Podemos consiguió el 20D un hito único en Euskadi: ser la primera fuerza en votos por delante del PNV, y eso que venía de una crisis interna que le había dejado sin dirección y con una gestora nombrada desde Madrid. Seis meses después, repitió el mismo puesto ampliando la distancia con sus rivales y con una nueva líder, Nagua Alba, una psicóloga de 26 años. La inmensa maquinaria política y electoral del PNV perdió votos. Lo mismo EH Bildu.
Los profesionales de la política se vieron sobrepasados. Ahora Elkarrekin Podemos juega en un campo más difícil, el de las elecciones autonómicas, donde el PNV tiene la costumbre de pescar votos de los demás partidos, excepto de Bildu. En el mitin de la noche del jueves en una sala del Palacio Euskalduna, en Bilbao, Íñigo Errejón pidió un esfuerzo más: “Que os deis el gusto de hacerlo por tercera vez”.
Errejón dedicó varios momentos a hablar de soberanía, tal y como la entiende Podemos, y para referirse al PNV sin citarlo: “Cuando vemos las ikurriñas, vemos cosas diferentes a las que ven los gobernantes en Euskadi. Hay algunos que, cuando ven las ikurriñas, encuentran un pasaporte para colocar en las instituciones a sus amigos, un pasaporte para acabar en Petronor, en BBVA, en Iberdrola. Nosotros, cuando las vemos, vemos feminismo, igualdad, defensa de los puestos de trabajo, orgullo por el Estado del bienestar conseguido”.
Ese es un mensaje directo y claro contra el PNV que no siempre se ha escuchado con la misma intensidad en la campaña de su partido, y menos en los mensajes de su candidata a lehendakari, Pili Zabala. Al igual que otras formaciones, como es habitual en el País Vasco, se ha hablado de pactos para alcanzar grandes objetivos, tanto en política económica como autogobierno. No ha habido tantos ataques a los poderosos ni a las puertas giratorias –también muy presentes para los dirigentes del PNV que abandonan sus puestos en el Gobierno–, que han sido marca de la casa de los dirigentes de Podemos en España.
Ese mensaje, para toda España, le fue muy útil a Podemos en Euskadi en las generales. Pero unas autonómicas son diferentes y el partido ha tratado de adaptarse a una realidad económica mejor que la española, a un menor nivel de crispación política y a un partido en el poder menos perseguido por casos de corrupción.
“Están los que nos dicen que todo está bien. Eso no es lo que hace un buen gobernante”, clamaba Errejón. “Un mal gobernante pone excusas”. Atacaba a los que se conforman diciendo “que más al sur las cosas están peor”. Lo cierto es que el dirigente de Podemos ofreció una larga lista de ejemplos de logros conseguidos por los vascos, no por los gobiernos autonómicos, sino por la lucha en la calle. Destacó que Euskadi “estuvo a la cabeza del movimiento antimilitarista”, que creó “el mayor movimiento ecologista de toda España” o que luchó contra la desindustrialización.
Elkarrekin Podemos defiende para el País Vasco lo que ha llamado el “modelo canadiense” en materia de autogobierno, que apueste por el diálogo para crear cauces legales en favor del derecho a decidir. Afirma que su objetivo no es la independencia, sino que los ciudadanos puedan decidir cómo encajar dentro del Estado.
Antes del mitin, Errejón dijo que ese derecho a decidir “no es una línea roja” y que si otros partidos, por el PSOE, tienen otra propuesta, “estaremos encantados de discutirla”. Lo que ve hasta ahora es que sólo se plantea como alternativa “la cerrazón y la amenaza de los tribunales”.
Pone como ejemplo la última manifestación de la Diada. Está en contra de soluciones unilaterales por parte de los nacionalistas, pero achaca más responsabilidad a la actitud del Gobierno central: “Hace una semana, vimos a cientos de miles de ciudadanos catalanes reclamando una solución democrática y algún encaje negociado en el Estado español en clave de democracia. Nos parece a nosotros que algún presidente del Gobierno mínimamente responsable a lo mejor habría levantado el teléfono y habría propuesto otra salida”.
Las que serán las tres primeras fuerzas políticas en las urnas (Podemos, PNV y Bildu) tienen notables diferencias de programa sobre el futuro del autogobierno vasco, pero ya coinciden en una cosa. “Podemos normaliza sin crispación el hecho de que Euskadi, además de Cataluña, es una nación”, dijo Xavier Domènech en el mitin. Los que opinan diferente serán una clara minoría en el nuevo Parlamento vasco.