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Javier de Andrés, candidato del PP: “No es normal que seamos la cuarta fuerza en Euskadi”

Javier de Andrés, candidato del PP en Euskadi, en Getaria

Iker Rioja Andueza

Vitoria —
7 de abril de 2024 21:46 h

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Javier de Andrés Guerra (Vitoria, 1967) ganó tres veces las elecciones en Álava, en 2007, en 2011 y en 2015, pero solamente pudo ser diputado general en una legislatura, la del medio. Fue también brevemente parlamentario vasco y el último delegado del Gobierno con Mariano Rajoy. Tras la moción de censura y las tensiones internas en el partido en Euskadi, pasó un lustro alejado de la primera línea. Regresó en las generales como candidato por Álava y devolvió a su formación el escaño. Presidente del PP vasco desde noviembre y con el aval expreso de Alberto Núñez Feijóo, es el elegido para romper seis elecciones consecutivas de caída de votos. La entrevista tiene lugar en una sede del PP en Bilbao a pie de calle. Hasta hace poco aún estaban en un búnker en la Gran Vía elegida por su seguridad por la amenaza de ETA. “La de la Gran Vía era una buena oficina, pero, sí, queríamos estar a pie de calle”, señala el candidato, periodista de formación. En el despacho acristalado de De Andrés hay un gran retrato de Miguel Ángel Blanco que recuerda ese pasado, así como pequeñas banderas de Bizkaia, de Euskadi, de España y de Europa. El político no rehúye ninguna pregunta, tampoco las relativas a las informaciones de elDiario.es sobre la pareja de Isabel Díaz Ayuso, aunque considera que se han “descontextualizado” las palabras de Miguel Ángel Rodríguez -que quiere “triturar” a este medio- y que lo grave del asunto no son las investigaciones penales sino las “filtraciones”. De Andrés habla de sus sentimientos sobre el euskera y sobre Euskal Herria y hace una disquisición sobre “el fuerismo” que le lleva a concluir que su familia política tiene una implantación más antigua que el PNV. El PP tiene en la inseguridad y las ayudas sociales (la RGI) dos grandes prioridades ideológicas en estas autonómicas.

Núñez Feijóo le apoyó como candidato porque ha ganado elecciones en Álava en tres ocasiones. Ahora eso parece imposible. ¿Sería suficiente para Javier de Andrés con romper con seis legislaturas consecutivas de caída de escaños?

Representamos a una parte de la sociedad mucho más grande de la que reflejaron no solamente las últimas elecciones sino también otras anteriores. Hay mucha gente que sintoniza con nosotros ideológicamente, pero hemos tenido -y tenemos- dificultades para defender aquí el proyecto. Mi aspiración es crecer y no veo motivos para poner un límite. Mi aspiración es ganar votos y escaños en los tres territorios. Es un reto difícil, porque son unas elecciones muy tensionadas [entre PNV y EH Bildu]. pero no me conformo y quiero dar un pequeño salto.

El PP llegó a tener 19 escaños. Fue la segunda fuerza con Jaime Mayor Oreja. Gobernó también en Vitoria y en Álava. ¿Qué ha pasado? ¿Cuándo se desconectó de la sociedad?

Han pasado varias cosas. En aquellas elecciones de 2001 hubo una participación del 80% y lo que viene demostrando el tiempo es que, en la medida en que hay baja participación, salimos perjudicados. Nuestros mejores datos, con un 80%; los peores [en 2020] con un 50%. Además, en 2001 teníamos a la Cadena Ser a favor. Teníamos una opinión pública nacional a favor de la superación del Pacto de Lizarra [entre abertzales]. Era una situación muy particular.

¿Siete escaños es un escenario realista?

Sí, podría ser. Es lo que están diciendo algunas encuestas. Pero me gustaría mejorar esos resultados, como le digo. Nuestro proyecto responde a mucha más gente. Por ejemplo, un ahorrador que tenga un piso en alquiler necesariamente tiene que sintonizar con el Partido Popular, porque la alternativa son partidos que están castigando el ahorro. Ese tipo de electorado tiene que sintonizar con nosotros. El PP entiende que lo que hay que hacer para estimular el alquiler es facilitar las cosas al propietario, no ponerle complicaciones. Porque entonces se retrae y saca menos vivienda al mercado, se encarece la vivienda y al final la persona que se quiere emancipar o quiere vivir en alquiler no puede. Ese tipo de perfiles alcanza a un porcentaje muy superior al que al que pudiera dar como resultado siete, ocho o nueve escaños.

