Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
Asignatura pendiente
Hace unos 25 años tuve la oportunidad de trabajar, un par de años, en una librería en la capital de Escocia, Edimburgo. La experiencia laboral fue extremadamente intensa e interesante. Trabajar en la venta de libros en un idioma que no dominas completamente y en un país con referencias culturales diferentes es un reto que sólo se asume desde la inconsciencia y arrojo de la juventud. Esa misma inconsciencia que te permite experimentar, aprender y valorar la vida como un conjunto de oportunidades únicas.
Como en cualquier librería, en el periodo previo al inicio de curso, los libros de texto se amontonaban en función del curso académico, las asignaturas o el colegio. Entre los diferentes libros de texto uno me llamó la atención. Estos libros se vendían por encargo previo, por lo que encargué una copia de este para poder ojearlo, leerlo y aprender lo que en él se enseñaba. No recuerdo bien para qué curso era el libro, pero tengo la sensación de que estaba dirigido a estudiantes de secundaria o de bachillerato. Era el típico libro de texto que para su mejor comprensión utilizaba gráficos, fotos y dibujos a todo color.
El libro y la asignatura en cuestión era 'The Struggle for Peace in Northern Ireland' ('La lucha por la paz en Irlanda del Norte'). El mero hecho de que en el sistema educativo escocés existiera un libro de texto en el que se analizaban el conflicto norirlandés, sus orígenes, las causas, las horribles consecuencias y su lucha para conseguir la paz, me parecía suficientemente estimulante como para pedir una copia para su lectura. Eso unido al “morbo” o interés que me generaba ver cómo de imparcial podía ser un libro de texto en el Reino Unido explicando un tema tan complejo, con tantas víctimas y con episodios tan oscuros de su historia reciente. El denominado Acuerdo de Viernes Santo era de muy pocos años atrás y las tensiones no estaban del todo resueltas, por eso me parecía tan valiente hacer un libro sobre este tema.
¿Se podía hacer un libro de texto para la escuela sobre este delicado tema, sin que fuera polémico?, ¿se podía estudiar en las escuelas, en términos académicos sin que se les acusara de “equidistante”? Evidentemente, las autoridades educativas pensaron que este era un tema que el alumnado de las escuelas debía saber, como parte de la historia del Reino Unido. El caso me parecía especialmente sorprendente porque hay comunidades católicas y protestantes muy importantes tanto en Glasgow como en Edimburgo.
En aquel momento, hace 25 años, me pareció un libro fabuloso, bien explicado, ecuánime, que no evitaba los episodios más negros y explicaba el contexto político y social que generó tanto sufrimiento. Me quedé gratamente sorprendido por el nivel de madurez de una sociedad que creía necesario que un tema tan delicado como el conflicto norirlandés se estudiase en las aulas. Hace poco tiempo tuve el interés de volver a leer este libro de texto. Una segunda lectura años más tarde podía ofrecerme una perspectiva diferente y, seguramente, más completa de su contenido.
La realidad es que, hoy en día, me sigue impresionando la madurez y calidad objetiva que refleja esta obra, máxime teniendo en cuenta que se trataba de material escolar. A eso se une el hecho de tener un hijo que ya está en la educación secundaria. Pienso que debería tener un libro de texto que explicara qué ha pasado en el País Vasco durante los últimos 100 años, con el mismo rigor que los escoceses estudian el conflicto norirlandés. Un conflicto vasco no menos sangriento y no menos doloroso.
A mi modo de ver, este libro es una referencia de lo que el sistema educativo vasco debería ser capaz de transmitir a las generaciones venideras. Se trata de una obra capaz de explicar la historia, el contexto y las múltiples vulneraciones de Derechos Humanos. Por supuesto la de ETA, sus asesinatos y extorsiones, pero sin olvidar la dictadura, las ejecuciones extrajudiciales, las torturas y el papel del aparato del Estado. Una obra que vaya más allá de los testimonios, siempre necesarios, de víctimas de terrorismo y de la violencia, que se puedan escuchar en las aulas.
