Un punto de encuentro para reivindicar la política desde las organizaciones juveniles de los principales políticos vascos. Opiniones que se cruzan, se encuentran, que comparten puntos, que salen de un lugar y llegan a otro y que conviven. Jóvenes comprometidos con la política que encuentran en Gaztebiltzarra una parada para debatir.
La cultura: algo más que ocio (EGI)
Hace un par de meses mencioné en este mismo blog la oferta cultural como una posible solución al abuso del alcohol los fines de semana entre nuestros jóvenes. En aquella ocasión, tratábamos las posibles soluciones ante un hecho que tanto preocupa a nuestra sociedad como el botellón. Recuerdo mencionar la falta de posibilidades, de alternativas reales para que nuestros jóvenes pudiesen disfrutar sin tener al alcohol y a su consumo como único “compañero de ocio”.
Esta vez trataremos la política cultural, no solo como opción a un problema, que lo es, sino como una oportunidad de trasmisión y de educación. De un aprendizaje entretenido. Una oportunidad de conocer a través de las expresiones culturales las raíces de las sociedades que conviven en este planeta. Una ocasión donde su gran diversidad no deja huérfano a nadie. Todos encontramos un espacio que nos trasmite sentimientos difícilmente explicables. Todos encontramos nuestro espacio.
La variedad en la oferta cultural de Euskadi llama positivamente la atención, teniendo que mencionar los 65 museos que están a disposición del ciudadano en nuestro territorio y la amplísima agenda cultural en nuestros pueblos y ciudades.
Las ofertas culturales públicas son como el tiempo, nunca llueve a gusto de todos. Creo, sinceramente, que la oferta de conciertos que recorren nuestros pueblos y ciudades, consiguen que todos los ciudadanos, y más concretamente los jóvenes, encuentren su pequeño espacio.
Es destacable como en los últimos informes de diversas universidades del Estado, sitúan la oferta cultural de Euskadi entre las 3 mejores del Estado
Estamos acostumbrados a la polémica que se suscita las semanas previas a las fiestas. Y si os fijáis, siempre decimos eso de “cada año traen peores”. Como bien decía anteriormente, nunca llueve a gusto de todos. Y menos en Euskadi. De todos modos, deberíamos saber también que hay grupos y cantantes que no les interesa venir a un concierto “abierto” porque quema sus posibles conciertos “de pago” en las ciudades de alrededor
Hoy, lectores, os quiero trasladar varias preguntas. ¿Alguna vez os habéis preguntado a cuánto ascienden los presupuestos para fiestas? ¿Alguna vez os habéis dado cuenta de que fiestas como Aste Nagusia no solo viven de los conciertos y de los jóvenes que acuden a los mismos? ¿Y que la oferta va más allá que las fiestas? ¿Acaso nos llegamos a plantear que en otras ciudades debemos pasar por taquilla para poder disfrutar de ellas? No es el consuelo de un discurso derrotista. Es el discurso de un joven que pide altura de miras y una visión más amplia y menos egoísta. Sí, se llama egoísmo cuando decimos que las fiestas “son una patraña” si no traen al grupo que me gusta. ¿Cuándo nos daremos cuenta que la sociedad está repleta de 'yoes' y todos pensamos de diferente manera?
La verdad es que el esfuerzo que realizan los Ayuntamientos de Euskadi en la programación de Fiestas es un ejemplo claro de querer acercar las expresiones culturales a la ciudadanía a costo cero. Eso es democratización de la cultura, difusión y acercamiento de la cultura a la ciudadanía
Creo que tenemos un concepto equivocado si creemos que la oferta cultural y festival debe venir solamente desde las instituciones. Bilbao es un ejemplo del entente “público-privado-iniciativa social”. Me refiero como iniciativa social, a la oferta que las numerosas konpartsas ofrecen a los ciudadanos en Aste Nagusia y privado a todo el sector hotelero y hostelero que, entre otros, participa en la programación festiva. Una agenda que convive con la programación que directamente ofrece la Comisión de Fiestas, donde participan asociaciones, konpartsas y los diferentes grupos políticos que representan a los ciudadanos.
Los conceptos de demanda y oferta son explicados cuando recibimos los primeros conceptos sobre economía. Creo sinceramente que la oferta que disfrutamos es realmente buena. Las dudas se me generan no tanto en la demanda, sino en la capacidad de poder demandar de nuestros jóvenes. Y hablando de economía, sí que echo de menos mas facilidades para que los jóvenes podamos disfrutar de la diversa oferta cultural con mayores descuentos.
Es de felicitar en este apartado la iniciativa de la Diputación Foral de Bizkaia con su Kultur Txartela que intenta promover el consumo y la demanda cultural.
Si, como decía Taylor, creemos que la cultura es “... aquel todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres, y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre”, apostemos pues para que nuestros jóvenes adquieran conocimiento no solo en las aulas y que además entiendan que el aprendizaje será un hecho constante en sus vidas. Y si esos conceptos son adquiridos de una forma entretenida, todos ganamos.
Hace un par de meses mencioné en este mismo blog la oferta cultural como una posible solución al abuso del alcohol los fines de semana entre nuestros jóvenes. En aquella ocasión, tratábamos las posibles soluciones ante un hecho que tanto preocupa a nuestra sociedad como el botellón. Recuerdo mencionar la falta de posibilidades, de alternativas reales para que nuestros jóvenes pudiesen disfrutar sin tener al alcohol y a su consumo como único “compañero de ocio”.
Esta vez trataremos la política cultural, no solo como opción a un problema, que lo es, sino como una oportunidad de trasmisión y de educación. De un aprendizaje entretenido. Una oportunidad de conocer a través de las expresiones culturales las raíces de las sociedades que conviven en este planeta. Una ocasión donde su gran diversidad no deja huérfano a nadie. Todos encontramos un espacio que nos trasmite sentimientos difícilmente explicables. Todos encontramos nuestro espacio.