EH Bildu exhibe perfil económico con un acercamiento al mundo empresarial e industrial

EH Bildu ha realizado este martes uno de sus primeros grandes actos de la campaña electoral y ha mirado a la industria y a la economía, un terreno que hasta ahora siempre situaba en un segundo plano tapado por la apuesta política soberanista. El escenario elegido también tiene un cierto significado. EH Bildu ha reunido a sus cargos y diversos invitados en el Palacio Euskalduna, que tradicionalmente acoge muchas de las citas económicas más importantes que se celebran en Euskadi, desde las asambleas de las patronales vascas hasta las juntas de accionistas del BBVA o Iberdrola. Allí han estado sus candidatos en estas elecciones municipales y forales y el líder de la coalición, Arnaldo Otegi, poniendo en valor unas propuestas para un acercamiento al mundo económico y para continuar con la institucionalización de la coalición integrada por Sortu, EA, Alternatiba e independientes.

El acto ha estado capitaneado por el director de programa, Pello Otxandiano, cada vez con mayor peso orgánico, y el por el candidato a diputado general de Bizkaia, Iker Casanova, que han desgranado las bases de su apuesta industrial ante un conjunto de invitados del mundo económico, aunque con pocas caras conocidas, con representación sobre todo del entorno cooperativo, y con la única presencia de LAB desde los sindicatos. CCOO y UGT han “excusado” su asistencia, mientras que ELA ni siquiera ha contestado a la invitación, según han señalado fuentes de la formación. Entre las patronales, sólo la asociación de comerciantes Euskaldendak. No se ha invitado a Confebask ni a las territoriales, ya que EH Bildu aboga en su propuesta por constituir una nueva asociación empresarial que represente a un nuevo modelo de empresa. Entre los invitados también había representantes del grupo Mongragon y de empresas como Orona, Viuda de Sainz, Eroski, Solaria, Garanova Proyectos Renovables, LKS, el Instituto Vasco de Competitividad- Orkestra, y las universidades de Deusto y UPV-EHU, entre otros.

En su intervención, Otxandiano y Casanova han señalado que en estos momentos “no existe una política industrial merecedora de ese nombre”. Según defiende la coalición, Euskadi “está perdiendo perdiendo peso industrial, arraigo y empresas tractoras en sectores estratégicos. No existe una visión de futuro y no hay liderazgo para llevar a cabo una política industrial activa”. Por eso, consideran que en un momento en el que “vienen grandes cambios motivados por la transición energética, la digitalización y cambios en la estructura demográfica y nos encontramos en una situación de vulnerabilidad creciente”, Euskadi “corre el riesgo de la terciarización de la economía vasca y de perder más arraigo industrial en el futuro a manos de fondos de inversión extranjeros. Necesitamos transitar hacia una política industrial emprendedora”, han señalado. 

Apuestan por un “modelo vasco de empresa” que opera ya en este país, dicen, en el que se da participación a los trabajadores pero que “no tiene la suficiente proyección social ni el suficiente reconocimiento y apoyo por parte de las instituciones públicas”. En su opinión, “el discurso hegemónico empresarial no es el único discurso empresarial que existe en este país. Creemos que hay un vasto tejido empresarial que no se siente identificado con muchas de las ideas que difunden las grandes organizaciones empresariales, muy alineadas con una determinada ideología y que tratan de influir en las políticas públicas de forma que no les corresponde”. Por ello, apuestan por la “creación de una asociación (o similar) para que la implantación de este modelo en las empresas adquiera una referencialidad colectiva, se nutra de la transmisión de experiencias y conocimientos, y pueda valerse de instrumentos de apoyo y ayuda” y que además, “se modifique la normativa fiscal” para favorecer este modelo que incluye la participación de los trabajadores.

Inversiones en las empresas a través de EPSV

El documento presentado este martes aboga por “una política industrial emprendedora desde las instituciones”, que impulse la industria, y que suponga “un reparto equitativo” de la riqueza y la generación y mantenimiento de empleo de calidad. Hace mucho hincapié, entre otras cuestiones, en la necesidad de mantener el arraigo local de las empresas mediante la entrada en el capital de las mismas. EH Bildu ha sido muy crítico con el proceso de la pérdida de arraigo de muchas grandes empresas vascas como Euskaltel o Siemens Gamesa. Casos que ha recordado en su intervención Iker Casanova. Al igual que la quiebra de La Naval, un proceso en el que EH Bildu siempre ha mantenido que no se había defendido suficientemente desde el Ejecutivo vasco el mantenimiento de la actividad industrial del astillero, ya liquidado y con los terrenos vendidos a otra empresa.

Como novedad, el documento de EH Bildu sobre política industrial reconoce que Kutxabank tiene dificultades para realizar inversiones empresariales por las restricciones que se establecen desde Europa a la actividad de los bancos más allá de la financiera, pese a que EH Bildu ha sido muy crítico con la salida del banco del capital de algunas empresas, como Euskaltel. “El incremento de los requisitos a los bancos para la participación accionarial en terceras empresas dificulta el papel jugado por las Cajas de Ahorro en el mantenimiento de posiciones significativas en empresas consideradas estratégicas. Ello conlleva la necesidad de sustituir funcionalmente el papel jugado por la entidad Kutxabank”. asegura el documento.

En este sentido, propone la creación de “uno o varios fondos de inversiones en activos no financieros que acometa bien inversiones directamente en apuestas empresariales públicas o mixtas, o bien acompañamiento a otras inversiones privadas o de la economía social con un carácter de permanencia en función de criterios estratégicos y de rentabilidad”. Propone para ello, aprovechar “la fortaleza de las EPSV en la CAV, proporcionalmente cinco veces las del Estado” para acometer estas inversiones. “Constituye un buen punto de apoyo”, señala.

De manera complementaria “se plantea habilitar o reforzar una política de ayudas y/o intervenciones en las empresas con dificultades, orientadas a reestructurar, reorientar o liquidarlas de manera ordenada en función de una serie de supuestos determinados, y que deberá ser financiado a cargo de los presupuestos”.

En cuanto al modelo de empresa, apuesta por una “empresa basada en un modelo de inclusión, participación e implicación completo”, el cual debería incorporar la relación del capital y el trabajo. Considera necesario impulsar la participación de los trabajadores en tres ámbitos: “en la gestión, en los resultados y en la propiedad”. “Un modelo inclusivo de los y las trabajadoras es condición básica para generar un modelo de gestión avanzado, para propiciar unas relaciones laborales adecuadas, ajustar el absentismo y propiciar la flexibilidad funcional. De manera complementaria, desde la administración pública se puede fomentar la creación de una asociación (o similar) para que la implantación de este modelo en las empresas adquiera una referencialidad colectiva, se nutra de la transmisión de experiencias y conocimientos, y pueda valerse de instrumentos de apoyo y ayuda”, en lo que sería impulsar una nueva organización patronal al margen de Confebask.

Se trataría de una empresa que, además de tener un modelo “inclusivo” con los trabajadores, esté comprometida con “los retos sociales y de país”, lo que incluye entre otras cuestiones, “cumplir con las obligaciones fiscales y no asumir la premisa de que un entorno competitivo es aquel con una baja presión fiscal”, que priorice estrategias de “sostenibilidad económica sobre estrategias de rentabilidad a corto plazo” para crear y mantener el empleo, y que destine al menos un 50% de los beneficios anuales a incrementar los fondos propios.

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