Joseba Díez Antxustegi (Vitoria, 1992) recibe a este periódico en una sala del Parlamento Vasco durante la sesión plenaria semanal. Por ello, unas votaciones interrumpen a la mitad la conversación. Las fotografías quedan para el día siguiente. Exportero del Deportivo Alavés, fue aupado a principios de año por las bases del partido a ser una de las referencias de la candidatura de Imanol Pradales aunque no estuviera en la propuesta inicial de la dirección para las listas de las autonómicas. Sin haber cumplido los 32 años, fue la revelación de la campaña electoral -es de los pocos políticos capaces de hacer discursos sin papeles- y el PNV lo ubicó como portavoz en la Cámara poniendo fin a varios lustros con Joseba Egibar como cara visible.
Se define como “muy nacionalista vasco” y reclama a Pedro Sánchez que cumpla con el compromiso de reconocer a Euskadi como nación en el proceso de reforma estatutaria. Asegura que la salud de la coalición con los socialistas en Euskadi es buena y no descarta entendimientos también con EH Bildu, aunque admite que al PNV le generan recelos “cuatro décadas” de “malas acciones” por parte de la izquierda abertzale. Díez Antxustegi representa una nueva generación, pero no se moja sobre si Andoni Ortuzar debería aplicarse los mismos argumentos que empleó el pasado año para justificar la salida de Iñigo Urkullu. Sí recalca que “no” se le ocurriría repetir la fotografía de su predecesor, Egibar, que abrazó y arropó a Alfredo de Miguel, luego condenado a nueve años de cárcel por corrupción política.
Ha sido 12 de octubre, fiesta nacional de España. ¿Qué sentimientos le produce?
En mi caso, suele coincidir con resaca, porque el día anterior es mi cumpleaños y lo suelo celebrar. El día 12 siempre trato de descansar. En el caso de un nacionalista vasco, es un día más. A mí me ha tocado, además, acudir al Parlamento en las Ondas, una tertulia convocada por Radio Euskadi, que se ha celebrado con toda la normalidad como cada sábado.
¿El PNV es independentista?
El PNV es nacionalista vasco y ser nacionalista vasco implica la defensa de un país que es Euskadi y de su hecho nacional. Y defender su lengua, su identidad, su cultura, sus tradiciones y su economía. Somos un partido nacionalista vasco.
Defiende “Euskadi”, ¿no “Euskal Herria”?
Yo utilizo el término Euskadi, pero entiendo y respeto que haya quienes, desde el nacionalismo o desde fuera del nacionalismo, utilicen otros términos.
¿Va a impulsar el PNV en el Parlamento Vasco en esta legislatura una reforma del Estatuto?
En este momento, la responsabilidad la han asumido los partidos políticos, en especial el PNV. Mi partido va a iniciar una ronda con el resto de partidos para acordar un texto. Después, cuando ese acuerdo se haya dado ya entre los partidos, vendrá al Parlamento Vasco.
¿Eso es un sí? ¿Va a haber otro intento de reforma estatutaria en esta legislatura? El socio de Gobierno, que es el PSE-EE, ya ha dicho que el derecho a decidir es una "línea roja".
Los socialistas y el PNV tienen un pacto firmado en Euskadi y tienen otro firmado en Madrid. Ese otro pacto lo ha firmado el propio Pedro Sánchez, secretario general del Partido Socialista Obrero Español. Y en ese acuerdo se aboga por el reconocimiento nacional de Euskadi. Ése es el objetivo del PNV en la reforma del Estatuto y es lo que está acordado. Y eso no es en ningún caso impedimento para tratar de alcanzar otros objetivos en esta reforma estatutaria, como ampliar los consensos. Esto es, queremos poder incorporar al nuevo Estatuto que se vaya a aprobar a fuerzas que en su día no lo aprobaron. Hablo del PP, heredero de la Alianza Popular de Manuel Fraga. Y de [EH] Bildu, heredera de la Herri Batasuna de aquel momento. No es sólo ampliar los consensos, sino ser capaces de representar y de reflejar bien la pluralidad de la sociedad vasca. Porque, efectivamente, yo soy nacionalista, soy muy nacionalista. Y mi partido es nacionalista. Pero la sociedad vasca es plural y tenemos que ser capaces de reflejar y de respetar esa pluralidad de la sociedad vasca.
¿Y eso implica dejar de lado el derecho a decidir en pos de ese consenso?
No, no. Aquí no se está hablando de renuncias. Aquí de lo que se está hablando es de un reflejo lo más fiel posible del conjunto de la sociedad vasca. Cada partido va a defender su posición. La posición del PNV va a ser la defensa del reconocimiento del hecho nacional de Euskadi, con todo lo que ello implica.
Hablando del socio de Gobierno, ¿cómo está la salud del acuerdo de coalición? ¿Es un socio fiable el PSE-EE?