Ahora que da la cifra de nueve escaños… En Bilbao, Núñez Feijoo dijo que el PSOE estaba “a punto de desaparecee” en Galicia cuando sacó nueve escaños. El PP ahora mismo tiene menos que eso. ¿Está a punto de desaparecer el PP vasco?

La diferencia es que nosotros vamos a una progresión favorable y el PSOE iba en una desfavorable.

EH Bildu parece que puede tener opciones de ganar, al menos en escaños. ¿Qué lectura hacen?

Le han hecho la campaña el PNV y el Partido Socialista. Y no solamente porque los hayan blanqueado a efectos éticos, digamos, sino también porque han seguido su discurso de intervención pública, de gasto público, de subida de impuestos, de intervención de la economía y de intervención social. Les ha hecho la campaña.

¿Cómo podría explicar usted a una persona de fuera de Euskadi que, a veces, aunque estén en  las antípodas ideológicas, también el PP puede llegar a algunos acuerdos con EH Bildu?

Muchas veces tenemos coincidencias que son por razones contrarias. Es decir, coincidimos en que una propuesta concreta no nos resulta favorable a ninguno de los dos por razones opuestas. Y, ocasionalmente, podemos tener alguna coincidencia en la apertura de horarios de un ambulatorio, por ejemplo. Lo que pasa es que con esto se ha querido convertir que la elección de un presidente del Gobierno es equiparable a que también el PP haya llegado a acuerdos o coincidencias con [EH] Bildu en la apertura de un ambulatorio. A nosotros no nos ha votado [EH] Bildu para presidir ninguna institución. A nosotros no nos ha votado [EH] Bildu ningún presupuesto. A nosotros [EH] Bildu no nos ha apoyado ni nos va a apoyar. Y el PP tampoco lo va a hacer con ellos porque somos proyectos completamente antitéticos.

Le voy a dibujar un escenario que puede no ser irreal. El actual Gobierno de PNV y PSE-EE podría no tener mayoría absoluta. ¿Estaría el PP dispuesto a participar de la gobernabilidad? En la investidura no sería necesario, pero hablo de unos presupuestos, por ejemplo.

Sí, claro que sí. Lo que queremos es influir. Lo estoy diciendo en repetidas ocasiones: queremos es ser un contrapeso que equilibre la aproximación hacia [EH] Bildu, hacia Podemos, hacia los extremos en cuanto a modelo económico y social. Creo que podemos equilibrar y servir para centrar la política vasca. Eso lo tenemos que hacer efectivamente apoyando acuerdos con la impronta del Partido Popular. Por supuesto que podríamos llegar a acuerdos.

¿No están arrepentidos de los apoyos en Gipuzkoa, Durango o Vitoria?

No. Hicimos lo que debíamos. No estamos arrepentidos, pero sí espabilados. ¿Por qué? Claro, si apoyas un ayuntamiento como el de Vitoria para que luego el primer acuerdo importante se haga con [EH] Bildu… Eso demuestra que tiene que haber condiciones.

Las encuestas hablan de que un 20-25% de la población es independentista. Sin embargo, los escaños no independentistas podrían quedarse en 15 ó 20. ¿Qué han hecho mal esos partidos para llegar a este escenario y que ni siquiera estén en las quinielas para poder ganar?

Creo que tenemos que ser sinceros. En Euskadi ha habido una laminación de la sociedad civil. Ha quedado resentida por muchos años de acoso y de limitación de la libertad de expresión. Y eso ha marcado una línea política y ha favorecido a unos en detrimento de otros. Eso no se ha resuelto. No es que quiera culpar a esto de todo, porque nosotros seguramente tenemos que aprender también a expresarnos mejor, pero no es normal que un partido como el Partido Popular, que es la primera fuerza en Europa, sea una fuerza que está en cuarta posición en Euskadi, ¿verdad? Además, los tres que tiene por delante son muy, muy contrarios a esas posiciones. Tenemos que equilibrar realmente la realidad social con las ofertas políticas.

¿Y de dónde quiere recuperar voto el PP? ¿Del PNV, de Vox o de los dos?

