La portada de mañana
Acceder
16 grandes ciudades no están en el sistema VioGén
El Gobierno estudia excluir a los ultraderechistas de la acusación popular
OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

Los pensionistas vascos irrumpen en campaña y llevan su reivindicación ante el Parlamento Vasco: “¡1080 euros ya!”

Los pensionistas vascos han irrumpido en la recta final de la campaña electoral para volver a plantear sus reivindicaciones. Alto y claro, como lo hacen cada lunes desde hace cinco años, han pedido este jueves ante el Parlamento Vasco un “pensión mínima digna” que llegue a los 1.080 euros. La manifestación que ha recorrido las calles de Vitoria ha sido el colofón a una semana de movilización del movimiento de pensionistas, ya que en Vitoria se han unificado tres marchas que han recorrido a pie la distancia desde Bilbao y Bergara, y que salieron el lunes, y desde Agurain-Salvatierra, que iniciaron el camino el martes. Una media de 35 y 40 personas en cada una de las marchas han realizado el camino completo, otros se han ido sumando por etapas, y han dormido en sacos de dormir en frontones y polideportivos cedidos para ello por los ayuntamientos. “Hemos sentido bien de cerca la solidaridad de la gente”, dicen. Las tres columnas de pensionistas se han juntado en Gamarra, ya en Vitoria, para discurrir ya unidos, junto a otros que se han sumado a la manifestación por las calles de la capital alavesa hasta el Parlamento Vasco.

La reclamación de una pensión mínima de 1.080 euros en 14 pagas, es una constante en las reivindicaciones de este colectivo, porque consideran que es la cantidad que debe exigirse para que pueda considerarse “digna” para poder sobrevivir. Esta es una petición que se traslada a toda España, y de hecho, este jueves ha habido también movilizaciones en Madrid, a la que han asistido representantes de colectivo vasco -que fue el que inició todo el movimiento-, con esta misma petición. En el caso de Euskadi, los pensionistas quieren presionar a los partidos para que aunque el Gobierno central no apruebe la subida, el Ejecutivo vasco complete la pensión mínima hasta esa cantidad. Consideran que el coste económico de dicho complemento estaría en torno a los 230 millones de euros en Euskadi, lo que supondría un 2% del presupuesto. 

Según han remarcado, se trata de “un ingreso básico para que una persona pensionista pueda acceder a una vida digna en su vejez y es, además, una medida efectiva para reducir la brecha de género en las pensiones”. “La más afectadas en esta pensión mínima son las mujeres”, recuerda Jon Fano, representante del movimiento, que recuerda que hoy por hoy son las que tienen las pensiones más bajas.

Asimismo, han apelado tanto al Gobierno de España como a los Gobiernos de Euskadi y Navarra para que “garanticen a la ciudadanía unas condiciones de vida dignas, que, en el caso de las personas mayores y pensionistas que no disponen de ingresos procedentes de su trabajo, pasan por garantizar unos ingresos mínimos suficientes”.

Desde el Movimiento de Pensionistas han denunciado que, “en el actual contexto de crecimiento exponencial del coste de la vida cada vez un mayor número de personas mayores y pensionistas ven truncadas sus posibilidades de acceder a una vivienda saludable y adecuada a sus necesidades, una alimentación sana, y garantizar su salud y la atención efectiva para paliar sus necesidades de atención a la dependencia”. Y advierten de que “igual que fuimos capaces de derogar el IRP (índice de revalorización de las pensiones) el 0,25% o el Factor de Sostenibilidad y hemos evitado nuevos recortes, seremos capaces de conseguir algo de estricta justicia, como es la pensión mínima de 1.080 euros en 14 pagas para 2023. La movilización, es nuestra garantía. Esta batalla también la vamos a ganar”.