'Ecos de dos guerras, 1936-1945' tiene por objetivo el de divulgar las historias de vascos y navarros en cuanto a su participación en dos de las contiendas bélicas que definieron el devenir de buena parte del Siglo XX. Con este blog, la intención de la Asociación Sancho de Beurko es rescatar del anonimato a los miles de personas que constituyen la columna vertebral de la memoria histórica de las comunidades de vascos y navarros, en ambos lados de los Pirineos, y de sus diásporas de emigrantes y descendientes, con principal énfasis en la de Estados Unidos, durante el periodo de 1936 a 1945.
Guillermo Tabernilla es investigador y fundador de la Asociación Sancho de Beurko, una organización sin ánimo de lucro que estudia la historia de los vascos y navarros de ambas vertientes de los Pirineos en la Guerra Civil Española y en la Segunda Guerra Mundial. En la actualidad es su secretario y community manager. Es a su vez editor de la revista digital Saibigain. Entre 2008 y 2016 dirigió el catálogo del “Cinturón de Hierro” para la Dirección de Patrimonio del Gobierno Vasco y es, junto con Pedro J. Oiarzabal, investigador principal del Fighting Basques Project , un proyecto de memoria sobre los vascos y navarros en la Segunda Guerra Mundial en colaboración con la federación de Organizaciones Vascas de Norte América.
Pedro J. Oiarzabal es Doctor en Ciencias Políticas-Estudios Vascos por la Universidad de Nevada, Reno (EEUU). Desde hace dos décadas su trabajo se ha centrado en la investigación y consultoría sobre políticas públicas (ciudadanía en el exterior y retorno), diásporas y nuevas tecnologías, y memoria social e histórica (historia oral, migración y exilio), con especial énfasis en el caso vasco. Es autor de más de una veintena de publicaciones. Ha sido autor del blog “Basque Identity 2.0” de EITB y “Diaspora Bizia” de EuskalKultura.eus. En Twitter @Oiarzabal.
Josu M. Aguirregabiria es investigador y fundador de la Asociación Sancho de Beurko. En la actualidad es su presidente. Especialista en la Guerra Civil en Álava, es autor de varias publicaciones relacionadas con esta temática entre las que destaca “La batalla de Villarreal de Álava” (2015) y “Seis días de guerra en el frente de Álava. Comienza la ofensiva de Mola” (2018).
Desde la pequeña provincia báltica de la hoy actual Estonia, situada en el norte de Europa, llegaba a Tarhan —en la parte occidental de la Península de Crimea bañada por el Mar Negro-, la familia Kivimägi / Kewe, la cual buscaba en estos confines del Imperio Ruso un nuevo comienzo. Allí nació en 1894 Maria Kivimägi. A los pocos meses, ella, sus padres y cinco hermanos (dos chicos y tres chicas) pusieron rumbo a Norte América. Durante un tiempo vivieron en Dakota del Sur, Estados Unidos (EEUU), donde nacieron otras tres hermanas. Desde al menos 1905, la familia residía en la Provincia de Alberta, al oeste de Canadá. A sus 17 años, Maria y su familia cruzaron el paso fronterizo desde Coutss, en Alberta, a Sweet Grass, en Montana, EEUU. Maria haría de Montana su ultimo hogar.
En 1897 arribaba al puerto de Nueva York el SS Rotterdam desde la localidad francesa de Boulogne-Sur-Mer. En el viajaba el joven navarro Juan Martin Ibarrola, nacido en 1876 en la localidad de Zilbeti, en el pirenaico Valle de Erro. Su destino, Montana. Es en la entrada a EEUU donde la grafía de su apellido cambia a la de Ybarrola. Al cabo de una década de duro trabajo, Martin junto a su sobrino Prudencio Agorreta Ibarrola, llegado al país hacia 1910, establecieron un rancho ovejero. Al menos otros tres sobrinos, incluido el hermano de Prudencio, Benito, trabajaron en el rancho durante algún tiempo.