Vamos con nuestro propio discurso, que es el que utilizamos en Europa y en España. Vamos con un discurso de apertura. De apertura en todos los sentidos, de puertas, de ventanas, y de ideas. Es lo que está funcionando en el mundo ahora mismo. Tenemos que captar el voto del conjunto de la sociedad vasca. Tenemos que hacer ver a la sociedad que esto también es bueno para el País Vasco. La política que se ha hecho en las últimas décadas ha supuesto la pérdida de nuestra posición de liderazgo en España. Estamos perdiendo en población, estamos perdiendo en peso económico y estamos perdiendo en otros elementos que nos hacían distinguirnos, como era el peso industrial, por ejemplo. Y tampoco lo hemos sustituido con cosas que realmente nos pongan en primera fila.

Pero es incuestionable que en el caso de Vox, particularmente en Bizkaia y en Gipuzkoa, hay una bolsa de votos que puede quedar sin representación y que a ustedes les vendrían bien.

Bueno, ésa es una opción del elector. Fíjese en Galicia. Ha habido pocas ocasiones en las que las condiciones fueran más favorables para a votar al Partido Popular, porque la alternativa era que gobernara el BNG. Y, aún así, Vox ha mantenido el mismo porcentaje de votos y ha tenido más. Realmente no hay tanta transferencia entre el PP y Vox.

¿En qué se traduce eso que también decía Núñez Feijóo de que hay que hacer un “PP de Euskadi” y un PP “en Euskadi”?

Se nos suele preguntar también si queremos representar un PP vasquista. Yo digo que no. Queremos representar a un PP vasco. Somos un proyecto de aquí pensado desde aquí y muy estrechamente vinculado a las particularidades y singularidades de Euskadi. Queremos un PP vasco, no vasquista.

Vasquista no, pero sí foralista, entiendo.

No, tampoco foralista. Sería fuerista. Esos matices son importantes. A ver si consigo explicarlos. No me gusta vasquista porque vasquista es como si fuera una pretensión de algo. Nuestro proyecto en Euskadi es más antiguo que el del PNV. Tenemos más trayectoria. El liberalismo en Euskadi estaba mucho antes de que el PNV naciera y hoy seguimos aquí con ideas, aunque obviamente traídas a nuestro tiempo. Pero, si se leen los textos de los liberales del siglo XIX ,coinciden mucho en valorar nuestra tradición, nuestras costumbres, nuestra forma de hacer las cosas, nuestro compromiso, … Y ahí estamos. A eso apelo yo.

En el programa sí que plantean devolver o transferir competencias a las diputaciones en detrimento del Gobierno vasco. A eso me refería con foralista.

Si eres foralista, eres defensor de lo foral. Si eres fuerista, eres defensor de los fueros. Ahí hay un matiz. Nosotros creemos que precisamente la defensa de nuestro autogobierno, de nuestra forma de organizarnos, pasa también por respetar nuestra tradición, lo que nos ha dado sentido. Ahora mismo las diputaciones forales tienen menos margen de maniobra fiscal y competencial que cualquier otra comunidad autónoma de España. La Rioja o Cantabria tienen más capacidad fiscal o más autonomía fiscal que la Diputación de Bizkaia. El PNV se ha cargado el modelo administrativo. Se ha hecho tabla rasa. Ahora las decisiones ya no se pueden adoptar por parte de las diputaciones, que son las que, por la Constitución y por nuestra tradición, tienen la competencia fiscal.

¿Cómo lleva el euskera?

El euskera es una lengua apasionante pero tremendamente difícil para quienes tenemos el cerebro formado con una lengua indoeuropea. No creo que eso me pase a mí solamente. Nos pasa a muchísima gente que, como se demuestra con las dificultades que hay para para formar a la gente en euskera. Yo no soy una excepción. Profundizo mucho en el tema del léxico, pero la sintaxis me parece inabordable, la verdad.

Se lo preguntaba también porque van a recurrir el decreto del Gobierno vasco en torno al uso del euskera en la Administración pública. Y suelen repetir que el idioma constituye una barrera para contratar profesionales, particularmente en Osakidetza.

