Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
Un aviso
¿Alguien dijo que la vida es justa? ¿Quizá alguien lo pensó? Si es así, no estaba en este mundo. Porque si perteneces a él, si lo miras, si lo sientes o lo vives, puedes tener la certeza de que este mundo es el reino de la injusticia. No hay otra forma de explicar que únicamente 85 personas - una a una hasta sumar ochenta y cinco- dispongan de tanta riqueza como la que disponen los 3.570 millones de ciudadanos que conforman la mitad más pobre de la población mundial.
No menos alarmante resulta conocer que la mitad de la riqueza de la tierra está en poder de apenas el 1% de la población. Son datos que recoge la ONG Oxfam Intermón en su informe 'Gobernar para las élites. Secuestro Democrático y desigualdad económica', que será presentado en el Foro Económico Mundial de Davos. Este documento confirma el enorme aumento de la desigualdad y constata que, también durante las últimas décadas, la riqueza se ha venido concentrando cada vez más en pocas manos.
Otra de las más pavorosas conclusiones del documento mantiene que “las élites económicas están secuestrando el poder político para manipular las reglas del juego económico que socava la democracia”. ¿Cómo compaginar tal aseveración (fundamentada en datos) con los discursos políticos empeñados en sostener lo contrario? ¿Qué clase de hipocresía impulsa a los dirigentes a justificar decisiones en supuestos objetivos de redistribución que son inexistentes?
Más de un gobierno debería sentirse interpelado (y avergonzado) por el informe de Intermón. Y, en especial, el gobierno de Mariano Rajoy que ha ido adoptando toda una serie de medidas, entre ellas las fiscales, favorables para los intereses de una minoría poderosa mientras la mayor parte de los ciudadanos sufrimos los efectos de múltiples recortes y de una injusta reforma laboral.
La verdad es que podría apuntar ahora toda una serie de improperios, pero prefiero atenerme a la lúcida reflexión del profesor Josep Fontana. Dice: “ Lo que los ciudadanos españoles pagan hoy con recortes, paro y sacrificios son las deudas gigantescas de unas entidades financieras que comprometieron sus recursos en inversiones de riesgo para poder repartir beneficios y comisiones a sus dirigentes y a unos cómplices políticos que primero les dejaron hacer y después aceptaron que fuese el estado quien asumiese el problema de bancos y cajas, pero no el de millares de familias que han sido desahuciadas en cuanto la crisis engendrada por los especuladores les ha dejado sin recursos para pagar las hipotecas”.
Vamos, que hemos pagado a escote y por obligación los números rojos de los bancos. Los grandes inversores (que son contados) se han aprovechado del esfuerzo de la mayoría (que somos casi todos). Se ha demostrado que la codicia no tiene límites ni tiene vergüenza. Pero cabe también concluir que no tiene nada de extraño que los ciudadanos no se resignen a que les continúen tomando el pelo.
La capacidad de tolerar la injusticia no es ilimitada. Y para ejemplo ahí está lo ocurrido en el barrio burgalés de Gamonal, donde los vecinos se han organizado y se han movilizado para rechazar la privatización de un espacio público, que eso es lo que se pretendía con el Bulevar de la calle Vitoria.
El Ayuntamiento, que impuso el proyecto sin diálogo y para el beneficio de unos pocos, ha dado marcha atrás. Los vecinos se apuntan el tanto y ahora la policía teoriza sobre la intromisión de los anarquistas o el aprovechamiento de los radicales… Pero, que nadie se engañe. Hay mucho hartazgo acumulado y muchas causas, pequeñas y grandes, por las que los ciudadanos pueden movilizarse. Todo puede ocurrir donde menos te lo esperas.
¿Alguien dijo que la vida es justa? ¿Quizá alguien lo pensó? Si es así, no estaba en este mundo. Porque si perteneces a él, si lo miras, si lo sientes o lo vives, puedes tener la certeza de que este mundo es el reino de la injusticia. No hay otra forma de explicar que únicamente 85 personas - una a una hasta sumar ochenta y cinco- dispongan de tanta riqueza como la que disponen los 3.570 millones de ciudadanos que conforman la mitad más pobre de la población mundial.
No menos alarmante resulta conocer que la mitad de la riqueza de la tierra está en poder de apenas el 1% de la población. Son datos que recoge la ONG Oxfam Intermón en su informe 'Gobernar para las élites. Secuestro Democrático y desigualdad económica', que será presentado en el Foro Económico Mundial de Davos. Este documento confirma el enorme aumento de la desigualdad y constata que, también durante las últimas décadas, la riqueza se ha venido concentrando cada vez más en pocas manos.