“Sobre todo queríamos ser libreros y vivir de vender libros. Desde el primer momento, Lagun tenía una vocación de política democrática”, esa era la principal intención de Ignacio Latierro, que junto a María Teresa Castell y con el apoyo del exconsejero socialista José Ramón Recalde, fundó una de las librerías donostiarras más emblemáticas, cuna de la libertad, la cultura y el librepensamiento. Sueño que durante más de medio siglo se ha mantenido con vida, hasta ahora, que debe cerrar sus puertas por la escasez de ventas.
Lagun, que en euskera significa 'amigo', fue la casa de los libros prohibidos, las multas y las reuniones semiclandestinas durante la dictadura franquista. También fue víctima de los cristales rotos, la pintura roja y amarilla y los libros chamuscados y humeantes años más tarde, cuando la violencia de ETA aún se vivía en las calles.
En el año 1996, la ya fallecida María Teresa Castells escribió un alegato en forma de carta abierta en El País después de que la librería se convirtiera en la diana preferida de los 'camisas negras' con txapela tricolor. “Desde su comienzo la empresa ha tenido un proyecto vocacional: su actividad ha estado directamente ligada, como he dicho, a la libertad de imprenta. Ha sufrido, por ello, en la época de Franco, multas y agresiones. Muchos guipuzcoanos recordarán la actividad clandestina que se desarrolló en esos años negros, tan distintos, ¿o no tan distintos?, de estos otros años, también para mí negros. Conocerán la trastienda de los libros prohibidos, tan odiada por los censores de aquella época”, apuntaba María Teresa, para pasar luego a hablar de que su librería estaba siendo víctima de al menos veinte atentados al año de la banda terrorista ETA durante el periodo en el que escribió la carta.
“En 1983 le explota una bomba a un chaval de ETA y muere. Su cuadrilla viene con la intención de que cerremos y hagamos huelga. Dijimos que no y empezaron a pintarrajearnos. Quien parecía estar al mando del comando nos dice: 'Eso os pasa durante el día, a la noche veremos lo que os pasa'. Lo mismo que nos hacían los de Cristo Rey, pensamos. Entonces apareció un sacerdote, el verdadero jefe del comando, les llamó, les susurró algo y se fueron. Este hombre tenía alguna noción de historia, pero a medida que fue pasando el tiempo, los de la siguiente generación dudo que supieran muy bien lo que era el franquismo”, explicaba el propio Latierro en el documental 'Lagun y la resistencia civil frente a ETA'.
Según informa El Diario Vasco, el cierre definitivo de la librería se producirá pasado el verano y, con él, las historias escondidas en libros que han sido símbolo de la resistencia y la lucha por la paz durante más de medio siglo. Como reconocimiento a su labor y su trayectoria el Gobierno español les concedió a los fundadores de Lagun la Placa de Honor de la Orden Civil de Alfonso X El Sabio y, cuando la librería cumplió 50 años, en 2018, la Diputación de Gipuzkoa realizó un homenaje en el Teatro Victoria Eugenia.
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