Sí, claro. Un Gobierno tiene que ser consciente de la realidad social que tiene. Por ejemplo, muchas veces se nos compara con Galicia o con la forma en la que el PP gobierna en Galicia. Pero, claro, es que en Galicia el gallego lo habla al 80% de la población. Eso te permite otras cosas. Aquí, creo que la gente que puede acreditar una titulación en euskera está por debajo del 20%. Hacer una selección de personal por debajo del 20% te conduce a que no se cubre la demanda. Nos conduce a la situación de eventualidad para el resto. Y eso nos está haciendo perder a gente que se está marchando y, además, tampoco resuelve el problema de cubrir las plazas. No hay gente que pueda acreditar la exigencia de euskera en los niveles en que se está pidiendo. El Gobierno tiene que ser consciente de la realidad social en la que vive. Lo que se hace es primar lo ideológico sobre la realidad y el servicio público. Lo que hace, en definitiva, es conducir a un mal servicio público.

Veo aquí una ikurriña, entre otras banderas. ¿Qué sentimientos le genera la palabra Euskal Herria?

Euskal Herria es mucho más diversa de lo que ellos, los nacionalistas, quieren hacer ver. Porque en Euskal Herria hay de todo. Si tomamos Euskal Herria como un elemento geográfico, un espacio geográfico en el cual hay una serie de coincidencias o vivencias históricas o una trayectoria histórica, hay de todo. Pero pensar que uno de Laguardia se parece más a uno de Iparralde, de Baiona, que a uno de Logroño… Pero sí que es verdad que hay una serie de elementos que nos han unido históricamente, con Navarra, particularmente. Hemos tenido una serie de coincidencias históricas que nos han llevado de la mano. Pero, insisto, con toda la diversidad que hay internamente, entender que esto es una cosa homogénea cuando representa a distintas comunidades autónomas e incluso a distintos países, con toda su historia encima y detrás, me parece que no responde tampoco a la realidad.

Si tuviera algún problema de salud serio, seguramente me haría un seguro médico privado

¿Hay que transferir el régimen económico de la Seguridad Social?

No me parece que sea una cosa que realmente vaya a contribuir favorablemente al pago de las pensiones. El problema del sistema de pensiones es otro. El Tribunal Constitucional ya ha indicado una cosa que es muy importante, que el sistema de pensiones no es de las instituciones, es de los trabajadores. Desde esta perspectiva lo tenemos que ver. Es decir, es un sistema cuyo propietario no es ninguna institución, ni el Gobierno de España ni el Gobierno vasco. Hacer divisiones creo que da muy poco juego.

Pero está en el Estatuto...

Sí, sí, sí. Pero lo que se quiere segmentar es una cosa que no es propiedad de ninguna institución, tampoco de la del Gobierno de España.

El Estatuto también habla de preservar la caja única.

Sí, sí, sí. También lo dice la Constitución antes que el Estatuto.

Núñez Feijóo ha estado este viernes con usted en el primer día de campaña. ¿Va a estar regularmente?

Con cierta frecuencia.

¿Considera que es un activo en campaña?

Sí. Hay un modelo político que coincide muy bien. Todo lo que le oigo a Feijóo cuando viene y cuando se expresa en otros lugares coincide muy bien con el proyecto que tenemos. Me siento muy bien identificado. Siempre es un altavoz tener una persona que tiene esa capacidad de transmisión.

¿E Isabel Díaz Ayuso?

Mire, también es una persona que no solamente tiene facilidad de transmisión, sino también de movilización. Estoy intentando cerrar una fecha. Estamos trabajando para buscar un día en la que puedan venir algunos presidentes autonómicos, entre ellos Díaz Ayuso.

¿Comparte que su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez, quiera “triturar” al medio de comunicación con el que está haciendo esta entrevista?

[Risas] Creo que eso depende de cómo se exprese cada cual y en qué lugar. A veces se descontextualizan las cosas. Yo igual no me he expresado nunca de esa manera, pero tampoco se me hace raro que, en un momento dado, en un tú a tú, puedas llegar a decirlo, ¿no? O sea, obviamente no creo que esté pensando en triturar a nadie…

¿Le parecen suficientes las explicaciones que ha dado Díaz Ayuso sobre la investigación penal que rodea a su pareja?

Si le digo la verdad, me parece que han sido demasiadas. Porque ella no tiene por qué dar explicaciones de un asunto que no afecta a su gestión ni al patrimonio público que ella gestiona, ¿no? No sé. No voy a entrar a juzgar lo que ha hecho Ayuso. Pero vamos, no creo que le puedan pedir tampoco más explicaciones. Ella tiene que responder públicamente de su gestión del dinero público y aquí no se está hablando de eso.

¿El asunto no le parece grave?

