“La energía no puede estar en poder de las multinacionales; es de la ciudadanía”
La vicepresidenta del Partido Verde Europeo, Franziska Maria “Ska” Keller, visita estos días Euskadi para apoyar la candidatura de Podemos-Equo el próximo 20D, que lleva de cabeza de lista por Álava a Juantxo López de Uralde y de segunda por Bizkaia a Rosa Martínez, los coportavoces de la formación ecofeminista. Esta política alemana, que milita en Die Grünen (Los Verdes) desde los 13 años, considera muy importante la entrada de los diputados verdes al Congreso español. “Es muy importante que en España también las políticas verdes tengan voz en el Congreso de los Diputados y se comience a impulsar y desarrollar los sectores verdes que deben ser el pilar de la transición de la economía”.
Keller es especialista en cuestiones de inmigración y en las relaciones de la Unión Europea con Turquía. Cursó estudios islámicos, turcos y judaicos en la Universidad Libre de Berlín y habla seis idiomas: alemán, inglés, francés, italiano, turco y castellano, en el que se ha expresado durante la entrevista concedida a eldiarionorte.es. En la conversación alerta de las amenazas que los tratados de libre comercio- contra los que lucha desde su escaño en el Parlamento europeo- conllevan para el medio ambiente y reclama que los recursos energéticos regresen a manos de la ciudadanía.
Durante la primera semana de la cumbre de París todos los países y entidades se vistieron el traje de ecologista pero esta segunda salen a la palestra las verdaderas intenciones y compromisos de cada potencia ¿Estamos a tiempo de revertir las heridas causado a la tierra?
La cumbre es una oportunidad muy importante pero no estoy segura de que vayamos a conseguir lo que se pretendía. La Cumbre se alargará para agotar todos los intentos pero las posturas de ciertos países parecen inamovibles y no permitirán llegar a un acuerdo vinculante, que era el reto. No soy optimista.
Para intentar frenar el cambio climático algunos sectores hablan de crecimiento sostenible, pero esta expresión ¿no es en sí una paradoja? ¿es posible crecer sin afectar a las condiciones ecológicas?
Es muy difícil. Por eso es crucial que abandonemos esa visión tan extendida, prácticamente una ideología, que apuesta por el crecimiento para alcanzar niveles de bonanza económica. Es falso. El crecimiento no es el indicador adecuado para medir el buen estado de salud de la economía. Sí lo son la existencia de trabajos dignos, la calidad de vida de la ciudadanía y un entorno saludable.
Hay otro término, casi subversivo, el decrecimiento, que algunos ecologistas emplean a menudo. Pero causa mucho rechazo.
Es una corriente de pensamiento que va cogiendo fuerza pero hay otras alternativas, no es la única para luchar contra el cambio climático. El Parlamento europeo publicó un informe en el que presentaba esas otras opciones. Lo importante es que todos nos demos cuenta de que no es una utopía cambiar el pensamiento sobre el crecimiento. La economía ha de volverse más sostenible y más ecológica pero también - y a esto último yo le doy mucha importancia- más social.
En cualquier caso un cambio de sistema hacia una economía más sostenible implica abandonar las energías fósiles, ¿las renovables son suficientes para abastecer la demanda?
Sí lo son, pero siempre que se reduzca la demanda. Y esto tampoco es un imposible. Está claro que no se puede hacer de un día para otro pero sí progresivamente. Hemos de educarnos en ello y educar a las nuevas generaciones en estas prácticas de ahorro de recursos.
Hablan de empleo verde como generador de puestos de trabajo ¿tanto empleo crea?
Sí, porque el empleo verde abarca diferentes ámbitos. No solo son empleo verde aquellas actividades dedicadas a las energías renovables o la eficiencia energética, el empleo verde es también aquel que genera bienestar social, un beneficio para toda la ciudadanía. Puestos de trabajo en el ámbito educación, el ámbito de la salud, en el de cuidados personales, eso también es empleo verde. En estos sectores necesitamos muchas personas para conseguir esa calidad de vida de la que hablaba antes y que será señal, si la logramos, de que nuestra economía va bien. La economía ha de estar al servicio de las personas y no las personas al servicio de la economía.
