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Pello Otxandiano, candidato de EH Bildu: el ideólogo del giro en la izquierda abertzale sale de la sombra

Pello Otxandiano, en Donostia en 2022.

Iker Rioja Andueza

Vitoria —

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Si en las elecciones de 2020 Iñigo Urkullu y Maddalen Iriarte, de PNV y EH Bildu, tenían en común ser vecinos de Durango –al igual que la candidata de Elkarrekin Podemos-IU, Miren Gorrotxategi–, ahora el foco político se ha ubicado en la otra ladera del puerto de Urkiola, en Otxandio. Apenas unos días después del golpe de Estado del 18 de julio de 1936, la localidad vizcaína lindante con Álava (entonces Ochandiano) fue la primera en sufrir un bombardeo aéreo en Euskadi a manos del bando franquista. Por su proximidad al frente Villarreal de Álava (Legutio), los ataques se reprodujeron en los meses siguientes. 88 años después, en las elecciones vascas, dos hombres cuarentañeros han sido elegidos por sus respectivos partidos como los candidatos de PNV y EH Bildu. El primero, Imanol Pradales, contaba que pudo estudiar en una universidad privada como es Deusto por una ayuda económica que cobró su abuelo Manuel como víctima de aquel bombardeo, en el que murió su hermano. Del segundo, Pello Otxandiano, nacido en el pueblo homónimo, se asegura que la politización de su familia tuvo un momento “fundacional” ese 22 de julio, ya que “resultó muerto su bisabuelo y dos hermanos de su abuela materna”, aunque erróneamente lo atribuyen a la Legión Cóndor nazi cuando fueron aparatos españoles sublevados y no alemanes.

Otxandiano, nacido en 1983, es la apuesta de EH Bildu para tratar de ganar las elecciones sin fecha del próximo año. No era el único en las quinielas, pero nunca ha salido de ellas. Se ha comunicado tras una reunión de la cúpula en la que no han podido entrar con móviles o portátiles. Sí supone la primera ocasión en que la coalición de Sortu, su partido, EA, una histórica escisión socialdemócrata del PNV, Alternatiba, organización que tuvo su origen en IU, e independientes tendrá a un hombre al frente, ya que Arnaldo Otegi, su coordinador general, nunca ha sido candidato y en 2012 la elegida fue Laura Mintegi (57 años entonces) y en 2016 y 2020 lo fue Maddalen Iriarte (53), que ha considerado un privilegio cederle el testigo. La coalición afirma que no supone un desdoro al feminismo y, de hecho, hay voces que recalcan que Otxandano tiene muy interiorizada esa apuesta. Pero la evidencia es que la imagen de las cuatro principales fuerzas será la de cuatro hombres, algo que no se producía desde 2009. A Otxandiano y Pradales, siempre que las bases de ambas formaciones los ratifiquen, se les unen el socialista Eneko Andueza y Javier de Andrés, del PP.

¿Pero quién es Otxandiano? Aunque desconocido aún para el gran público, este descendiente del histórico dirigente del PNV Juan de Ajuriaguerra Ochandiano y cuya abuela tenía una fotografía de otro referente 'jeltzale', el lehendakari José Antonio de Aguirre, forma parte de la sala de máquinas de la coalición abertzale liderada por Arnaldo Otegi, como antes estuvo en la de Sortu. En la mesa política nacional es oficialmente director de Programa y su mano está detrás de los grandes documentos estratégicos de los últimos años, en los que la formación ha ido ganando apoyo electoral, transversalidad e influencia política, también en Pamplona o en Madrid.

“Un entorno familiar y social muy comprometido políticamente con el proceso de construcción nacional y social de Euskal Herria marcó su pensamiento político desde muy joven. La imagen del lehendakari Aguirre en la sala de la casa de su abuela, los ecos de la resistencia antifranquista, la historia de la primera Korrika en cuya organización su tío materno tuvo un papel destacado o el compromiso con la cultura vasca y la política municipalista de sus padres influyeron en su pensamiento y vida”, apunta el partido.