A mí me parece que los temas fiscales se tienen que resolver de otra manera. Es una vergüenza total que existan esas filtraciones, que la Fiscalía haya hecho públicas informaciones que son confidenciales para contrarrestar otras informaciones. Me parece inaceptable todo lo que está pasando. Me parece que es lo verdaderamente grave en este asunto. Aquí hay responsabilidades por parte de mucha gente: la Fiscalía, la ministra de Hacienda, … Eso es mucho más grave que lo que haga el novio de un cargo público, sin lugar a dudas. O sea, el deber de confidencialidad de la Fiscalía y de Hacienda… No es que se haya puesto en entredicho, es que se lo han saltado. Eso sí que es delictivo. Y ahí sí que habría que pedir responsabilidades políticas.

¿Verdaderamente cree que es más grave eso que las informaciones que se están publicando?

Lo que es más grave es la violación del secreto y la confidencialidad del fiscal. Eso es gravísimo. Eso es muy grave. Habrá algunos que digan que como es Ayuso no importa nada, pero es que estas cosas no pueden hacerse.

Usted dijo en 2011, en relación al PNV y al ‘caso De Miguel’ y cuando era diputado general de Álava, que cargos del partido habían cometido extorsión a empresarios y que habían realizado un cobro fraudulento de dinero público. ¿Lo sostiene?

No me acordaba de esas palabras en concreto. Pero, bueno, hay cosas que están probadas, ¿no? Y luego hay prácticas que, desde luego, reflejan una forma de actuar que no es la deseable. Por ejemplo, tenemos el caso de [Jokin] Bildarratz [consejero de Educación] y lo que ha pasado con los autobuses escolares. Lo natural es que hubiera conducido a un cese de ese consejero. No ha conseguido explicar las razones por las cuales se ha apoyado en un miembro de una empresa concesionaria para hacer informes que perjudicaba al resto de empresas. Esto es corrupción, ¿no? Y aquí sigue todo como si tal cosa.

En algunas intervenciones ha hablado de sistema “clientelar”.

Mire, eso lo sabemos todos los vascos. Esas cosas son sabidas. Nos haría falta una Fiscalía anticorrupción en el País Vasco.

El euskera es una lengua apasionante pero tremendamente difícil para quienes tenemos el cerebro formado con una lengua indoeuropea

En esta campaña, han realizado ya bastantes intervenciones en torno a la RGI (Renta de garantía de ingresos). ¿Consideran que es un foco de fraude?

Sin lugar a dudas. Es un foco de fraude. Creo que eso lo sabe todo el mundo. No nos vamos a empeñar mucho en el tema del fraude porque es evidente. Yo voy a lo injusto del modelo. Tenemos que separar la renta de garantía de ingresos de aquellas personas que no tienen recursos porque son jubilados o pensionistas y personas que están en situación de discapacidad. Esas personas hay que sacarlas de Lanbide. No tiene sentido que vayan a hacer sus papeles a una oficina de empleo. Esta gente tiene que mantener un modelo semejante. Pero planteemos cambios sustanciales para el resto de los perceptores. Planteemos un programa de inserción laboral. Si no, la gente se cronifica. [La RGI] En vez de integrar laboralmente, lo que hace es disuadir. Porque una familia puede estar cobrando 1.700 euros por la RGI y, si empezara a trabajar, ganaría menos. No hay incentivo para poder trabajar. No hay una degradación a lo largo del tiempo y no se les está pidiendo una contraprestación, unos servicios a la comunidad.

¿Qué tipo de servicios a la comunidad quieren exigir? En su momento Javier Maroto, siendo alcalde de Vitoria, pidió a los beneficiarios de un derecho que limpiaran nevadas.

Podría ser. El Plan de Empleo Rural (PER) era una cosa que se hacía en Andalucía. Lo que pedía eran unas peonadas, la realización de trabajos por la comunidad. Para cobrar una prestación complementaria a otros ingresos que hubieras podido tener, se sigue pidiendo que tú hagas una contraprestación. Por ejemplo, adoquinar una calle. Esto es una de las cosas más habituales que se suele hacer.

¿El PP quiere que los perceptores de la RGI adoquinen calles?

Nosotros decimos que la forma de integración social para todo el mundo es el trabajo. Lo que tenemos que evitar son los guetos. La fórmula de la RGI, tal como está ahora mismo, conduce a la guetización de una parte de la sociedad. Eso no nos lo podemos permitir. Eso es muy negativo.

