Los médicos del servicio de Cardiología y varios jefes de servicio del hospital de Basurto de Bilbao denuncian que cerrar la cirugía cardiaca en este centro para concentrarlo en el hospital de Cruces, en Barakaldo, como pretende el Departamento de Salud, es “descapitalizarlo y empobrecerlo”. Además, advierten de que, si suprime este servicio en el hospital bilbaíno, se reducirá la capacidad para Bizkaia, y favorecerá la privatización de parte de la actividad. Estas protestas siguen a la unificación de las Urgencias de Vitoria en una sola sede, en Txagorritxu.
En un comunicado, los facultativos creen que el viceconsejero de Salud, José Luis Quintas, “desoye” su petición de diálogo para discutir el cierre de la cirugía cardiaca en el centro hospitalario “con el fin de reconducir la situación”. Además, piden a Quintas que “no insulte la inteligencia de los bilbaínos” al asegurar que el hospital de Basurto “no se va a descapitalizar” por “concentrar la cirugía cardiaca en Cruces”, sino que “solo mejorará la calidad”, informa Europa Press.
“Suprimir las intervenciones complejas del corazón, 'donde te abren el esternón', como usted dice, es eliminar la cirugía cardiaca en el Hospital de Basurto. Suprimir servicios, procedimientos y técnicas sí supone descapitalizar y empobrecer el hospital de Bilbao, máxime cuando en éste existen infraestructuras (quirófanos y UCI cardiaca) de reciente construcción, iguales e incluso mejores que en el hospital de Cruces”, afirman. Por ello, creen que “sugerir que el hospital de Basurto no cuenta con la estructura, los espacios y las dotaciones suficientes para ofrecer un servicio con calidad y seguridad es faltar a la verdad y al respeto a los profesionales”.
En este sentido, advierten de que “no es buena idea enfrentar a los hospitales de Osakidetza”, que es lo que, a su juicio, “está pretendiendo” el viceconsejero “con sus afirmaciones que, además, son inciertas”. El texto de los médicos del servicio de Cardiología y varios jefes de servicio de Basurto ha criticado que el Departamento de Salud “envíe a pacientes alaveses y guipuzcoanos a la privada”, lo que considera “una falta de respeto a la ciudadanía de Euskadi, y a los hospitales de Álava y Gipuzkoa referencia dentro de Osakidetza”.
Sobre la afirmación de José Luis Quintas de que “una unidad de Cirugía Cardiaca debería dar servicio a millón y medio de habitantes para que sus resultados sean óptimos”, han replicado que los hospitales Ramón y Cajal y la Paz, “en lo más alto en la clasificación de España, tienen menos de 600.000 pacientes en su población de referencia, y distan entre sí escasos 1,2 kilómetros”, mientras que el Gregorio Marañón, “mejor hospital español de Cirugía Cardiaca según 'Newsweek', tiene una población de referencia de 321.000 personas, menos aún que el hospital de Basurto”.
“No todo son cifras y estimaciones estadísticas cuando hablamos de personas. Además, mantener un servicio con excelentes resultados quirúrgicos no puede compararse con crear un servicio nuevo que tenga que formarse con una menor población de referencia”, han añadido. “Por otra parte, si no pretende prescindir de la plantilla de la que dispone, lo cual afirma y esperamos que mantenga, difícilmente conseguirá que se realicen más cirugías por cirujano, que es la ratio que se persigue optimizar para obtener mejores resultados”, han manifestado. Por ello, han acusado a Quintas de “faltar a la verdad de manera interesada” y de mantener una “actitud prepotente”.
Estos médicos han elaborado un decálogo en el que informan a los usuarios de en qué les afectará el cierre de la cirugía del corazón en el Hospital público de Bilbao. “Es un servicio que funciona bien y con excelentes resultados. Si necesitas que te operen del corazón de urgencia, un traslado en ambulancia desde Bilbao hasta Barakaldo hará que se demore tu intervención y aumente innecesariamente tu riesgo”, señalan en las dos primeros puntos.
Además, explican que “no se concibe que una ciudad como Barcelona o Madrid no cuente con unservicio de Cirugía Cardiaca”. “¿Por qué Bilbao sí?”, preguntan, para añadir que, “si hay una nueva ola de COVID-19, otra pandemia, una catástrofe natural o un accidente masivo, es más probable que tengan que posponer tu cirugía del corazón si sólo se cuenta con una UCI donde puedan ir los pacientes operados”. El decálogo advierte, en su punto quinto, que la ciudadanía que no se deje engañar porque se operarán más casos en un único centro, pero el número de cirugías por cirujano, “lo que verdaderamente importa, será el mismo”. “No se gana en calidad ni seguridad”, asegura.
Asimismo, avisa de que, si se suprime la cirugía cardiaca de Basurto, “obligatoriamente se reduce la capacidad para el conjunto de Bizkaia, lo cual favorecerá la privatización de parte de la actividad”. “Cerrar la cirugía cardiaca en Basurto no supone beneficio alguno y sí muchos perjuicios. Aunque se pudiera mantener (cosa que no es así) el nivel de actividad concentrando los profesionales en un solo hospital, se perdería la oportunidad de atender en Osakidetza a los pacientes alaveses y guipuzcoanos que actualmente son enviados a la privada”, añade.
Tras recordar que la lista de espera en Basurto ahora es de siete u ocho meses, cuestiona “¿cuánto se alargaría si se centraliza todo en un único centro? y ¿cómo podrán disponer los pacientes de una segunda opinión si toda la actividad se encuentra concentrada en un único centro como es Cruces?”.
“El hospital de Basurto es un centro pionero y puntero en el ámbito cardiológico, con grandes profesionales (cirugía cardiaca, cardiología, anestesiología, enfermería), con una amplia trayectoria y con buenos resultados. ¡Pregunta a tu entorno por sus experiencias en Basurto en enfermedades del corazón!”, emplaza a la ciudadanía. En último lugar, el decálogo remarca que se perderán en Basurto “muchos procedimientos de vanguardia: cateterismos complejos, implante de válvulas del corazón sin cirugía (percutáneo), tratamiento de arritmias mortales y tratamiento de infecciones del corazón”. Por todo ello, pide la ayuda de los usuarios para que cuenten a su entorno “la importancia de no cerrar la cirugía del corazón en un hospital público en Euskadi”.