Fue en el rancho de Martin —convertido anualmente en un centro de esquila de ovejas abierto a sus convecinos- donde Maria le conoció. El rancho se encontraba a la fueras de Havre, cerca de Chester, en el Condado de Hill, situado en la parte norte central de Montana. Con 7.550 km2 el Condado de Hill contaba en 1920 con una población cercana a las 14.000 personas. Otras familias vascas como los Etchart-Urquilux hicieron también de Montana su nueva residencia. En 1918 Maria y Martin contrajeron matrimonio en Havre. Maria tenía 24 años y Martin 42. Tuvieron 6 hijos: John Donald (1917), Catherine Josephine (Hermana Ann Dolores) (1919-2015), James Martin (January 26, 1921), Ann Elizabeth (1922-1962), Rosemary (1924-2017) y Joseph (1926). Crecieron en el rancho de Havre hasta que el repentido fallecimiento de su madre en 1928 a causa de la gripe cambió sus vidas drásticamente.
A pesar de los esfuerzos de Martin por mantener unida a la familia, finalmente tuvo que llevar a los niños al Hogar de Huérfanos de Santo Tomás en la ciudad de Great Falls, Montana donde recibieron alojamiento y educación. El orfanato había sido fundado por las Hermanas de la Providencia en 1908. Posteriormente, Martin decidió mudarse al propio orfanato para estar cerca de sus hijos, entregando el rancho a Prudencio. Se ocupó de los animales de las Hermanas para cubrir el costo de mantenimiento de sus hijos, aunque solo tenían contacto limitado al estar en viviendas separadas. Tras graduarse en el orfanato en 1936, Catherine, la hermana mayor entró como novicia de las Hermanas de la Providencia en 1937 en Seattle, Washington. Profesó los votos finales en 1941. Pasó a llamarse Hermana Ann Dolores.
Al igual que muchos hijos de familias vasco-americanas, tres de los hermanos Ybarrola también sirvieron en las fuerzas armadas estadounidenses. El mayor, Don Ybarrola, se alistó seis meses antes del ataque a Pearl Harbor, y estuvo cuatro años en el ejército, licenciándose con el rango de sargento. Falleció en San Leandro, California, en 1980, a los 63 años. Joe Ybarrola, el benjamín de la familia se alistó en las Fuerzas Aéreas en el otoño de 1944, falleciendo con 70 años en Stockton, California.
Con 22 años Jim Ybarrola se enroló en la Armada en 1943 en Seattle. Sirvió en el 46º Batallón de Construcción Naval, conocidos como los “seabees” (abejas marinas, sonido resultante de pronunciar el acrónimo CB, Construction Batallions). Estos batallones fueron creados a partir de marzo de 1942 y sirvieron en múltiples frentes a lo largo de los teatros de operaciones del Atlántico —incluyendo el Día D en Normandía- y del Pacífico, con una presencia en más de 300 islas. Su labor fue la de construir todo tipo de infraestructuras, incluyendo aeródromos, muelles, bunkers de municiones, depósitos de suministros, hospitales, tanques de combustible y cuarteles. Es en el Pacífico sur donde Jim desarrolló su carrera militar. El 46º tomo parte en el Día D+2 (1 de marzo de 1944) del asalto a la Isla Los Negros, del Almirantazgo, ocupada por Japón desde el 7 de abril de 1942. La victoria aliada supuso el aislamiento definitivo de la mayor base japonesa situada en la ciudad de Rabaul, en Nueva Guinea, despejando un obstáculo más en el imparable camino hacia Japón.
Según nos relata el hijo de Jim el antropólogo Steven Ybarrola, “la guerra fue una de las cosas de las que habló mucho mi padre. Tuvo un gran impacto en su vida. No fue traumático para él, por lo que pude ver, sino más bien un tiempo de camaradería. Raramente hablaba de los traumas de la guerra, a menos que hablara de haber contraído malaria y sobre su recurrencia a lo largo de su vida después de la guerra. Esto puede deberse al hecho de que no estaba en combate ‘activo’, sino más bien en un equipo de construcción”. Tras la guerra, toda la familia, a excepción de la Hermana Ann Dolores, consiguió reunirse en la ciudad de Stockton, el último destino militar al que fue enviado Don. El padre falleció a la edad de 75 años en esta localidad californiana. Nunca volvió a Zilbeti. Un tema implícito a las historias de migración de Maria y de Martin, —y la consecuente separación de sus propias familias (en el caso de Martin desde los 21 años)-, es la gran importancia que confirieron a la familia, ya fuera el sacrificio que hizo Martin por mantener a sus hijos juntos, como la tenacidad por mantener a la familia unida tras la SGM y que pudieron inculcar a sus hijos y éstos a los suyos.