Si no creyéramos que fuera un socio fiable, no gobernaríamos con ellos. Y no sólo no gobernaríamos con ellos ahora sino que no hubiéramos gobernado con ellos durante las últimas legislaturas, también en las diputaciones y en los ayuntamientos. Goza de buena salud el pacto. Y lo creo de verdad. Evidentemente, tenemos posiciones distintas con respecto a algunas cuestiones, pero la solidez y la buena salud de un Gobierno de coalición no reside tanto en no tener diferencias, porque dos partidos distintos siempre van a tener diferencias, sino en la capacidad y en la facilidad para resolverlas. Somos dos partidos con una tradición de Gobiernos de coalición bien arraigada y que hemos sido capaces siempre de solventar esas diferencias. Ahora también estamos siendo capaces, porque las diferencias más grandes seguramente son las que no se ven reflejadas en los medios de comunicación. Y con discreción y con trabajo leal se solventan.
Quería preguntarle por una de ellas. ¿Le agrada al PNV escuchar que ahora se van a aplicar políticas de memoria "con rigor"? Esto es textual. [El PSE-EE ha asumido ahora en el nuevo reparto de áreas la gestión del Instituto de la Memoria, Gogora]
Estoy convencido de que la nueva consejera va a seguir la línea que viene marcando el departamento durante los últimos años y, en especial, la línea de Gogora de los últimos años. Conozco al nuevo director de Gogora, conozco a la consejera; sé que la sensibilidad que tienen es la misma que han tenido los anteriores responsables en esta materia, que es la del reconocimiento y la reparación de todas las vulneraciones de derechos humanos que se han dado en este país, independientemente del origen e independientemente de quién sea la víctima. Eso ha sido lo que se ha venido aplicando en los últimos años y estoy convencido o convencidísimo de que ese también va a ser el compromiso durante esta próxima legislatura. Además, el liderazgo en esa cuestión también lo va a tener el lehendakari, Imanol Pradales, que es el lehendakari de un Gobierno de coalición.
Ahora que ha salido el tema de las víctimas, quería aprovechar para preguntarle por la polémica que se ha suscitado en los últimos días en torno a la reforma legislativa sobre el cómputo de penas en otros países de la Unión Europea para presos de ETA.
Siempre he pensado que el terrorismo ha sido una cuestión tan dolorosa en este país que es muy importante cómo se aborda. Debería quedar fuera de la lucha electoralista o partidista. Y lo que estamos viendo estos días es una sobreactuación del PP. Sinceramente, a mí me da vergüenza ajena. Creo que es un tema que no debería dar para la sobreactuación. Pido sosiego. La posición del PNV con respecto a la modificación ha sido clara [a favor].
PNV y PSE-EE tienen 39 escaños de 75 en esta Cámara. ¿Va a ser esta una legislatura de rodillo de la mayoría absoluta o de acuerdos con la oposición?
El lehendakari está siendo muy claro en este sentido. Y no en sus palabras, sino en sus hechos. Ha llegado y lo primero que ha hecho ha sido reunirse con todos los partidos políticos, con sindicatos, con representantes de los empresarios o con la sociedad civil. Ha abierto una mesa para un pacto de salud. Y, en el Parlamento, con una cuestión tan importante como la Sanidad, en el primer pleno llegamos a un acuerdo con [EH] Bildu y en el segundo con el PP.
Precisamente tras reunirse con Pradales, EH Bildu les ofreció “oxígeno”. [Este viernes han propuesto también un acuerdo presupuestario global para todas las instituciones vascas]. ¿Se creen el discurso de mano tendida o temen una oposición frontal?
Por definición, me creo lo que dicen los demás. Lo que pasa es que sí es cierto que 40 años de malas acciones no se solucionan con 15 días de buenas palabras o de buenas intenciones. Las palabras tienen que ir acompañadas de hechos. Les quiero creer. Pero es lógico que tengamos cierto escepticismo o ciertas dudas con respecto a si esas declaraciones obedecen a un cambio real en la forma de actuar o esconden una estrategia que nos va a deparar meses de sobresaltos. Veremos. En principio les creemos. La apuesta del lehendakari por el diálogo es muy clara. También por la colaboración.
EH Bildu, particularmente en el tema estatutario, recuerda que hay una mayoría alternativa a la del actual Gobierno. ¿Eso es un imposible o es algo que podría producirse?
Soy de los que cree que uno se tiene que poner de acuerdo con aquellos partidos con los que se tienen cosas en común. Y en algunas cuestiones tenemos cosas en común con EH Bildu. Podremos llegar a acuerdos en muchas cuestiones en las que estemos de acuerdo.
32 años recién cumplidos y portavoz en el Parlamento Vasco. No está mal para no haber entrado en la primera propuesta de las listas del partido.
