La de Ciudadanos parece una muerte anunciada que se ha confirmado ya definitivamente el 28-M. La Ejecutiva del partido reunida en Madrid ha decidido este martes no concurrir a las elecciones generales que ha convocado Pedro Sánchez para el 23 de julio, después de que haya salido totalmente tocado de las municipales y autonómicas del pasado domingo. El partido naranja que fundó Albert Rivera en 2006 no tiene ya representación en ninguna de las autonomías en las que se han celebrado elecciones y en la mayoría de los ayuntamientos de las principales ciudades españolas -ha conseguido apenas 392 concejales- en un camino directo a la desaparición. En Euskadi, una comunidad que no ha sido históricamente la más propicia para este partido, la situación es todavía peor. Sólo se presentaban en las tres capitales vascas y aún así, han sumado apenas 767 votos, 7.567 menos de los que consiguió en 2019 en Bilbao, Vitoria y Donostia. Aunque estos votos tampoco consiguieron hace cuatro años otorgarles representación en estos ayuntamientos. Aún así, en la capital que menos sumaron en 2019, sacaron más votos que en las tres juntas el pasado domingo. En 2019 también presentaron candidatura en Getxo. No consiguieron concejal, pero en esta localidad apostaron por este partido 1.357 votantes.
“No hemos sacado los votos que esperábamos y no nos presentamos a las generales, pero no pasa nada, seguimos exactamente igual que antes, y aprovecharemos este periodo para reforzarnos”, señala el presidente del partido en Euskadi, José Manuel Gil, y miembro también de la Ejecutiva nacional. Gil insiste, como decía ya durante la campaña en una entrevista con elDiario.es/Euskadi, que el objetivo del partido en estas elecciones era “resistir” para poder acometer con fuerza las próximas elecciones, después de culminar la refundación en la que está inmersa la formación. Aunque lo cierto es que no sólo no han resistido, sino que además, la convocatoria apresurada de las elecciones generales puede haber dado la puntilla definitiva a esta formación. “Nosotros pensábamos en una convocatoria para las generales en diciembre, no en julio”, señala Gil. “Además, está claro que los ciudadanos van a estar en estas elecciones en una clave entre Sánchez o anti Sánchez en la que nosotros no entramos”. No obstante, el presidente de la formación vasca rechaza de plano que esto suponga la desaparición de la formación. “Esta es una decisión que supone rearmarnos para salir más fuertes en las elecciones”, insiste. “Vamos a seguir funcionando en España y en Euskadi, como hasta ahora”.
En Euskadi parece claro que el descalabro de CS ha beneficiado directamente al PP, evitando que se disgregue el voto de la derecha, aunque el partido de Gil se define como “liberal de centro”. En las tres capitales, los votos de Ciudadanos en caída libre han coincidido con la subida del PP, partido con el que mantiene todavía una coalición en el Parlamento Vasco. Y Vox aunque no está representado en ninguno de los tres ayuntamientos, también supera en votos la formación naranja.
Igual que hace cuatro años Vitoria es donde ha recibido más apoyo, el 0,23% de los votos que se traduce en 260 papeletas para la candidatura que encabezaba Gonzalo Mañes-Arce. En 2019 les votaron el 2,56%, 3.041 personas. En Bilbao han votado al candidato Raúl Alonso 342 personas, el 0,22%, frente a los 3.722 (2,23%) que les apoyaron hace cuatro años. En Donostia solo 165 votos,(0,18%) apoyaron a Javier Estévez. En 2019 votaron este partido en la capital guipuzcoana 1.572 personas, e. 1,65% de los votos emitidos.
De todas formas CS Euskadi solo ha conseguido el porcentaje mínimo para tener representación, el 5%, en 2015. Ese año consiguieron dos concejales uno en Getxo y otro en Laguardia en 2015, además de un juntero en las Juntas Generales de Álava.
Desde las municipales y forales de 2019 el partido naranja se quedó sin cargos públicos en Euskadi, hasta que en las elecciones autonómicas de 2020 entraron en el Parlamento Vasco de la mano de su coalición con el PP. Entonces eran dos los parlamentarios de CS, José Manuel Gil, y Luis Gordillo, exlíder de la formación y que optó por pasarse al PP en octubre de 2021.
Gil, único cargo público del partido en Euskadi, insiste en que ni el fracaso electoral del 28-M ni el hecho de retirarse de las generales supone que el partido vaya a desaparecer. Pero está por ver ahora si tienen margen para poder recomponerse o si sólo les queda firmar la disolución.