Los datos de desempleo en España son muy preocupantes y la reforma laboral puesta en marcha por el Gobierno ha sido muy criticada. Acusan a sus impulsores de fomentar trabajos precarios, temporalidad y despido fácil, ¿cómo se ve desde fuera todo esto?
Sin tener un conocimiento muy exacto de lo que está pasando en España, fuera suscita cierta preocupación sobre todo por cómo afecta a los jóvenes. Esos empleos precarios, de salarios tan bajos y con esa temporalidad, no permiten a los jóvenes plantearse un proyecto de vida. Está demostrado que si tienes un salario bajo en los primeros años de tu vida laboral, el salario tenderá a ser bajo durante el resto de la vida laboral. Es muy importante las condiciones con las que se estrenan los jóvenes en el mercado laboral sean dignas. Pero no es menos preocupante cómo afectan también estas medidas a los mayores de 45-50 años. Una vez perdido el empleo a esa edad es muy difícil recuperarlo.
La nuclear se vende como una energía limpia. ¿Se ha visto tentada en alguna ocasión por la duda o se declara firme opositora a la nuclear?
Sí, sin ninguna duda. Me declaro claramente opositora a las nucleares. Resulta incomprensible que digan que es limpia. ¿Y qué pasa con los residuos nucleares que se perpetúan en el tiempo durante miles de años y se heredan de generación en generación? No sabemos cómo tratarlos. Tenemos grandes almacenes de uranio que son auténticos riesgos para el medio ambiente. Podrían provocar catástrofes de grandes dimensiones y aún así se empeñan en calificar a la energía nuclear como limpia. Es un engaño.
¿España desaprovecha el sol? ¿Qué opinión le merece la gestión del Gobierno de España con respecto a las energías renovables?
Es una lástima y un error muy grave porque justo ahora urge cambiar el modelo energético y las renovables son la alternativa. Se hicieron avances importantes en España para implantarlas que se han visto frenadas por el Gobierno actual. Estas medidas suponen un retroceso. Se ha desaprovechado una gran oportunidad.
Se dice que quien tiene la energía tiene el poder, ¿en manos de quién deberían estar los recursos energéticos disponibles en el planeta?
La energía debería estar en manos de los ciudadanos. Yo apuesto por sistemas de energía local y democrática. Es muy importante que cada uno decida qué forma de energía quiere para su comunidad. En los tratados internacionales de comercio que nos llegan, que son una amenaza tal y como ahora están redactados para el medio ambiente, el sector energético es un asunto vital. No podemos permitir que la energía siga en poder de las multinacionales. Debe devolverse al pueblo.
En Alemania Los Verdes tiene una importante representación institucional que aquí aún no se ha conseguido a nivel de Congreso de los Diputados. ¿Le sorprende?
Sí. En España es necesario un cambio si se quiere construir una sociedad más justa, más social y más sostenible; en este sentido el apoyo de Los Verdes Europeos a la candidatura es total. Es muy importante que aquí también las políticas verdes tengan voz en el Congreso de los Diputados y se comience a impulsar y desarrollar los sectores verdes que deben ser el pilar de la transición de la economía: un nuevo modelo energético basado en la producción renovable, la rehabilitación energética de viviendas, la movilidad sostenible, el turismo sostenible y responsable, el ciclo integral de los residuos o la gestión de la naturaleza“.
Un sistema fiscal en base a la producción de CO2 en lugar del impuesto sobre la renta y el patrimonio ¿qué le parece?
Soy partidaria de poner impuestos a todo lo que contribuye al cambio climático y causa daños al planeta. El daño que infligen estos actos afecta a toda la sociedad y todo el planeta, no únicamente a aquellos que cometen esas acciones, así que multarlos sería lo acertado.