De Miguel tendrá salidas diarias de prisión un año después de iniciar su condena de nueve por graves delitos de corrupción
Contra el criterio de la junta de tratamiento, el ex 'número dos' del PNV de Álava, Alfredo de MIguel, ha logrado ya que le sea aplicado un régimen penitenciario atenuado poco más de un año después de ingresar en prisión para cumplir una pena de nueve años por graves delitos de corrupción. Según ha publicado 'El Correo' también, será trasladado de la cárcel de Zaballa, en Álava, a la de Basauri, en Bizkaia, donde residió los últimos años antes de ser encarcelado y donde aparentemente empezará a trabajar en una consultora.
El expolítico solicitó acogerse al artículo 100.2 del reglamento penitenciario estatal, que es el mismo que se aplica en las cárceles gestionadas por el Gobierno vasco y que en su momento popularizó Iñaki Urdangarin, también responsable de delitos económicos. La junta de tratamiento le denegó esa posibilidad pero ha logrado revertir esa decisión con un recurso a la juez de vigilancia penitenciaria, Ruth Alonso.
No se trata formalmente de una progresión de grado ni de un beneficio penitenciario sino de una aplicación atenuada y flexible de su régimen actual, el segundo grado. De este modo, podrá tener salidas diurnas diarias entre semana y solamente tendrá que regresar a prisión para pernoctar y en fines de semana. De Miguel superó en los primeros meses de su estancia en Zaballa un programa de rehabilitación para condenados por delitos económicos, entre otras actividades dentro de su programa de reinserción.
El 'caso De Miguel', que lleva el apellido de este exdirigente del PNV alavés, es la mayor trama de corrupción conocida en Euskadi. La investigación se inició en 2009, el político fue arrestado en 2010, el juicio se celebró en 2018 y en 2019 recibió la condena de primera instancia pero hasta 2023 no llegó la sentencia firme del Tribunal Supremo y su despido de una sociedad pública del Gobierno vasco en la que durante estos años ha disfrutado de ascensos y mejoras salariales. De Miguel peleó hasta el final para no entrar en la cárcel y, de hecho, solicitó al Gobierno de España un indulto político que no se ha llegado a resolver. Finalmente, en julio de 2023 entró en Zaballa y menos de trece meses después ya dispone de la semilibertad aunque la fecha de su licenciamiento se fijó para el verano de 2032.
Otros tres excargos orgánicos y públicos del PNV ingresaron también en prisión por esta misma trama con penas de seis a siete años. Dos de ellos, Koldo Ochandiano y Xabier Sánchez Robles, tienen ya también concedido el 100.2, el segundo grado flexible. Necesariamente ha de ir acompañado de la necesidad de realizar actividades laborales, sociales, formativas o de otra índole en el exterior que justifiquen las salidas diarias. En esos casos, lo lograron tras un recurso judicial ya que la Administración penitenciaria también lo había denegado. El cuarto condenado, Aitor Tellería, peleó todavía más para acceder a la cárcel y lo hizo en noviembre. Su defensa ha explicado que también quieren ya la prisión atenuada.
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