La portada de mañana
Acceder
El juez se apoya en los ultras de HazteOir para alargar la causa contra Begoña Gómez
"Vamos a reconstruir el Reino Unido": la promesa de Keir Starmer
Opinión - Cuando los ciudadanos saben lo que quieres. Por Rosa María Artal

Luz verde al contrato de Osakidetza para un almacén de mascarillas y otro material contra “brotes epidemiológicos”

En medio de un pico de infecciones respiratorias como la COVID-19 o la gripe A, el Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) ha recibido luz verde del Órgano Administrativo de Recursos Contractuales (OARC) para poder formalizar un contrato para disponer de un “centro logístico para recepción, almacenamiento y distribución de materiales de protección frente a brotes epidemiológicos”. Se trata de disponer por miles de reservas de mascarillas y otros materiales de protección como los guantes o incluso de reactivos para pruebas diagnósticas. Osakidetza ya contrató a la firma alemana Dachser durante los momentos más críticos de la pandemia la gestión de estos materiales. Entonces se hizo por la vía de urgencia y ahora, con un concurso ordinario, busca tener un 'stock' para que, en caso de que se repita una explosión epidemiológica similar a la de 2020, no se produzca una ausencia de suministros.

La valoración económica total del contrato es de 4,3 millones más IVA teniendo en cuenta los dos años de plazo “inicial” más prórrogas y posibles modificaciones. Recalca Osakidetza que, ante una posible pandemia, “no es suficiente con disponer del material contratado, sino que es necesario disponer de material almacenado”. “La situación vivida del mercado provocó que pedidos comprometidos con proveedores de Osakidetza no se materializasen y que, incluso, envíos de material no llegaran a su destino por su intervención en fronteras y limitaciones impuestas a la libre circulación de mercancías”, argumenta la Sanidad vasca. En efecto, en 2020 hubo que recurrir a procedimientos imaginativos porque se perdieron por el camino respiradores y otros productos y se llegó a recomendar no usar mascarilla alegando que eran ineficaces por el mero hecho de que no había disponibles.

Lo que quiere almacenar Osakidetza, según la documentación oficial, es un conjunto de “batas impermeables no reutilizables, batas impermeables reutilizables, batas TNT, batas quirúrgicas estériles, buzos de protección, mascarillas FFP2, mascarillas FFP3, mascarillas IIR, guantes de nitrilo, guantes de vinilo, pantallas de protección facial, gafas de protección ocular, delantales, gorros, calzas (cubrezapatos), manguitos (cubremangas), gel hidroalcohólico, reactivo COVID-19 [y] medios de transporte COVID-19 (hisopos)”. La empresa contratada se encargará de la recepción de los pedidos, de su almacenamiento y de su distribución en caso de necesidad. Osakidetza será la responsable de negociar las compras.

“Su objetivo es responder a emergencias provocadas por brotes epidemiológicos coyunturales, mediante la disposición de un almacén con una capacidad mínima de almacenamiento de 10.000 pallets, y así poder estar preparados para cualquier necesidad en caso de que se produzca una nueva situación de emergencia sanitaria; así como estar en un radio máximo de conducción de vehículo pesado de 1,5 horas de cualquier entidad de la comunidad autónoma vasca”, explica Osakidetza en la documentación del contrato, por el que vuelve a pujar de nuevo Dachser. Y se añade: “La media de viajes realizado en el ejercicio del 2022 fue de 330 mensuales, dando libertad al adjudicatario para optimizar rutas y medio de transporte”.

El Gobierno vasco, que afirma que no tiene medios humanos para gestionar directamente este servicio, ha decidido que “el personal encargado de realizar el trabajo no tendrá vinculación con Osakidetza y dependerá única y exclusivamente del contratista”. Este punto fue precisamente el motivo del recurso ante el OARC que ha mantenido paralizado hasta ahora el contrato, que fue presentado este verano. Fue el sindicato LAB el que impugnó la licitación como hace por sistema con todos aquellos servicios que se externalizan. Con ello, ha conseguido paralizar contratos por valor de más de 160 millones euros. Pero no ha tenido éxito en esta ocasión y la resolución conocida en este arranque de 2024 da todos los parabienes a Osakidetza para terminar el proceso.

“Desde el sindicato LAB entendemos que la afirmación de no disposición de medios humanos, además de insuficiente, es falsa. Las labores a realizar por el personal que se describe en el pliego son labores que está realizando el personal de almacén en la mayoría de los hospitales de la red de Osakidetza”, argumenta la central, que lleva tiempo insistiendo en que se está avanzando en la privatización de la Sanidad púbica vasca. Fuentes de esta organización indican que no cuestionan ni la necesidad de una nave ni de los materiales ante eventuales crisis sanitarias pero sí el modo de gestionarla. Han argumentado lo mismo en contratos de lavandería, cocina o informática, entre otros.

El lehendakari, Iñigo Urkullu, y la consejera, Gotzone Sagardui, visitaron las instalaciones de Dachser en el otoño de 2020, durante la segunda ola del coronavirus. La nave logística estaba en Amorebieta-Etxano. La contratista indicó que era un espacio de unos 4.000 metros cuadrados y que guardaban materiales valorados en 80 millones de euros. La empresa tenía “un equipo de cuatro a cinco personas dedicado en exclusividad a esta operativa, asegurando un servicio los cinco días de la semana, dando cobertura durante todo el día, y siempre disponibles ante cualquier urgencia que pueda surgir”, según Ibán García de Andoin, responsable de la compañía en Bizkaia.

Sobre el funcionamiento concreto del servicio externalizado, Dachser indicó entonces que las mercanías que compra Osakidetza “pueden llegar desde los aeropuertos de Bilbao, Foronda, Madrid y Barcelona”. “Una vez recepcionada en el almacén, la mercancía es controlada y clasificada para que el Servicio Vasco de Salud pueda disponer en todo momento de información actualizada sobre el 'stock' de material del que dispone. En función de las necesidades de cada centro, Osakidetza transmite los pedidos a preparar a Dachser, quién los gestiona por orden de prioridad para que sean distribuidos en el mismo día, tanto a los hospitales como a todos los centros sociosanitarios, diferentes cuerpos y fuerzas del orden, como la Ertzaintza, las policías locales o los bomberos”, se dijo.