Los correos electrónicos sobre la vacunación en el hospital de Santa Marina: “Hemos contabilizado 650 personas, por lo que solicitamos un total de 108 viales”
La consejera Sagardui remite al Parlamento los documentos internos sobre el envío de vacunas al centro dirigido por el exconcejal Sabas
“Hemos contabilizado 650 personas, por lo que solicitamos un total de 108 viales”. El viernes 15 de enero, jornada en la que arrancó la vacunación de los sanitarios en Euskadi, la directora de enfermería del hospital de Santa Marina de Bilbao solicitó por correo electrónico un número de vacunas contra la COVID-19 suficientes para inmunizar a todo el centro, como deseaba su entonces gerente, el exconcejal del PNV José Luis Sabas, quien también se vacunaría con ellas e incluso lo grabó en vídeo. En el mensaje a la responsable de los envíos, en cambio, no se le especificaban esos planes por escrito y, después de un ligero ajuste, se acuerda una remesa de 100 viales dentro de un paquete general de 2.706, o lo que es lo mismo, 13.530 vacunas.
La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, ha enviado al Parlamento Vasco la documentación relativa a las irregularidades en Santa Marina a instancias de la parlamentaria de la coalición PP+Cs Laura Garrido, muy beligerante con este caso y con el que se produjo en Basurto -en ambos fueron destituidos los gerentes tras vacunarse-. Se trata de un expediente de 131 páginas, aunque los correos electrónicos y las cantidades concretas de los envíos se concentran en las últimas. Antes hay informes que incluso tienen el sello de “confidencial” sobre la estrategia de vacunación en España.
La parte relativa a Santa Marina se inicia con la comunicación del 13 de enero de la directora de Recursos Humanos, Pilar Uriarte, en la que anuncia el arranque del proceso y que las diferentes organizaciones han de elaborar listados de personal, ya publicada por este periódico en aquellas fechas. En él ya se alude a que hay diferentes grupos de prioridad y se añade un punto: “Se recomienda no sobrepasar el 50% y mantener un rango entre un tercio y la mitad de los efectivos, 33%-50%)”. Con ese informe, Santa Marina propone un listado inicial de 650 personas. Tres días después, en cambio, los 108 viales bajan a 100: “Lo dicho, por el momento 100 viales a la espera de ver las personas que acuden o no a la cita”. Los interlocutores de la responsable de enfermería del hospital son una subdirectora de Salud Pública en Bizkaia y el responsable del Comité de enfermedades infecciosas, Enrique Peiró. Finalmente es una persona externa a Osakidetza, en concreto una trabajadora de la distribuidora farmacéutica de Gipuzkoa, la que define un cuadro con las cantidades por centros y lo envía a altos cargos de la Sanidad vasca. Es de nuevo la subdirectora de Bizkaia la que se encarga de comunicarlo a la responsable de Santa Marina encargada del proceso.
Esas vacunas llegaron finalmente el 19 de enero y el resto de la historia es conocida. Sabas vacunó a todo el hospital -hay una imagen de él con la inyección- e incluso a externos, como religiosos, sindicalistas o reponedores. En el entretanto, el gerente intercambió mensajes de WhatsApp con la consejera Sagardui y con la directora general de Osakidetza, Rosa Pérez Esquerdo. Ambas han defendido que de esas conversaciones no se puede deducir que le dieran el visto bueno a saltarse el protocolo definido en aquellas fechas. Fuentes de Salud insisten en que estas comunicaciones demuestran que hubo un error en la supervisión del envío, nunca conocimiento del plan de Santa Marina. Este caso y del Basurto llegaron a manos de la Fiscalía, pero se decretó el archivo de las investigaciones.
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