La verdad es que es una gran responsabilidad asumir un puesto tan importante dentro del PNV como es el de portavoz del grupo parlamentario. Y más siendo tan joven. Estoy muy contento con la oportunidad que supone. Estoy agradecido, contento y tratando de responder a esa gran responsabilidad con acierto y estando a la altura.
Sustituye a Joseba Egibar...
Sí, efectivamente. Después de varios años -o de muchos años- en los que él ha sido el portavoz, ahora me toca a mí desarrollar esta labor y con mucha responsabilidad. Efectivamente, Joseba [Egibar] es una de las personas más relevantes en las últimas décadas en la política vasca y en este caso me corresponde a mí sucederle. Mucha responsabilidad.
¿Se imagina como portavoz dando un abrazo y apoyando a un imputado por corrupción en este Parlamento?
No.
¿Y qué le parece que él lo hiciera con Alfredo de Miguel?
Todavía no había entrado en política en aquellos años. De hecho, creo que no había cumplido ni siquiera los 18 años, si no estoy equivocado. No conozco en qué contexto se dio aquel abrazo.
El PNV está inmerso en un proceso de renovación interna. ¿Debería dar un paso atrás Andoni Ortuzar?
Soy de los que creen que sobre los procesos internos de los partidos hay que opinar en las organizaciones municipales. Es lo que yo haré. Como afiliado del PNV en la organización municipal de Asparrena, cuando se me pregunte, opinaré. Los debates internos de los partidos no se tienen que dar en los medios de comunicación.
Pero el año pasado el propio Ortuzar promovió un cambio importante, el de Iñigo Urkullu por Imanol Pradales, y alegó que era una cuestión generacional, que se acababa un ciclo. Ortuzar es de la misma edad, de la misma generación y lleva los mismos mandatos que Urkullu.
Es importante diferenciar bien. Los estatutos del PNV diferencian entre las propuestas para cargos públicos y las propuestas para cargos internos. Para cargos públicos, es la ejecutiva del partido quien hace una propuesta a las bases; y en los procesos internos son los propios afiliados quienes hacen esa propuesta. Por lo tanto, afiliados y afiliadas tienen que decidir qué línea sigue el partido, no sólo en cuanto a las personas sino sobre todo también en cuanto al proyecto político y a la organización. No me corresponde a mí hablar en ese sentido.
Pero otros cargos como Itxaso Atutxa o José Antonio Suso ya han dicho que no van a continuar. Ortuzar no se ha pronunciado [aunque el viernes en Radio Euskadi puntualizó que la decisión como tal ya la tiene adoptada desde hace tiempo].
También creo que hay que diferenciar entre un proceso inminente que empieza esta misma semana, el de las ejecutivas territoriales, y uno como el del EBB, que se prevé para para más adelante [marzo]. Cada cosa llega a su debido momento.
Siguiendo con el proceso de renovación, a la vista de lo ocurrido, ¿ha sido un acierto el relevo de Urkullu por Pradales?
Estoy convencido de que Urkullu ha sido un gran lehendakari. Y no es sólo una cuestión de mi percepción. Los datos así lo demuestran. Cogió el país en el año 2012 y, diez años después, la situación es mucho mejor. Euskadi es hoy un país mejor. Ha sido un gran lehendakari. Y el lehendakari Pradales inicia un nuevo ciclo. Efectivamente, los primeros pasos están siendo muy satisfactorios y son como para estar contentos y satisfechos con la elección de un lehendakari que, esperemos, dure también una década.
¿Cómo se le explica a la ciudadanía que se hayan creado cuatro departamentos más con todos los gastos que eso implica?
La apuesta del lehendakari es muy clara por la concreción en las respuestas. Hablábamos de que en este país tenemos problemas muy concretos y retos muy concretos. Y los tenemos que abordar desde la especialización. Y si creemos de verdad que Euskadi tiene un problema con la Vivienda, pues creamos un departamento propio de Vivienda para, desde el punto de vista técnico y especializado, poder resolverlo. Lo mismo pasa con la captación de talento y las universidades. Y con la Agricultura, que es un sector que en este momento necesita una atención casi personalizada. Y eso se hace creando un Departamento de Agricultura. Además, me parece que la especialización se ha hecho no sólo en la composición del organigrama del Gobierno, sino en la elección de las personas. Son consejeros y consejeras que saben de lo que están hablando, que tienen esa especialización porque han dedicado en los últimos años o gran parte de sus carreras profesionales a los asuntos sobre los que ahora están tomando decisiones políticas. Me gustaría destacar que están haciendo renuncias en el ámbito personal, familiar y casi económico por dedicar unos años de su vida a la política y a resolver unos problemas que tiene el país y que ellos están capacitados para resolver.
