El PP rompe las negociaciones presupuestarias en Euskadi y EH Bildu se aleja de PNV y PSE-EE en Gipuzkoa
Euskadi vive sumida en la paradoja presupuestaria. El Gobierno de Imanol Pradales, que no necesita apoyos por la mayoría absoluta de PNV y PSE-EE, siente “pena” por no haber podido ir a más en sus conversaciones con el PP -sin que conste protesta alguna por parte de los socialistas- pero mantiene la vía abierta con EH Bildu, en las antípodas ideológicas. Por el camino quedó Sumar... y Vox ni lo inició. En Gipuzkoa, donde nacionalistas y socialistas sí precisan de socios, aprecian que las señales que emite EH Bildu “adelantan una negativa” y también hay contactos a diestra (PP) y siniestra (Podemos). En Álava ocurre lo mismo, con PNV y PSE-EE en minoría y necesitados de acuerdos. En un inicio se apuntó a un posible entendimiento con Podemos-IU pero formalmente no se descarta ni a EH Bildu ni a PP.
El argumentario del Ejecutivo de Pradales es insistente. “Estamos con toda la voluntad. Nuestra voluntad es honesta. Buscamos un acuerdo amplio”, ha repetido este martes la consejera-portavoz, María Ubarretxena, que casi ha repetido palabra por palabra los mensajes lanzados en las últimas jornadas por el consejero de Hacienda, Noël d'Anjou. Tras unas reuniones discretas este lunes, en todo caso, el PP ya se ha terminado de descolgar de las conversaciones. Los 'populares' presentarán una enmienda de totalidad, como Vox y Sumar. Entienden que el Ejecutivo yerra al no atender su petición de incrementar la capacidad de gasto en Salud y Seguridad, dos carteras cuyos fondos suben por debajo de la media.
EH Bildu, que venía avisando que no parecía muy coherente intentar a la vez un acuerdo con el PP y con ellos, entiende que ahora el Gobierno ya no tiene que “contentar” a la derecha y que puede ser más ambicioso para atender sus reclamaciones. La postura de la coalición se resume en dos exigencias, 350 millones para adquirir y movilizar 2.300 viviendas y un SMI propio, algo que ya pactó con PNV y PSE-EE en 2022 pero que no se terminó de aplicar. También EH Bildu muestra “voluntad” para el acuerdo a nivel autonómico, aunque apenas quedan 48 horas para que se cierre el plazo de enmiendas, donde se deberían plasmar ya las posiciones políticas de todas las partes. El secretario general de Presidencia y mano derecha de Pradales, Mikel Iriondo, se sumó ya la pasada semana a las reuniones.
Sin embargo, en Gipuzkoa el tono es diferente. Allí EH Bildu es la primera fuerza pero gobiernan la segunda y la tercera gracias al apoyo del PP en la investidura. En 2024 no salieron adelante las cuentas. Los de Maddalen Iriarte ven “falta de interés” en el equipo de Eider Mendoza para alcanzar un acuerdo, aunque lo necesiten. Para el Gobierno foral, aunque queden reuniones pendientes, estas palabras pueden ser “un adelanto de una negativa”. “No entendemos a qué viene esta nota de prensa”, ha admitido Irune Berasaluze, portavoz foral. Eso sí, ha recordado que también tienen una línea de trabajo con el PP y con la coalición Elkarrekin, que en las Juntas Generales guipuzcoanas solamente está compuesta por integrantes de Podemos.
¿Y Álava? Allí también PNV y PSE-EE no tienen mayoría absoluta. Como en el Parlamento Vasco, Vox está fuera de todas las combinaciones. Hay línea abierta con las otras tres fuerzas de la oposición, EH Bildu, PP y Elkarrekin, aquí con representantes de Podemos e IU que actúan coordinados. El propio Ramiro González alentó la opción de un pacto con Podemos e IU pero todas las puertas siguen abiertas. En 2024 no hubo posibilidad de aprobar los presupuestos pero, a lo largo del año, se acometieron algunos ajustes tras un pacto con el PP. Bizkaia, finalmente, tiene garantizada la estabilidad dada la mayoría absoluta de PNV y PSE-EE.
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