Elkarrekin Podemos-IU urge a Urkullu a reactivar la reforma del Estatuto vasco
La portavoz de la coalición Elkarrekin Podemos-IU, Miren Gorrotxategi, ha urgido este viernes en la sesión de control al Gobierno que celebra el Parlamento Vasco a que se reactive la ponencia parlamentaria para la reforma del Estatuto de Gernika, aprobado en 1979 y uno de los pocos en España nunca retocados. El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha coincidido en que “profundizar” en el autogobierno es una labor pendiente desde hace legislaturas y ha insistido en que sería preciso regular el “derecho a decidir” desde parámetros de “viabilidad institucional” y no de “ruptura”. En todo caso, ha mostrado su sorpresa con la coalición de izquierdas ya que -ha enfatizado- quedan aún aspectos del marco autonómico vigente sin desarrollar y que estaban comprometidos para la legislatura por Pedro Sánchez, en cuyo gabinete hay ministros de Podemos y de IU.
Gorrotxategi ha justificado su propuesta -que parte de la premisa de intentar que la bandera del autogobierno no sea exclusiva de las formaciones nacionalistas, según las fuentes consultadas- en que existe una “preocupación de la ciudadanía en Euskadi”, lo que incluye “miedos” e “incertidumbres”, de si las competencias actuales son “suficientes” para hacer frente a los grandes retos “civilizatorios” o para “blindar” derechos sociales y servicios públicos. “Lo que tenemos que tener en cuenta es lo que sí podemos hacer. Sí podemos poner en marcha la ponencia de autogobierno. Estamos dispuestos a hablar del qué, del para qué y de lo que haga falta”, ha solemnizado la jefa de filas de Elkarrekin Podemos-IU en la tribuna.
La propuesta de actualización del autogobierno, que inicialmente era “nuevo estatus” y luego simplemente una reforma estatutaria en el argumentario de Urkullu, fue una promesa en su campaña de 2012, cuando ganó las elecciones. Se hablaba de una consulta y del derecho a decidir para 2015 y luego para 2020, pero la ponencia parlamentaria encalló en en la legislatura 2012-2016. En la 2016-2020, coincidiendo con el proceso independentista en Catalunya, el grupo parlamentario del PNV y EH Bildu lograron un acuerdo de bases con acento soberanista que el propio lehendakari matizó y aspiró a ampliar consensos con las fuerzas no nacionalistas, entre otras cosas porque tensionaba su coalición con el PSE-EE. Finalmente, el proceso gripó igualmente aunque ya al final los últimos borradores acercaron las posiciones de PNV y PSE-EE y alejaron a EH Bildu. En cuanto a Elkarrekin Podemos, entonces conformada también por Equo, se sumó al capítulo de derechos sociales del acuerdo con EH Bildu y también se vio reflejada en la propuesta más matizada de nacionalistas y socialistas.
Gorrotxategi ha admitido que “no son tiempos fáciles” y ha citado “una pandemia mundial”, “el auge de la ultraderecha”, la “crisis energética” o “una guerra en Europa”, asuntos que han ralentizado otros asuntos en el Parlamento. La ponencia, de hecho, ni siquiera ha sido convocada en toda la legislatura, esto es, en casi dos años. El PNV, además, ha orillado deliberadamente este debate en sus discursos, más pegados a la gestión y a la economía. Fuentes de Elkarrekin Podemos-IU entienden, sin embargo, que es “absolutamente necesario” reactivar este asunto. Entre otras cosas porque “el Gobierno vasco no puede seguir escudándose en los asuntos competenciales cuando no llega o no es capaz de dar respuesta a las necesidades de la ciudadanía”, indican estas fuentes.
La postura de la coalición de izquierdas ha sorprendido en el ala socialista del Gobierno, ya que es una de las materias que separan a los socios. Urkullu, en todo caso, se ha mostrado receptivo a “dar nuevos pasos” en materia de autogobierno y ha remarcado que “no hay argumentos democráticos” para “estar en contra” de la “libre decisión” de la sociedad vasca. Ha insistido en que la singularidad foral vasca permite tener una base para ganar en competencias y ha indicado que cualquier proceso debería culminar con un referéndum ratificatorio, que en puridad es el procedimiento ordinario de reforma del Estatuto. El lehendakari, que en Catalunya medió para evitar decisiones unilaterales, ha matizado, en todo caso, que cualquier proceso tiene que partir de consensos y no de rupturas y plantear soluciones con “viabilidad institucional”. Ni se puede correr hacia un “callejón sin salida”, ni se puede “aparcar” el debate ni hay que aprobar algo solamente de cara a la galería para “guardarlo en un cajón”, ha indicado.
Por otro lado, Urkullu ha tenido un agrio 'cara a cara' con la única representante de Vox en la Cámara, Amaia Martínez Grisaleña, que ha acusado abiertamente al lehendakari de haber apoyado iniciativas que legitiman “el uso de la violencia contra el adversario político”. Urkullu le ha respondido que no votar a favor de una iniciativa de Vox no supone automáticamente que se pueda “interpretar como un apoyo del uso de la violencia política”. “Exageración tras exageración. Lo suyo es difamación constante”, ha apostillado Urkullu mirando al escaño de la ultraderecha. Y ha recordado a Vox los mensajes “xenófobos” contra menores o extranjeros o el “negacionismo” con la violencia contra las mujeres. Asimismo, ha criticado que este partido siga denunciando que sufre un 'cordón sanitario' cuando por decisión propia ha rechazado reunirse con el lehendakari ya en dos ocasiones.
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