Si se le diese la vuelta a esto, que no haya un departamento propio de Medio Ambiente o uno de Igualdad puede querer decir que no es una prioridad para este Gobierno.
No, no, en absoluto. Lo que pasa es que sí hemos concretado bien cuáles son los principales problemas y los principales retos. Y creo que en eso el diagnóstico de todos los partidos ha sido bastante compartido. Todos compartimos cuáles son los principales problemas que tiene el país sobre esos principales problemas. Hemos creado departamentos concretos.
¿Cómo se explica el desgaste del PNV en las últimas convocatorias electorales, en concreto en las europeas, las generales y en cierta medida también en las autonómicas?
Diría que el PNV es un partido de Gobierno. Y en toda Europa -y prácticamente en todo el mundo- después de la pandemia, todos los partidos de Gobierno han sufrido un desgaste importantísimo. Sí que es cierto que, a lo mejor, en determinadas elecciones no hemos alcanzado nuestras expectativas. También porque partíamos de unas expectativas bastante altas. Pero lo cierto es que mantenemos un grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados, que somos la primera fuerza del Parlamento Vasco, que hemos reeditado el Gobierno y que hemos conseguido reeditar a la eurodiputada en Bruselas [y Estrasburgo]. Los hitos principales se han cumplido. Pero sí es cierto -y eso lo tenemos que reconocer- que a lo mejor no hemos cumplido con las expectativas que nos habíamos fijado, aunque eran muy ambiciosas.
¿No cree que haya desgaste de gestión? ¿No cree que la ciudadanía está castigando, por ejemplo, la gestión sanitaria?
Creemos que la ciudadanía es exigente. Y tiene que serlo. El país tiene problemas. En muchos casos también como consecuencia de factores exógenos. Es decir, la Sanidad está sufriendo, pero no está sufriendo sólo en Euskadi. Los sistemas de salud de todo el mundo han estado tensionados después de la pandemia. Y no sólo por la pandemia, también por una situación demográfica, de envejecimiento de la población, y por la proliferación de las enfermedades crónicas. Eso hace que los sistemas sanitarios se tensionen y, cuando la ciudadanía ve que las que los servicios públicos, a lo mejor, no están a la altura de lo que a ellos les gustaría en determinado momento o de lo que han estado acostumbrados a recibir, es exigente y es crítica. Y pide responsabilidades. ¿A quién? A quien le gobierna. Y eso, al PNV, que es un partido de Gobierno, evidentemente le pasa factura.
¿Y no hay ninguna responsabilidad propia? Un ejemplo: se ha estado cuatro años sin publicar los datos de lista de espera.
Evidentemente, todo no se ha hecho bien. Pero esa moneda tiene dos caras. Es también reconocer que todo no se ha hecho mal y que si hoy la Sanidad en Euskadi es infinitamente mejor que todo el resto de sistemas de Salud del Estado o si los datos que tenemos en Euskadi con respecto a la calidad de vida son mejores que los del resto del Estado también es porque las políticas públicas que se han tomado en los últimos años han sido acertadas. En las decisiones estratégicas hemos acertado. Mire, en Álava tenemos la menor tasa de paro del Estado y el salario medio más alto del Estado.
¿Y las listas de espera?
Las listas de espera en Osakidetza son las más bajas del Estado. Un informe para de la plataforma en defensa de la Sanidad pública en España, es decir, poco sospechosa de ser del PNV, pone Osakidetza como el mejor sistema sanitario del Estado. Tenemos un sistema sanitario que -con todas sus dificultades- está reconocido en el mundo. Eso quiere decir que algo bien también se ha hecho.
¿Qué le parece el fichaje del exvicelehendakari y exconsejero socialista Iñaki Arriola como consejero de Renfe Mercancías?
Mientras las personas están en edad laboral pueden dedicarse a aquello para lo que sean llamados. Si quien le nombra cree que puede hacerlo bien y si él considera que lo puede hacer, no le veo ningún problema a que siga desarrollando una actividad profesional o política. Tiene una experiencia y ganas de trabajar.
En el PNV también ha habido algunos casos polémicos de recolocaciones. Por ejemplo, Josu Erkoreka.
¿Podría copiar y pegar la misma respuesta? Son personas que tienen una experiencia dilatada. En la medida en la que les quedan años de carrera por delante y tienen preparación, creo que incuestionable su capacidad. No le veo mayor problema.
¿Y no cree que estas cuestiones alimentan la desafección hacia la política?
Puede ser que también haya quien tenga un interés en generar desafección hacia la política con ello. Considero normal que una persona que tiene experiencia en política, en el momento en el que ha dejado un puesto, se dedique a otro. No necesariamente cuando sales de un puesto tienes que ir a otro, pero no necesariamente cuando sales de un puesto tienes que abandonar la política.