El Parlamento Vasco rechaza retirar la cruz del panteón franquista de Donostia en el que hay enterrados 17 republicanos

El Parlamento Vasco ha rechazado ese lunes retirar la cruz que preside el mausoleo franquista en el cementerio de Polloe, en Donostia en el que se enterraron también los restos de 17 republicanos. El parlamentario de Elkarrekin Podemos-IU, Jon Hernández, ha llevado a la comisión de Derechos Humanos del Parlamento Vasco una iniciativa para que el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos (Gogora), así como el Ayuntamiento de Donostia “dignifiquen y resignifiquen” adecuadamente la fosa común ubicada en el panteón municipal de origen franquista como lugar de la memoria histórica. Consideran que la “resignificación” sólo será posible si se retira la cruz, que entienden como un símbolo “franquista” y no religioso, en el contexto en el que se levantó, y teniendo en cuenta el papel que la Iglesia católica jugó en el golpe de Estado que llevó a la Guerra Civil y a la dictadura.

En el panteón ya se retiró la placa anterior, en la que se hacía referencia a los “caídos por Dios y por España” y se sustituyó por otra en la que se recuerda a los 17 republicanos inhumados en el lugar“. Sin embargo, Jon Hernández, también líder del PCE-EPK, ha considerado que no es suficiente y que el espacio no estará ”dignificado“ hasta que se retire este retire la cruz que se levantó ”en honor a los falangistas y golpistas de 1936“, por lo que tiene en este caso ”un carácter simbólico de vinculación al régimen dictatorial que basaba sus bases en el llamado 'nacional-catolicismo', trascendiendo la mera simbología religiosa“. Además, ha recordado que muchos de los milicianos allí inhumados pertenecían a organizaciones políticas y sindicales como el PCE-EPK, la CNT o la UGT, por lo que ”dicha cruz no es compatible con el respeto a la memoria de estas personas que dieron su vida en defensa de la democracia y las libertades, plantando cara al golpe fascista“.

En este sentido, Hernández ha considerado que debe hacerse este paso de retirar la cruz, ya que se ha demostrado por parte de la sociedad Aranzadi que es imposible la exhumación de los restos de los republicanos y “las víctimas yacen con sus verdugos”. La iniciativa ha contado sólo con el apoyo de EH Bildu, cuyo parlamentario Julen Arzuaga también ha considerado que se trata de un símbolo franquista y no religioso.

Sin embargo ni PNV ni PSE-EE han secundado la propuesta, y el parlamentario de nacionalista, Iñigo Iturrate, ha lamentado que la iniciativa dé paso a un debate en el que ha salido a la luz las diferencias entre los grupos rompiendo en cierto modo el consenso entre los partidos en cuestiones de memoria histórica, con una ley aprobada muy recientemente.

PNV y PSE-EE han presentado una enmienda a la totalidad, que es la que ha salido adelante, en la que se insta al Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humano (Gogora), así como al Ayuntamiento de Donostia, “a continuar con su labor de dignificación y resignificación de la fosa común ubicada en el panteón municipal de origen franquista, como lugar de la memoria histórica y proceder a una adecuada señalización y visibilización de la misma”. Esta iniciativa también ha contado con el apoyo del PP.

Precisamente el PP ha sido el que ha elevado el tono del debate. Su parlamentario, Carmelo Barrio, ha criticado que se olvide cuando se habla de memoria histórica, “a muchos otros que fueron vilmente asesinados por el bando republicano”. “Hay que recordar a todos”, ha dicho. De hecho, la enmienda de adición del PP a la presentada por los grupo del Gobierno pretendía que se incluyera que Gogora recordara y dignificara también “la memoria de los 156 vecinos de Donostia que el 30 de julio de 1936, y al resto de los guipuzcoanos, tolosarras especialmente, fusilados por el bando republicano, en los lugares donde fueron vilmente ejecutados”, una pretensión que ha sido rechazada. Barrio ha insistido en que fueron muchos “vilmente asesinados”. “Dieron la vida por su país o simplemente por nada”, ha dicho, “señalados por ser carlistas o monárquicos y se les asesinaba”.

La colocación de la placa recordando los nombres de los republicanos cuyos restos se encuentran en esta tumba se realizó el año pasado, coincidiendo con el 86 aniversario de la caída de la ciudad a manos de los sublevados. También se colocó una escultura en la memoria de las víctimas.