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Euskadi llega al máximo de ocupación hospitalaria desde abril de 2020 con 938 ingresados

La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, ha confirmado este lunes en el Parlamento Vasco que Euskadi tiene ya el número más elevado de ingresos por COVID-19 desde abril de 2020. Hay ya 933 personas hospitalizadas tanto en planta como en UCI, un 17,8% más que el tope conocido hasta ahora. Son 796 personas en planta y 142 en la UCI, concretamente. “El sistema sanitario continúa tensionado”, ha admitido la consejera Sagardui, que ha reconocido que la subida es del 217% desde el 20 de diciembre, el último día que compareció en la Cámara para analizar la situación epidemiológica. Asimismo, ha sido clara: “No sabemos cuándo llegará el cambio de tendencia”.

“No quiero ni pensar lo que sería esta ola sin el porcentaje de personas vacunadas”, ha enfatizado Sagardui, que ha dicho que “por fortuna los datos de hospitales no siguen el mismo patrón que el número de positivos”. Según sus datos, sin la protección de la vacuna hay una probabilidad ocho veces mayor de enfermar y doce veces mayor de acabar en la UCI. Además, ha insistido en que aunque el sistema esté con gran afluencia de personas, “la capacidad de Osakidetza ha quedado clara”, no solamente en los hospitales sino también en la realización de pruebas diagnósticas o administración de vacunas. De hecho, se ha felicitado por haber incorporado a persona jubilado: “Hasta el 5 de enero eran 129 personas, 56 facultativos y 73 personas de enfermería, las que se han apuntado”.

Por olas, en la primera hubo del orden de 2.000 pacientes ingresados tanto en los hospitales de Osakidetza como en la red privada, en hoteles medicalizados y en otros centros habilitados. En la UCI fueron 232 los casos críticos en el peor momento. Después, en la ola de verano de 2020 se llegó a 379 ingresados (con 63 de máximo en UCI), en otoño a 674 y 146 en UCI (aunque aquí hubo unas semanas en que no se registraban los pacientes que habían dado positivos en los entonces novedosos test de antígenos), después de Navidad a 792 (que era el máximo desde el confinamiento hasta ahora y que incluyó 173 camas de UCI), después de Semana Santa a 760 (195 en UCI) y en verano de 2021 a 356 (82 en UCI).

La situación se ha venido tensionando de manera constante desde hace semanas. De hecho, el 7 de diciembre ya se anunció la suspensión de parte de la actividad quirúrgica no urgente. Asimismo, se suma a los problemas en la atención primaria ante la avalancha de positivos. También en esa fecha se suprimieron algunas consultas de seguimiento de crónicos y analíticas y ha habido que cambiar los protocolos para atender al mínimo imprescindible de personas contagiadas con COVID-19.

Euskadi dejará de contar los positivos de farmacia salvo que se precisen para una baja laboral

Según los datos provisionales que se presentarán este mediodía, la incidencia acumulada en Euskadi se sitúa ya en 6.691 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días. Este lunes se notificarán 7.620 positivos, lejos del récord de 13.335 del pasado miércoles, aunque la propia Sagardui ha admitido la distorsión que generan los festivos y fines de semana, cuando hacen menos pruebas. De hecho, la tasa de positividad sigue en el 42%, cuatro veces más alta que antes de Navidad (11%) y muy lejos de la barrera del 5% que ya se considera crítica por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El R0 sigue por encima de 1, lo que indica que la pandemia sigue expandiéndose. “La aparición de ómicron lo ha cambiado casi todo”, ha asumido Sagardui.

La titular de Salud se ha referido también a la situación generada en la enseñanza con la vuelta de las vacaciones navideñas. Sin muchos detalles, ha explicado que ha habido un cambio de protocolos para que no haya aulas cerradas de manera masiva o acumulación de bajas laborales. Ha indicado que si hay un positivo no habrá un cribado en el aula y que el resto de estudiantes compañeros del contagiado deberán acudir a clase con normalidad si no tienen síntomas. Como para la población general, se ha establecido un formulario en la web para comunicar las sospechas de COVID-19 al Servicio Vasco de Salud (Osakidetza), que por norma ya no hace labores de rastreo.

De hecho, se va a hacer un nuevo cambio de gestión de positivos que hará que bajen los casos notificados, ya que no se computarán las pruebas de antígenos de farmacias salvo que se confirmen para tramitar una baja laboral. “Hasta ahora, quien daba positivo en una prueba antigénica de farmacia, se le indicaba que informara al sistema sanitario a través del formulario sobre farmacia de la web. A partir de ahora, una persona que dé positivo en una prueba de farmacia, debe aislarse en casa por la altísima probabilidad de padecer COVID. Evidentemente, si los síntomas empeoran, será atendida por la Atención Primaria. Si la persona precisa confirmación para gestionar una baja, se debe rellenar el formulario de la web sobre test de farmacia para confirmar el positivo”, explica el Departamento de Salud.

elDiario.es/Euskadi

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