Gipuzkoa se enfrenta al reto de emplear a los “mayores” sin cerrar la puerta a los jóvenes
La transición del mercado laboral, la sostenibilidad y relevancia del estado de bienestar y la economía verde. Son los principales retos políticos que predice Cinzia Alcidi, jefa de la Unidad de Política Económica del Centro de Estudios Políticos Europeos (CEPS) en Bruselas. Además, ha recordado a las instituciones que la desigualdad es un “indicador crucial” en el escenario guipuzcoano. Este lunes y martes, el Kursaal de Donostia acoge el 'Etorkizuna Eraikiz Congress', mediante el que la iniciativa de la Diputación Foral de Gipuzkoa 'Etorkizuna Eraikiz', el proyecto que impulsa la gobernanza colaborativa, se somete al contraste de expertos internacionales. Uno de los objetivos estratégicos de la Diputación es “superar la brecha existente entre la política institucional y la sociedad”, como ha indicado Markel Olano, diputado general de Gipuzkoa, en el discurso de apertura del congreso.
La pandemia de la COVID-19 ha supuesto un “'shock' simétrico”, es decir, ha afectado a toda la ciudadanía. Sin embargo, el impacto que ha tenido no ha sido igual para todos los sectores, lo que ha “reforzado tendencias preexistentes”. Por eso, Alcidi ha apuntado como uno de los mayores retos políticos actuales desentrañar cómo garantizar la transición del mercado laboral, “cómo buscar que la juventud pueda acceder al mercado y que los que ya tengan un trabajo lo mantengan”. Para ello, la doctora del CEPS ha aportado varios hechos a tener en cuenta. “Ha habido un cambio muy rápido en la demanda de competencias. La pregunta es: ¿cómo podemos hacer que las personas obtengan esas competencias para adaptarse? La educación y, sobre todo, la educación para adultos tendrán un rol crucial”. De esa manera, ha subrayado el trabajo de las universidades, ya que algunas están realizando una “previsión educativa” para preparar a los alumnos para los puestos de trabajo que aún no existen.
En ese aspecto, Alcidi ha incidido en la necesidad de la “formación continua”, pues no todo el mundo tendrá las mismas capacidades para acceder al mercado laboral. “Quienes van a tener más dificultades para acceder a nuevos puestos de trabajo serán las personas menos cualificadas. Las políticas generales pueden ayudar a que haya un cambio en este sentido, pero son las instituciones y los agentes locales los que tienen el rol más importante para implementarlas”, ha afirmado ante, entre otros, el alcalde de Donostia, Eneko Goia, y el diputado general de Gipuzkoa. “El futuro será negro si no conseguimos recuperar la confianza que instituciones y los ciudadanos tienen entre ellos. Tenemos que reconstruir los puentes que nos unen a la sociedad. De lo contrario, llegarán el populismo xenófobo y el autoritarismo, que dañará la democracia y la convivencia entre personas diferentes”, ha reiterado Olano.
El segundo reto que ha planteado también tiene relación con el mercado laboral. En concreto, Alcidi ha hecho referencia a las personas “mayores, que no viejas” que se “ven obligadas a salir del mercado” y tienen dificultades para encontrar otro empleo, algo que “debería evitarse”. “En 2070 se prevé que haya más gente en los grupos de más edad, en parte, por el incremento de la esperanza de vida. Ello supone un cambio en la estructura de la población y un gran impacto en la población en edad de trabajar”, ha sostenido. En una sociedad envejecida como la de Gipuzkoa, en la que el 22,9% de la población tiene más de 65 años según Eustat, “desde la perspectiva del estado de bienestar, cada vez va a haber menos contribuyentes, menos trabajadores, y más personas que reciben apoyo del estado de bienestar”. Es decir, el problema es que con el tiempo va a haber menos recursos para el estado de bienestar. A su vez, se ha referido a la previsión del aumento de los “contratos atípicos”, los contratos laborales a tiempo parcial y temporales, porque “no contribuyen al estado de bienestar tanto como los contratos estándar”, como indicador del reto de la sostenibilidad y relevancia del estado de bienestar.
El tercer reto se refiere a la economía sostenible y la lucha contra el cambio climático por parte de las instituciones. Aldici ha recordado que la eficiencia energética en las construcciones, el transporte y la movilidad en las ciudades y las nuevas tecnologías “pueden marcar la diferencia” para reducir las emisiones de CO2. “Una de las cuestiones principales es el tema intergeneracional: el cambio climático es justicia intergeneracional. Se trata de garantizar a las futuras generaciones que tendrán acceso a una naturaleza limpia, que no tendrán que afrontar fenómenos climáticos extremos de manera sistemática”, ha puntualizado. Como ejemplo de los fenómenos climáticos extremos ha puesto las lluvias de las pasadas semanas y las inundaciones que se han producido en Euskadi y Navarra, y la ola de tornados que ha dejado decenas de muertos en Estados Unidos. “Hacer frente a este reto tiene un coste que debería considerarse una inversión. Hay que hacerla y hay que ser transparente”, ha recordado a las instituciones guipuzcoanas.
Por otra parte, Alcidi ha insistido en el indicador de la desigualdad, “crucial” en Gipuzkoa. Así, ha hecho hincapié en que la desigualdad no es únicamente una consecuencia de la diferencia de ingresos de la ciudadanía. De hecho, ha puesto encima de la mesa varios indicadores que ha resaltado la pandemia de la COVID-19, como “el acceso a la Sanidad, los servicios digitales y la educación” o “la calidad del entorno en el que vive la población”, que, asegura, “cada vez cobrarán más importancia”. Por todo ello, ha interpelado a las instituciones a que aborden las necesidades de la ciudadanía de una manera colaborativa y, en referencia al proyecto 'Etorkizuna Eraikiz' de la Diputación Foral de Gipuzkoa, ha señalado que “en un mundo cambiante, intentar entender a la población con nuevos mecanismos para hacer política es la mejor manera de adaptarse al cambio”.
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