Jim falleció el pasado 3 de noviembre de 2019, en Stockton, a la edad de 98 años. “Mi padre tenía un agudo ingenio y un gran sentido del humor. Estuvo con nosotros durante 98 años, ¡pero todavía no fue suficiente!”, lamenta su hijo Steven. Con su partida y la de muchos de sus compañeros de armas se pierde una importante parte de la memoria viva de Estados Unidos y del país de los vascos. Dejaron a un lado a sus familias, sus trabajos y estudios. En definitiva, postpusieron sus vidas a una eventual victoria aliada que posibilitase el pronto regreso a sus hogares y a sus seres queridos. Se estima que hoy en día 250.000 veteranos de la SGM siguen con vida. Sirva este artículo, en el 75º Aniversario de la Victoria en Europa, como un pequeño homenaje de la Asociación Sancho de Beurko y del proyecto de investigación “Fighting Basques: Memoria vasca de la SGM” a los cientos de vascos y estadounidenses de origen vasco que sacrificaron sus vidas, y en algunos casos hasta sus últimas consecuencias, en favor de la libertad.
*Si quieres colaborar con “Ecos de dos guerras” envíanos un artículo original sobre cualquier aspecto de la SGM o la Guerra Civil y la participación vasca o navarra al siguiente email: sanchobeurko@gmail.com
'Ecos de dos guerras, 1936-1945' tiene por objetivo el de divulgar las historias de vascos y navarros en cuanto a su participación en dos de las contiendas bélicas que definieron el devenir de buena parte del Siglo XX. Con este blog, la intención de la Asociación Sancho de Beurko es rescatar del anonimato a los miles de personas que constituyen la columna vertebral de la memoria histórica de las comunidades de vascos y navarros, en ambos lados de los Pirineos, y de sus diásporas de emigrantes y descendientes, con principal énfasis en la de Estados Unidos, durante el periodo de 1936 a 1945.
Guillermo Tabernilla es investigador y fundador de la Asociación Sancho de Beurko, una organización sin ánimo de lucro que estudia la historia de los vascos y navarros de ambas vertientes de los Pirineos en la Guerra Civil Española y en la Segunda Guerra Mundial. En la actualidad es su secretario y community manager. Es a su vez editor de la revista digital Saibigain. Entre 2008 y 2016 dirigió el catálogo del “Cinturón de Hierro” para la Dirección de Patrimonio del Gobierno Vasco y es, junto con Pedro J. Oiarzabal, investigador principal del Fighting Basques Project , un proyecto de memoria sobre los vascos y navarros en la Segunda Guerra Mundial en colaboración con la federación de Organizaciones Vascas de Norte América.
Pedro J. Oiarzabal es Doctor en Ciencias Políticas-Estudios Vascos por la Universidad de Nevada, Reno (EEUU). Desde hace dos décadas su trabajo se ha centrado en la investigación y consultoría sobre políticas públicas (ciudadanía en el exterior y retorno), diásporas y nuevas tecnologías, y memoria social e histórica (historia oral, migración y exilio), con especial énfasis en el caso vasco. Es autor de más de una veintena de publicaciones. Ha sido autor del blog “Basque Identity 2.0” de EITB y “Diaspora Bizia” de EuskalKultura.eus. En Twitter @Oiarzabal.
Josu M. Aguirregabiria es investigador y fundador de la Asociación Sancho de Beurko. En la actualidad es su presidente. Especialista en la Guerra Civil en Álava, es autor de varias publicaciones relacionadas con esta temática entre las que destaca “La batalla de Villarreal de Álava” (2015) y “Seis días de guerra en el frente de Álava. Comienza la ofensiva de Mola” (2018).
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