Se le atribuye especialmente el giro copernicano de inicios de 2023 para buscar un acercamiento con el empresariado vasco. Su hermano es alto cargo de una muy relevante cooperativa vasca, el grupo Fagor. Es perfectamente bilingüe y ofrece pausados y largos –muy largos– discursos en castellano o en euskera. Su otro gran hito en estos años ha sido diseñar la estrategia educativa de EH Bildu –que ha soliviantado a parte de la izquierda vasca ya que establece que hay que superar la dicotomía entre lo público y lo privado en la comunidad con más alumnado en la concertada, un 50%– y es recordada su primera rueda de prensa en el Parlamento Vasco, en la primavera de 2022. No tuvo impedimento en extenderse, aunque la comparecencia empezó pasadas las 21.00 horas de un viernes. Aquélla fue su gran puesta de largo. Se negociaba la reforma educativa y Otxandiano fue el comisionado del partido para dialogar con el Gobierno haciendo tándem con el portavoz de EH Bildu en la comisión de Educación, Ikoitz Arrese.

“Es un 'crack'. Es una persona superpreparada y de sentido común. Es muy buen perfil”, se felicita un dirigente de EH Bildu sobre el candidato elegido. El propio Otegi ha afirmado que nada puede fallar con un ingeniero y doctor en Telecomunicaciones como candidato. “Su pasión hoy sería conjugar su formación tecnológica con la vocación política, trabajar en la aplicación de tecnologías disruptivas como la inteligencia artificial o el Blockchain en políticas públicas que empujen procesos de transformación social y económica”, añade de él EH Bildu. Otxandiano, padre de dos hijas, “aprende el piano de forma autodidacta” y es “amante de la montaña”, según la biografía oficial. De la montaña y de las montañas de libros, aparentemente.

Otxandiano se convirtió en concejal de Bildu –desde 2012 la formación ya no se llama así– en su pueblo natal. Con la legalización de Sortu, el partido de la izquierda abertzale heredero de HB, EH o Batasuna, fue uno de sus ideólogos. Suya es la presentación de la ponencia política de 2016. Está grabada en vídeo tanto la versión original en euskera como otra doblada al castellano.

En ese acto dejó algunas pinceladas de su cosmovisión política. Alertó de que el euskera estaba retrocediendo y de que tocaba dar pasos relevantes para impulsar la “conciencia nacional” vasca frente al dominio del “marco cognitivo español”. Apostó por el “socialismo” en el camino hacia la “república vasca” aunque admite que cada parte de Euskal Herria –la comunidad autónoma que aspira a dirigir, Navarra e Iparralde– ha de seguir sus ritmos hacia la soberanía. Llegó a hablar de un “modelo confederal”. A nivel económico, afirmó que le gustaba el proyecto de moneda local de Baiona y otras localidades de Iparralde (los 'euskos'). El Otxandiano de 2016 también era un convencido de la combinación de la actividad institucional con la social y destacó movimientos exitosos como la lucha contra el 'fracking' o Gora Gasteiz –la reacción a Javier Maroto y sus propuestas para endurecer el acceso a las ayudas sociales a los extranjeros–, así como la incidencia del feminismo. Y dejó un deseo: que el 'Guernica' de Pablo Picasso, éste sí realizado tras un bombardeo nazi, se exhiba en Gernika.

En 2012 presentó su tesis doctoral, lo que le permitió una estancia en la Chalmers University of Technology de la ciudad sueca de Göteborg. “Tuvo la posibilidad de conocer de cerca los países nórdicos, sus características sociales y económicas y sus políticas públicas”, apunta EH Bildu. El candidato se forjó también en el 'think tank' Telesforo Monzón eLab y también en la fundación abertzale Iratzar. Como muchos otros referentes de EH Bildu, asesorados por ERC, ha trabajado su imagen. El Otxandiano de 2023 también ha entrado a hablar de España y sostiene que “el Estado español tiene un problema político que resolver, el de la plurinacionalidad”, que “la derecha está desatada” y que la nueva Ley de Vivienda estatal es un paso adelante. También opina que la izquierda abertzale debería trabajar para “que este país se acerque a un horizonte sin presos políticos”, en referencia a los condenados por el terrorismo de ETA, y entiende que “tres cuartas partes” de ese colectivo deberían estar “en la calle” si no se aplican medidas de excepción.

“Tiene la cabeza muy bien amueblada. Es un candidato sin vínculos con el pasado. Está ideológicamente muy formado, pero más desde la izquierda”, sostiene un dirigente de un partido rival a EH Bildu. En la próxima campaña electoral, EH Bildu sí o sí incidirá en la “decadencia” que ven en la Sanidad pública, en Osakidetza. También es un acérrimo defensor de subidas del salario mínimo en el ámbito vasco, donde hay un mayor nivel de vida. Sostienen quienes le han propuesto que conoce “cada comarca” del país.

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