Junto a la casa de la familia Zabalza en la localidad navarra de Orbaizeta, cerca de los parajes de Irati y del Pirineo, el Gobierno vasco ha culminado con un homenaje el reconocimiento como víctima de la violencia policial de Mikel Zabalza, detenido por la Guardia Civil en noviembre de 1985 bajo acusaciones de pertenecer a ETA -un dato incierto- y que, a diferencia de lo que sostuvo ese cuerpo, murió torturado tras su paso por Intxaurrondo. Su cadáver apareció días después en Endarlatsa, en el río Bidasoa. “Las vulneraciones de derechos son tanto más graves si se producen en nombre de una supuesta razón de Estado, si son consecuencia del abuso de poder, del uso ilegítimo de la fuerza por parte de personas y aparatos vinculados al Estado o de la práctica de la tortura. Un Estado de derecho que, en vez de proteger libertades, en ocasiones, vulneró derechos”, ha señalado la consejera vasca de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, desplazada al lugar, y que ha pedido expresamente al Gobierno de España que asuma sus responsabilidades. El Ejecutivo de Navarra también ha tenido participación en el acto.
“La verdad es un derecho, un derecho inalienable. Un derecho de Mikel, de vosotros, de todos. Una verdad presente siempre en el imaginario social que hoy adquiere rango institucional y oficial. Porque la verdad manipulada no es verdad, la verdad interesadamente reconstruida no es verdad, la verdad que repugna a la razón no es verdad. Y hoy, en nombre de la verdad, proclamamos a los cuatro vientos -y cito textualmente las conclusiones del dictamen- que han quedado suficientemente acreditados tanto los hechos ocurridos entre el 26 de noviembre y el 15 de diciembre de 1985 como la implicación en los mismos de los agentes del Estado-Guardia Civil”, ha señalado Artolazabal refiriéndose al informe elaborado que contradice la versión oficial de la Guardia Civil.
Y ha añadido: “Una vez más, hoy, aquí y en este acto nos reafirmamos: no hay víctimas de primera y de segunda. Todas las víctimas de la violencia y de vulneraciones de derechos son víctimas de primera. Todas fueron víctimas de una violencia injusta”. Durante su mandato, Artolazabal ha realizado numerosos actos de homenaje a las víctimas. En amparo de una ley autonómica -Navarra tiene una normativa similar- se han empezado a abonar indemnizaciones a heridos o fallecidos por actos de violencia policial, tanto en la dictadura como en la democracia. En el caso de la familia Zabalza, les corresponde el máximo por el supuesto de fallecimiento, 135.000 euros. Meses antes, otras personas detenidas y torturadas en la misma operación de Zabalza también fueron reconocidas. Otra ley ampara a las víctimas del terrorismo, de ETA, del GAL o de otras organizaciones. El Gobierno vasco, hace apenas unas semanas, rindió también tributo a los cientos de agentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado que vivieron amenazados por ETA.
En el caso concreto de Zabalza, Artolazabal ha confiado en que el informe oficial sobre su muerte que desmonta la versión que defendió desde el principio la Guardia Civil y que ha sido elaborado por una comisión de expertos presidida por la jurista Juana Valmaseda sea el primer paso para que llegue también un reconocimiento judicial. “No, no hemos llegado al final del camino. Hoy, aquí, desde Orbaizeta, desde la casa familiar de Mikel Zabalza, exigimos que se haga efectivo su derecho a la justicia. Su muerte, su verdad, exige llegar hasta el final. Exige ir más allá de la verdad judicial vigente hoy. Exige que se reactiven todas las vías para el total esclarecimiento de los hechos, y, en su caso, el reconocimiento, la autocrítica y la asunción de responsabilidades por parte del Estado”, ha señalado.
El caso ha tenido varias idas y venidas en los tribunales sin que ninguna de ellas llegara a buen puerto. Sucesivas investigaciones periodísticas han ido haciendo aflorar nuevos datos, pero ningún sumario ha cristalizado. Según el Gobierno vasco, el caso no estaría prescrito.
“Han sido muchos años de oscuridad para nosotros”, ha señalado la familia durante el homenaje en Orbaizeta, recoge Efe. “Hemos llegado al tercer principio (reparación) dejando atrás los dos anteriores, pero eso no significa que renunciemos a ellos, sobre todo al primero, porque no hay nada que repare más que conocer la verdad”, han añadido. En castellano y en euskera, los allegados de la víctima han narrado cómo era Zabalza y también los años posteriores de lucha por destapar la verdad. Algunos asistentes han llorado, según Efe.