Viento del Norte es el contenedor de opinión de elDiario.es/Euskadi. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
Paraguada por la educación
Esta semana, aunque pueda estar pasando desapercibido, nos encontramos inmersos/as en la celebración de la Semana de Acción Mundial por la Educación (SME). Más de 30 ciudades españolas, entre las que se encuentran Bilbao y Pamplona, han previsto actos centrales en los que visualizarán las distintas acciones de esta campaña que niñas y niños están realizando en sus escuelas y colegios. El objetivo es simple, pero trascendente: recordar a los Gobiernos que están comprometidos con financiar el derecho a la educación.
“¡Vuelve la burra al trigo!” que diría el otro ante la insistencia por seguir hablando de educación, infancia y dineros. Pero, no podemos resistirnos cuando Naciones Unidas nos recuerda que sigue habiendo 124 millones de jóvenes sin escolarizar en el mundo y que el 84% se concentran en el África Subsahariana y Asia, zonas del planeta especialmente sacudidas, además, por la pobreza extrema y la inhabitabilidad climatológica.
Precisamente en este entorno mundial, 196 países firmaron en septiembre pasado, en Nueva York, la Agenda 2030 desde la que se gestionarán los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible para poner fin a la pobreza, luchar contra la desigualdad y la injusticia y hacer frente al cambio climático. Estos nuevos ODS son la continuación de los 8 anteriores Objetivos del Milenio que debían haber estado conseguidos para 2015. Centrándonos en el 4, que concierne especialmente al mundo de la enseñanza, su intención es garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos y todas.
Un reto de proporciones importantes: asegurar que todas las niñas y niños completen de forma gratuita su educación primaria y secundaria de ahora al año 2030. Conseguir tal fin significa comenzar por derribar los tabúes culturales que en muchos países aún impiden el acceso igualitario a la formación. Significa también empoderar la enseñanza pública en aquellos lugares donde el mercado ya se ha enseñoreado como victorioso. Significa, por último, eliminar las disparidades de género e ingresos con el fin de lograr el acceso universal a una educación superior de calidad.
De ahí nuestra insistencia en trabajar por la Educación. Porque es un elemento de protección de primer orden para la vida humana, aquí, en Pakistán y Orlando. Con más educación se reduce la pobreza -al facilitar más oportunidades-, se mejora la salud –al aprender sobre nutrición e higiene- y se promueve el desarrollo sostenible –al concienciar de la finitud de nuestros recursos naturales. Con mejor educación se construye una ciudadanía más igualitaria, crítica y libre.
Por tanto, para conseguir que esos 124 millones de jóvenes puedan educarse será necesario actuar en distintos puntos: creando escuelas e institutos, formando docentes motivados/as y bien remunerados/as, facilitando material escolar adecuado y estableciendo políticas educativas que garanticen el derecho universal a la educación. En pocas palabras, aumentando la financiación en porcentajes superiores a los actuales, que están demostrando la insuficiencia para la consecución de los objetivos ya señalados. De ahí el lema elegido para sintetizar la Campaña mundial por la Educación de este 2016: “La Educación nos protege. Protejamos su financiación”.
Cualquier elemento de protección y seguridad personal valdría para identificar el lema de la campaña: un casco de obra, unos guantes de limpieza, unas gafas de seguridad, una mascarilla sanitaria,… todos son reconocibles rápidamente. También un paraguas, elemento finalmente seleccionado. Con el paraguas nos protegemos tanto de las tormentas –polémicas espurias sobre la educación- como de las insolaciones –insuficiencias financieras en la enseñanza-. Sea bienvenida, por tanto, la Paraguada por la Educación del próximo miércoles, 27 de abril, en la Plaza Indautxu.
Esta semana, aunque pueda estar pasando desapercibido, nos encontramos inmersos/as en la celebración de la Semana de Acción Mundial por la Educación (SME). Más de 30 ciudades españolas, entre las que se encuentran Bilbao y Pamplona, han previsto actos centrales en los que visualizarán las distintas acciones de esta campaña que niñas y niños están realizando en sus escuelas y colegios. El objetivo es simple, pero trascendente: recordar a los Gobiernos que están comprometidos con financiar el derecho a la educación.
“¡Vuelve la burra al trigo!” que diría el otro ante la insistencia por seguir hablando de educación, infancia y dineros. Pero, no podemos resistirnos cuando Naciones Unidas nos recuerda que sigue habiendo 124 millones de jóvenes sin escolarizar en el mundo y que el 84% se concentran en el África Subsahariana y Asia, zonas del planeta especialmente sacudidas, además, por la pobreza extrema y la inhabitabilidad climatológica.