La Guardia Civil retira en Bizkaia un palangre ilegal para la pesca de tiburones en peligro de extinción

El Servicio Marítimo de la Guardia Civil de Bizkaia localizó el pasado domingo un palangre de superficie de 150 metros de longitud y con diez anzuelos, en aguas del municipio vizcaíno de Ea. Es el segundo palangre ilegal que se interviene en dos semanas, según ha informado la Delegación del Gobierno de España en Euskadi. La pesca con palangre de superficie consiste en lanzar una línea de nailon al mar de anzuelos con cebo enganchados a ella. Puede provocar capturas de otras especies y dañar la flora y la fauna marinas si se coloca durante un tiempo prolongado.

Este método está permitido en el ámbito profesional, pero no durante el fin de semana; además, en el ámbito particular está totalmente prohibido su uso. Como la Guardia Civil lo descubrió el domingo, fin de semana, procedió a su inmediata retirada e intervención. Tenía una longitud de unos 150 metros y de él pendían diez anzuelos de unos 100 milímetros de largo sin haber conseguido pesca alguna. Además se encontraba balizado con dos garrafas de color blanco, una en superficie y otra en medio del agua y sin ningún tipo de identificación. Se colocan habitualmente para la pesca de marrajos (tiburón mako).

El tiburón mako, marrajo común o de aleta corta (Isurus oxyrinchus) puede medir entre 3,5 y 4 metros de longitud y llegar a pesar hasta 750 kilogramos, y se considera que está en peligro de extinción por sobrepesca. Se trata de un animal combativo y potente y por ello es también muy buscado por los aficionados a la pesca deportiva. La Guardia Civil recalca que con esta operación se ha evitado un daño a la flora y fauna marina de la zona y la pesca indiscriminada de otras especies. La captura incidental mata especies en peligro de extinción. El medio utilizado ha quedado intervenido en dependencias de la Guardia Civil para su inutilización y posterior destrucción.

Estas acciones perjudican gravemente a los pescadores legales, recalca el cuerpo policial, y, si bien no se conoce la identidad del autor o de los autores, los agentes prosiguen con la investigación y solicitan colaboración ciudadana.