Con total naturalidad, hay gente que dice cuando está cobrando el subsidio de desempleo, que también es un derecho económico, como la RGI, que no quiere trabajar, que se toma un tiempo sábatico. Y no se oye a nadie decir que esa gente esté parasitando el sistema o defraudando al sistema.

Son cosas diferentes. En primer lugar, el que está cobrando el paro es porque ha cotizado. En segundo lugar, el paro también es gradual, se va perdiendo. Se empieza cobrando una cantidad y se va reduciendo a lo largo del tiempo. Si lo tomamos como ejemplo, no me parece malo.

No se está pidiendo una contraprestación o unos servicios a la comunidad a los perceptores de la RGI. Por ejemplo, adoquinar una calle, como en Andalucía

La candidata de Sumar, Alba García Martín, fue coordinadora de SOS Racismo. Usted llegó a tener un pleito en su momento, siendo diputado general, con SOS Racismo, a los que acusó textualmente de ser los “campeones del saqueo de las ayudas sociales”

Claro. Sí. Habían hecho un fraude empadronando en su oficina a centenares de personas. Eso era un fraude. Obviamente era un fraude. Estaban favoreciendo el fraude. Lo dije y lo sostengo. Lo sostuve en sede judicial y, obviamente, no hubo ninguna represalia contra mí porque era un hecho público y conocido.

También están insistiendo en la campaña en el marco de la inseguridad. La Ertzaintza viene también de un movimiento asindical muy fuerte en el último año. ¿Cuáles son sus propuestas?

Tiene que haber una cultura de apoyo a la Policía. Se está haciendo perder su posición de autoridad. Por eso el otro día [en San Mamés] los hinchas deportivos acosaron a la Policía hasta el punto de que fue la Ertzaintza la que tuvo que escaparse. Eso no es admisible. Aquí ha habido un cuestionamiento de la actuación policial permanente. Y luego, vamos a ver, estamos teniendo unos crecimientos de los índices de delincuencia muy altos. Acaban de salir los datos del Ministerio de Interior que ponen a San Sebastián como la segunda ciudad con más crecimiento de delitos en España en 2023. Vitoria está la sexta. Bilbao ha quedado mejor posicionada en esta ocasión, pero tiene un número de delitos alto. Fíjese que ahora mismo solamente hay 7.400 ertzainas. El tope son 8.000 y el Estado paga 8.000. Y cuando acabe el año va a haber menos de 7.000. Es decir, el Gobierno vasco se está ahorrando ese dinero. Tendría que haber 8.000 permanentemente.

Encuesta tras encuesta, la principal preocupación ciudadana es Osakidetza, la Sanidad pública.

Sí, pero también la seguridad.

¿Cuál es el diagnóstico que hace de la situación de Osakidetza?

Es verdad que la gestión no es buena. Todos conocemos casos particulares. Mi hijo ha ido a distintas consultas con demoras y demoras. Es una intervención que no es urgente, pero hay demoras. Demoras de años. Lo que ha ocurrido en Euskadi es que ha habido un mal proyecto. El proyecto no ha funcionado. El proyecto del PNV ha procurado levantar muros, utilizar el Estatuto y los recursos del autogobierno para diferenciarse, para distinguirse, para separarse. Y lo ha conseguido en algunas cosas. Por ejemplo, el sistema educativo ya no es compatible con el del resto de España. Si tú tienes un mercado amplio, como es España o como es la Unión Europea, y te empeñas en levantar muros y en distinguirte, quien sale perdiendo es el más pequeño. Si tú pones las cargas ideológicas por encima del servicio público, la cosa va mal. Por ejemplo, en seguridad, si tú coges y pones por delante que tu Policía autonómica no transfiere datos a nadie o que no participe en el programa VioGen… Tenemos un sistema sanitario en el cual la parte ideológica se antepone al servicio público. Cuando tú valoras más un título de euskera que un doctorado, estás priorizando elementos ideológicos sobre los del servicio público. Pero se habla mucho de Osakidetza y en educación que estemos en el puesto catorce de diecisiete [comunidades autónomas] en comprensión lectora. Y encima el consejero que es responsable de estos datos resulta que contrata a personas del PNV para hacer informes que perjudican a otras empresas competidoras suyas.

¿Recomendaría a un ciudadano hacerse un seguro médico privado en Euskadi?

Depende de sus circunstancias de salud. Yo no lo tengo, pero si tuviera algún problema de salud serio, seguramente me lo haría.

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