De esto va el libro 'The Struggle for Peace in Northern Ireland' y me temo que aquí no somos capaces, desde la educación reglada, de realizar ese ejercicio de síntesis académica. El Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos (Gogora) tiene documentales de gran interés, una línea de subvenciones, reportajes, material escolar y entrevistas en su web que son un material de interés en las aulas, pero no tenemos un libro de texto dentro del currículum académico que explica su conjunto.
En el resto del Estado, la situación resulta más preocupante. Para empezar porque es el propio Ministerio de Interior quien impulsa el análisis académico de lo ocurrido a través de un programa denominado 'Memoria y prevención del terrorismo' con unidades didácticas. No parece que el Ministerio de Interior sea el organismo más adecuado para esto, cuando ha habido muchos miembros de este organismo (incluidos ministros y secretarios de Estado) implicados en capítulos muy oscuros.
En el Estado español, el terrorismo, las víctimas, sus consecuencias y todas sus variables se convierten en un instrumento mediático para dar un impulso a las encuestas en periodos electorales. Ello sólo refleja cierta inmadurez de algunos políticos sobre un tema tan delicado.
Me temo que el sistema educativo no es más que el reflejo de las fortalezas y de las debilidades de nuestro sistema institucional-político y me atrevería a decir que de la propia cultura democrática que tenemos. El texto escocés 'La lucha por la paz en Irlanda del Norte' que descubrí hace más de dos décadas demuestra el interés por acercarse a un terrible conflicto de la manera más objetiva posible, esto es, desde una contextualización histórica para explicar su origen y desde el rigor a la hora de analizar su desarrollo y desenlace. Esto conlleva la comprensión y explicación histórica sobre la actuación de todos los actores en el conflicto. Este rigor busca acercarse a la verdad, siempre inalcanzable pero también siempre perseguible como último objetivo. En los tres conceptos claves para construir una memoria histórica digna —verdad, justicia y reparación—, es la verdad la que conduce hacia la justicia y la reparación, aunque sean simbólicas.
Creo que estamos muy lejos de conseguir ese rigor que observé en este libro escocés. Es un problema de actitud valiente y honesta. 'La lucha por la paz en Irlanda del Norte' vio la luz un año después de los Acuerdos de Viernes Santo. Aquí, ETA se disolvió hace más de una década y su sombra sigue emergiendo con claros objetivos electoralistas.
Por ello, quizá sea muy naif por mi parte pretender tener en las escuelas un libro que ayude a comprender nuestra reciente historia, por muy cruda que sea. Quizás sea muy pretencioso por mi parte que dejemos de utilizar el dolor de lo ocurrido, con el único fin de sacar la cabeza a las puertas de cada proceso electoral. A ver si lo conseguimos para el próximo ciclo electoral, porque es una asignatura pendiente troncal para nuestra sociedad.
Hace unos 25 años tuve la oportunidad de trabajar, un par de años, en una librería en la capital de Escocia, Edimburgo. La experiencia laboral fue extremadamente intensa e interesante. Trabajar en la venta de libros en un idioma que no dominas completamente y en un país con referencias culturales diferentes es un reto que sólo se asume desde la inconsciencia y arrojo de la juventud. Esa misma inconsciencia que te permite experimentar, aprender y valorar la vida como un conjunto de oportunidades únicas.
Como en cualquier librería, en el periodo previo al inicio de curso, los libros de texto se amontonaban en función del curso académico, las asignaturas o el colegio. Entre los diferentes libros de texto uno me llamó la atención. Estos libros se vendían por encargo previo, por lo que encargué una copia de este para poder ojearlo, leerlo y aprender lo que en él se enseñaba. No recuerdo bien para qué curso era el libro, pero tengo la sensación de que estaba dirigido a estudiantes de secundaria o de bachillerato. Era el típico libro de texto que para su mejor comprensión utilizaba gráficos, fotos y dibujos a todo color.