado en el seno de la Unión Europea. Hasta el ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, ha salido a decirlo. Pero lo mejor es que nadie en los dos grandes partidos tradicionales, cuestiona este marco de soberanía fiscal. De lo que se habla es del Cupo, que es una consecuencia del Concierto, pero no es el Concierto.
El primero, el Concierto, establece un marco de relación fiscal y el segundo, el Cupo, es la cantidad que Euskadi debe asumir y pagar a la Administración General del Estado por las competencias y gastos comunes no asumidos. Lo que se cuestiona es el Cupo y su sistema de cálculo. Está basado en un índice de imputación, el 6,24%, que en teoría representa el peso de Euskadi en el conjunto de España. Durante 30 largos años ha permanecido intacto, pese a que se revisa por Ley cada cinco años su metodología de cálculo. Y ha sido así por intereses políticos varios que a lo largo de las últimas tres décadas han acordado, en eso que el PNV llama bilateralidad, que se mantenga todo estable y nada se toque. Lógicamente en esto han jugado los pactos de legislatura en Madrid y el horror terrorista.
Me atrevo a decir -y seré criticado- que Euskadi ha estado sobrefinanciada. Ha pagado menos de lo que le tocaba. Creo que los pactos y la bilateralidad que reina en el Concierto Económico y sus consecuencias (el Cupo) deben ser responsables y solidarios, y no deben ser tramposos. Y ahí es donde me parece que el PNV debe, de una vez, ser responsable y cumplir realmente con las normas que él mismo dice defender y por las que estaría dispuesto (en una pose espectacular) a romper con España. Pero es mejor jugar, como hacen todos, al electoralismo simplón.
En una democracia se puede hablar de todo y pedir que se revise el Cupo no es una afrenta. Es una cosa normal. Y no implica romper el bloque de constitucionalidad que incluye los estatutos de autonomía ni nada similar. Sencillamente que se mire si el cálculo del Cupo es correcto. Existe también la posibilidad de que Euskadi esté pagando de más. Si no explotan esa posibilidad y se muestran tan celosos será o bien por politiqueo barato o porque igual saben mejor que nadie que se paga poco.
En paralelo los partidos políticos cuyo ámbito es superior al vasco y no cuestionan el Concierto, deberían liberarse de los complejos y no entrar remolque del nacionalismo a defenderlo. Tan difícil es decir que el PNV y El Gobierno vasco mezclan las cosas. Dejen de tener miedo y expliquen, pero bien, que igual somos capaces de entender las cosas mejor de lo que creen.
El nacionalismo ha jugado como nadie la baza de anclarse y romper con España. Es el eterno juego del PNV, que por otra parte tantos réditos electorales le da. Acompañado de una buena orquesta mediática, se ha rasgado estos días las vestiduras porque alguien se ha atrevido a hablar del sistema de financiación vasco. El PNV puede hablar de todo, pero los demás no. Pero lo mejor de todo es que habla sobre algo que no ha ocurrido y da igual porque lo importante es que ha hablado, aunque sea para no decir nada, para marcar el territorio. Los socialistas se han convertido en diana de su furia. Ha habido dirigentes socialistas que se han atrevido a mencionar la necesidad de revisar el Cupo vasco. En Euskadi la cuestión se ha magnificado y ya tenemos debate nacional: Los pérfidos españoles cuestionan el Concierto Económico vasco. Da igual que sea mentira. Sirve a la causa.
La mayoría de los ciudadanos no saben lo que es el Concierto, que respetan y apoyan los grandes partidos de España, PP y PSOE, y que incluso España ha logrado que sea reconocido y respetado en el seno de la Unión Europea. Hasta el ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, ha salido a decirlo. Pero lo mejor es que nadie en los dos grandes partidos tradicionales, cuestiona este marco de soberanía fiscal. De lo que se habla es del Cupo, que es una consecuencia del Concierto, pero no es el Concierto.